Aceptan establecimientos pequeños tarjeta de becas para comprar alcohol y cigarros
En establecimientos pequeños de zonas populares la tarjeta se convierte en dinero para comprar cualquier cosa. El saldo depositado en el plástico no está “etiquetado” y no hay manera de corroborar lo que la tienda vendió y lo que el padre compró con ella.
El cartel en la tienda de Iztapalapa. Con paciencia y buscando la caja adecuada, la compra simulada de alcohol puede realizarse en algunas tiendas.
El programa Mi Beca para Empezar está destinado a evitar la deserción de niños de preescolar, primaria y secundaria, para lo cual dota a los padres de recursos económicos con los que se puede comprar lo que sea, incluyendo alcohol y cigarros.
El programa se implementa mediante una tarjeta electrónica que se entrega con advertencias sobre su buen uso, pero que no tiene amarre alguno para regular las compras que se hagan con ella.
Adicionalmente, la aparición de un apoyo directo (entrega de dinero) generalizado a las familias para que no saquen a sus hijos de las escuelas de educación básica resulta un tanto paradójica en la Ciudad de México, entidad donde el nivel de cobertura de primaria y secundaria es del 100 por ciento, según cifras oficiales.
Más allá del diseño teórico del programa Mi Beca para Empezar, su uso para compras ajenas a los menores está generalizado y no hay impedimento legal para hacerlo. La leyenda Paga Todo que luce la tarjeta en su frente, hace factible así la adquisición de alcohol y cigarros, especialmente en las zonas populares.
Que el apoyo no termine en cervezas o tabaco queda completamente al arbitrio de las tiendas y, en la práctica, de los cajeros de la tienda, según pudo corroborar Crónica.
De acuerdo con padres consultados, al momento de la entrega de la tarjeta, los promotores del gobierno capitalino indican que no deben usarla para comprar alohol y, en efecto, en tiendas grandes de las cadenas de autoservicio adscritas al programa, los cajeros suelen impedir que se use así.
Sin embargo, en las barriadas populares, en establecimientos más pequeños, la realidad es que la tarjeta se vuelve dinero para cualquier cosa. El recurso en la tarjeta no está “etiquetado” y no hay manera de corroborar lo que la tienda vendió y lo que el padre compró con ella.
Crónica verificó esta situación a partir del hallazgo de un cartel en una Bodega Aurrerá Exprés, en Iztapalapa. La referencia sobre la posibilidad de comprar lo que sea con apoyos del Gobierno de la CDMX mezcla a los vales con la nueva tarjeta. Y cuando se indaga al respecto queda claro: Mi Beca para Empezar compra licor y cigarros. Crónica lo comprueba con apoyo de beneficiarios del programa en varios puntos con las mismas características.
Otras de las tiendas donde se permite pagar con el plástico de apoyo a los niños son: Soriana de Cuitláhuac y Soriana El Rosario, en Azcapotzalco, sitios donde Crónica observó cómo algunas familias utilizan el dinero destinado para la educación de los niños, para surtirse de despensa en general y donde las cajeras están más atentas a que con esos recursos no se compren bebidas embriagantes. No obstante, con paciencia y buscando la caja adecuada, la compra simulada de alcohol pudo realizarse.
El señor Emmanuel pagó una cerveza, un desarmador, una cinta de aislar y dos focos en dicha tienda.
REPARTIR Y REPARTIR DINERO. El universo objetivo del programa es de 1 millón 100 mil estudiantes (una cantidad similar de tarjetas serían emitidas para ello) y el cambio de concepción respecto a becas anteriores quedó plasmado en agosto de 2019.
El apoyo económico consta de 330 pesos depositados de manera mensual a todos los estudiantes de educación básica de escuelas públicas, y actualmente es aceptado como método de pago en las tiendas de autoservicio como las mencionadas en este texto.
Este programa de asistencia le cuesta al gobierno local 53 millones 546 mil 700 pesos mensuales, lo cual es posible, según la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, gracias a los ahorros en otros rubros.
“Logramos hacer un ahorro muy grande en el gobierno de la ciudad, el licenciado López Obrador nos enseñó una fórmula que se llama la fórmula de la austeridad republicana, de la Cuarta Transformación, que significa que se acaban los privilegios de los altos funcionarios y se acaba la corrupción, y con eso hay recursos para destinarlos al pueblo de México”, dijo Sheinbaum Pardo.
DINERO SONANTE. Un fenómeno más es observado en una de las tiendas de autoservicio que recorre Crónica para realizar este reportaje. También es una forma en la que la nueva lógica de entrega de apoyos directos está llegando a ras de suelo.
En una Comer, la que se encuentra en Indios Verdes, algunos padres de familia están buscando con quién hacer una transacción: quieren pagar las compras de clientes con la tarjeta para que éstos les entreguen el efectivo.
Al menos fueron tres casos los comprobados en apenas un par de horas de estancia. El apoyo de dinero en electrónico es transformado en dinero sonante.
ADIÓS ÚTILES, HOLA AL “COMPRA TODO”. Un último elemento a resaltar es que, tradicionalmente, los recursos para los niños en educación básica se dirigían a la compra de cuadernos, lápices y otros útiles. como apoyo a niños y a sus familias. Es decir, el apoyo se enfocaba a algún rubro directamete ligado a la educación y al niño en edad escolar. Al realizarse cambios en la concepción del apoyo Mi Beca para Empezar”, el destino para útiles escolares y uniformes quedó limitado a una primera entrega de recursos al inicio del ciclo escolar. La tarjeta fue adminitida en papelarías y lugares donde se podían comprar útiles y uniformes escolares.
Pero las entregas posteriores están prácticamente en calidad de apoyo directo llano. La tarjeta podría llamarse Apoyo a las Compras Familiares o Al Ingreso de los Mexicanos y no haría ninguna diferencia. No hay una liga clara respecto a por qué este apoyo favorece la permanencia de los niños en la escuela, sobre todo en una entidad con 100 por ciento de cobertura en los niveles educativos básicos.
En las reglas de operación aparece una extensísima exposición de motivos en la que se alude a que el objetivo es abatir la precariedad de ingresos a la familia. En esa lógica, Mi Beca para Empezar” entrega dinero a las familias que mantienen a sus hijos en las escuelas, pues el único requisito es que el niño esté inscrito.
Las reglas sobre el uso del dinero no existen por diseño del programa y no por un olvido burocrático, así que la compra de alcohol o cigarros con esos recursos, si bien no está avalada, no está impedida en forma alguna.
Las reglas de operación del programa aluden a que se establecerán acciones afirmativas destinadas a prevenir o compensar situaciones de desventaja o dificultades de grupos vulnerables, con el fin de procurar su permanencia en el sistema educativo.
En la Ciudad de México y de acuerdo a datos oficiales, prácticamente el 100 por ciento de los niños en edad de ir a la primaria y secundaria asiste a una escuela, así que Mi Beca para Empezar” no estaría mitigando ningún problema.