Septicemia, la enfermedad que mata a más personas que el cáncer
La septicemia está muy ligada a la neumonía, sin embargo, también puede producirse por quemaduras e incluso por traumatismos
Una de cada cinco muertes en todo el mundo está relacionada con la septicemia, la enfermedad provoca que los órganos de una persona dejan de funcionar correctamente.
Un estudio de la Universidad de Washington basado en registros médicos de 195 naciones señala que 11 millones de personas mueren al año a causa de esta enfermedad, más de las que mueren por cáncer.
También conocida por como septicemia o síndrome de respuesta inflamatoria sistémica, se produce por la presencia de bacterias en la sangre, que conllevan infecciones que pueden ser potencialmente mortales.
Suele ser consecuencia de determinadas infecciones, por lo general adquiridas en el hospital, pero también pueden ocurrirle a cualquier persona.
La septicemia es causada por una infección y requiere una intervención rápida. La enfermedad está muy ligada a la neumonía, sin embargo, también puede producirse por quemaduras e incluso por traumatismos.
Según el informe de Signos Vitales, las infecciones de los pulmones, el tracto urinario, la piel y los intestinos son las que con más frecuencia causan septicemia. En la mayoría de los casos, no se identificaron las bacterias que causaron la infección que produjo la septicemia.
SÍNTOMAS Y PREVENCIÓN
De acuerdo con la BBC, las personas adultas que tienen está enfermedad puede presentar temblores extremos o dolor muscular, disnea severa, frecuencia cardíaca y temperatura corporal altas, piel manchada y no orinar en un día, así como lentitud en el habla.
Mientras que los niños presentan una apariencia manchada, azulada o pálida, el estar muy letárgico (o difícil de despertar), la respiración rápida y convulsiones pueden ser algunos indicios de que esté sufriendo una septicemia.
Para prevenir esta enfermedad los doctores recomiendan cumplir las exigencias para el control de infecciones como: lavarse las manos y recibir las vacunas recomendadas (p. ej., contra la influenza y la enfermedad neumocócica).