Muere Albert Uderzo, uno de los padres de Astérix
Dibujante genial, el francés Albert Uderzo falleció este martes a los 92 años con la certeza de que Astérix y sus turbulentos amigos galos que inventó en 1959 junto a René Goscinny sobrevivirán mucho tiempo.
«No me reconocen por la calle. Los personajes pueden convertirse en mitos pero no nosotros, sus padres», afirmaba el cocreador del rival mundial de Tintín y de Mickey.
Uderzo llevaba el peso de los años con prestancia y un desapego alegre. Era un hombre poco conocido, de carácter reservado y sereno, que siempre prefirió hablar más de su trabajo que de su persona.
Apasionado de los Ferrari, con una veintena de autos que transitaron por su garaje, este hijo de inmigrantes italianos residía en una pequeña mansión de Neuilly-sur-Seine, a las afueras de París.
Era rico, gracias a los 370 millones de álbumes vendidos en el mundo y traducidos a 111 lenguas y dialectos, a la quincena de filmes, a un parque de atracciones en Francia y a centenares de productos derivados.
La muerte en 1977, a los 51 años, del gran guionista René Goscinny durante una prueba de esfuerzo efectuada en un chequeo médico, lo afectó mucho. Juntos publicaron 24 álbumes. Gracias a su trabajo, el cómic conquistó al gran público.
«No me han regalado nada»
Uderzo abandonó después Dargaud, su histórica editorial, para fundar la suya propia, Albert-René, y crear ocho números en solitario de Astérix, sin contar los álbumes aniversario y las historias cortas.
«No me han regalado nada. Claro que sufro de un complejo +Goscinny+, pero también me lo crean», afirmaba en alusión a la prensa, que juzgaba que sus álbumes eran de menor calidad que cuando trabaja en tándem. Sin embargo, aseguró su éxito entre el público.
Como Hergé con Tintín, Uderzo no quiso en un primer momento crear nuevos Astérix tras la muerte de Goscinny, pero acabó cambiando de parecer.
En 2011, al sufrir de un reumatismo articular en su mano derecha, pasó el relevo a autores más jóvenes, supervisando en todo momento su trabajo y suscitando de nuevo el aplauso de sus lectores.
«Mi mano no estaba hecha para este oficio», explicaba. «¡Miren las ‘manazas’ que tengo! Son manos de charcutero, tengo los huesos grandes, como mi padre. Siempre pinté mis dibujos con pincel, cosa que requiere mucha destreza. Seguramente me dañé la mano trabajando así».
Nacido el 25 de abril de 1927 en Fismes (norte), Uderzo nació con 12 dedos, una anomalía corregida durante una operación. Su padre era lutier. Su infancia en París fue modesta pero feliz.
El joven, daltónico, descubrió el dibujo en la Sociedad Parisina de Edición. Después de la Segunda Guerra Mundial, creó varios héroes como «Flamberge», «Clopinard» y «Arys Buck», una especie de Hércules acompañado ya de un pequeño camarada.