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Uso y abuso de la fuerza policial

Por: El Husmeador

Buen inicio de semana estimados lectores, ya están listos para entrar a la
transición ordenada y gradual hacia el color naranja del semáforo
epidemiológico por Covid-19, con el que se reiniciarán actividades de
diversos sectores, y se reabrirán estaciones del metro y metrobús;
además, finaliza el programa Hoy No Circula Temporal tal como informó la
jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Pero en el Estado de México aun
estamos con el semáforo en rojo, vaya confusión, no creen ustedes, en fin
mejor tratemos de poner en practica el decálogo de Andrés Manuel López
Obrador, donde da consejos a la nación y que él considera necesario para
salir del tema del coronavirus y enfrentar la nueva realidad, que
recomienda aplicar bajo el criterio personal de cada uno de los mexicanos,
con base en lo aprendido de las autoridades sanitarias durante los meses
del confinamiento, ¿que es esto? un “me lavo las manos y ahí ustedes
saben”. Bueno hasta aquí con ese tema de la pandemia.

Y tal como lo mencione en la columna del pasado lunes, hoy analizaremos
de forma breve el tema del uso y abuso de la fuerza policial, que es un
tema que no podemos dejar de lado, ahora mismo hay todos los días
casos terribles que suceden en todo el país, basta dar una revisada a los
diarios para darnos cuenta.

La preocupación por el fenómeno del uso policial de la fuerza ha
propiciado una serie de distinciones de relevancia conceptual.
Una distinción importante es la que se plantea entre brutalidad policíaca y
uso innecesario de la fuerza. La brutalidad es un acto consiente de causar
daño más allá del control de una situación, mientras que el uso innecesario
puede reflejar la incapacidad de manejar una situación, ya sea por falta de
entrenamiento adecuado u otros motivos. El uso innecesario de la fuerza puede ser un error de buena fe en un intento por manejar una situación, la
brutalidad nunca es de buena fe.

La importancia de la distinción reside en que las causas de ambos tipos de
mal uso de la fuerza son, muy probablemente, de naturaleza diversa.
El uso innecesario puede resolverse con una mejor capacitación técnica,
mientras que la brutalidad refleja un problema mucho más profundo.

Como rasgo sistemático de su funcionamiento, la brutalidad policial refleja
no solamente las carencias de una capacitación profesional, aspecto sobre
el que recaen, en el caso de México y mas notoriamente en los municipios
casi todas las recomendaciones cuando existe algún escándalo de abuso
de la fuerza pública. La brutalidad policíaca, como rasgo sistemático,
repito, refleja también inadecuación de los objetivos y la ideología
institucional y de sus reglas culturales cotidianas.

Representa también el fracaso de los mecanismos de control y
transparencia involucrados en un sistema de rendición de cuentas y para
tener este tema más claro, tomemos como ejemplo un caso que todos
recordamos; El escandaloso operativo policial en los municipios de
Texcoco y San Salvador Atenco, Estado de México, los días 3 y 4 de mayo
de 2006, es un condensado ejemplo de brutalidad policial que no puede
buscar diluirse en un simple (y recurrente) llamado a una “mayor
capacitación”. Las documentadas agresiones a la integridad física y las
agresiones sexuales, no remiten a un problema de carencias técnicas,
responden (aunadas a la impunidad vigente) a un modelo policial represivo
y antidemocrático.

Es indispensable abrir líneas de investigación que busquen conocer cuáles
son los factores que en mayor medida determinan la ocurrencia del abuso.
Los procesos de reforma policial no tendrán resultados eficaces sin colocar
como uno de sus ejes centrales dicho problema. Los principales
obstáculos para la puesta en práctica de los necesarios estudios sobre el
abuso se encuentran en la producción de información sistemática sobre las
acciones policiales, así como en las escasas posibilidades de acceso a la
información de las propias organizaciones policiales por parte de los
investigadores en la materia.

Como vimos estimados lectores tanto en el caso que revisamos como casi
en todos los casos que suceden a diario, es indispensable abrir líneas de
investigación que busquen conocer cuáles son los factores que en mayor
medida determinan la ocurrencia del abuso. Los procesos de reforma
policial no tendrán resultados eficaces sin colocar como uno de sus ejes
centrales dicho problema.

Los principales obstáculos para la puesta en práctica de los necesarios
estudios sobre el abuso se encuentran en la falta de producción de
información sistemática sobre las acciones policiales, así como en las
escasas posibilidades de acceso a la información de las propias
organizaciones policiales por parte de los investigadores en la materia y la
falta de fortaleza de las instituciones encargadas de la protección de los
derechos humanos. Hasta ahora y gracias al uso de nuevas tecnologías
como cámaras de vigilancia y teléfonos inteligentes con cámaras de video
y fotografía de muy buena resolución, los ciudadania hemos aportado
evidencias que hoy han permitido exhibir muchos casos de uso y abuso de
la fuerzas policiacas.

Bueno amigos este es un tema sumamente complejo y podríamos gastar
mucha tinta en el, pero por ahora aquí lo dejaremos, les recuerdo que
hemos puesto a su disposición el email buzondelhusmeador@gmail.com
para estar mas cercanos a ustedes, en el que nos pueden solicitar temas
de su interés y podamos escribir sobre ellos, o puedan hacer ustedes
denuncias o quejas que podamos exhibir en este periódico, tengan una
buena semana.

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