Venden primer registro del Calendario Azteca y la Coatlicue
CIUDAD DE MÉXICO, junio 24 (EL UNIVERSAL).- El golpe del martillo indicó un nuevo valor para el libro que contiene el primer registro de la Piedra del Sol y de la Coatlicue.
El lote que formaba parte de «La Subasta de Libros de exploradores y viajeros, mapas y vistas. Incluye colección de la biblioteca de Roberto L. Mayer» alcanzó el precio de 48 mil pesos, que con sus respectivos impuestos asciende a cerca de 60 mil pesos.
El registro formaba parte del libro «Descripción histórica y cronológica de las dos piedras que con ocasión del nuevo empedrado que se está formando en la Plaza Principal de México, se hallaron en ella en el año de 1790», de Antonio León y Gama.
El título subastado en Morton contiene tres láminas plegables con ilustraciones de las piezas arqueológicas que hoy forman parte del acervo del Museo de Antropología.
Su importancia radica en que la obra de León y Gama es el primer testimonio histórico que mostró a las comunidades del México precolombino como una civilización avanzada, contrario a lo que los españoles aseguraban hasta ese momento.
A través de un comunicado se retomaron palabras del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, quien aseguró que el hallazgo de la Piedra del Sol, también conocida como Calendario Azteca, fue para los españoles una prueba de que combatieron contra «un pueblo desarrollado que ya tenía noción del tiempo, por lo cual sus victorias sí tenían gran valor».
Cabe recordar que en 2010 el experto calificó esto como «un pequeño llamado de rebeldía» para reclamar su derecho de libertad a reconocer sus orígenes y venerar a sus antiguos dioses, como forma de rebeldía ante la opresión española.
El precio estimado para la publicación era de entre 50 mil y 80 mil pesos, por lo que el precio que alcanzó fue cercano al mínimo de estimación.
El libro explica el método que tenían los aztecas de dividir el tiempo, y la corrección que hacían de él para igualar el año civil con el año solar trópico. También relata información sobre la astronomía y los ritos y ceremonias que acostumbraban los nativos.
El descubrimiento de los monolitos de la Piedra del Sol y de la Coatlicue sirvieron para marcar el inicio de la arqueología con un carácter disciplinario con la intención de recuperar la historia sobre las antiguas costumbres de la población.
La Coatlicue fue encontrada el 13 de agosto de 1790 cuando se realizaba en la Nueva España una excavación para crear el drenaje. Cuatro meses después, el 17 de diciembre, se dio con la Piedra del Sol.