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España ha visto en la guerra comercial una oportunidad para cumplir un viejo sueño: vender más cerdos en China

No hay guerra sin efectos colaterales. Y las comerciales no son una excepción. En plena escalada del pulso arancelario entre EEUU y China, con cruces de gravámenes de más del 100% a sus exportaciones y la incertidumbre de cómo esas tasas afectarán al milmillonario comercio entre ambos países, el sector porcino español parece haberse encontrado con una inesperada “ventana de oportunidad”. ¿El motivo? EEUU es un proveedor relevante de carne de cerdo para China, pero a partir de ahora se verá penalizado por aranceles, dejando un importante (y tentador) hueco en el mercado asiático.

Y España ya ha movido ficha (con acuerdos al más alto nivel) para ampliar su presencia en las carnicerías chinas.

Un porcentaje: 125%. A finales del año pasado, cuando Trump (por entonces aún presidente electo) amagaba ya con subir los aranceles a China, Canadá o México, desde Pekín lanzaron un aviso a navegantes: «Nadie gana una guerra comercial». Meses después y a la espera de ver cómo evoluciona el pulso arancelario, el tiempo parece darle la razón. Washington ha  elevado al 145% (incluido el 20% por el fentanilo) las tasas que impone a las exportaciones chinas con destino EEUU mientras el Ejecutivo de Xi Jinping ha reaccionado aumentando los suyos a las mercancías «made in USA» un 125%.

Un sector: el porcino. Ese cruce de gravámenes ha hecho que la guerra comercial (extensible a otros países) se haya recrudecido entre Washington y Pekín, con derivaciones hacia múltiples sectores. Entre todos hay uno sin embargo que España mira con especial interés: el porcino. La razón es muy sencilla. China es un enorme productor, pero también un gran mercado que importa cada año cientos de miles de toneladas y moviliza miles de millones de dólares. Y para muestra un botón: según Reuters, en 2023 China recibió carne de cerdo (incluida casquería) por valor de 6.000 millones.

En ese generoso flujo de mercancía porcina con destino al mercado chino, EEUU juega un papel relevante. Las previsiones para 2024 pasaban por que EEUU se consolidase como uno de los grandes exportadores de carne de cerdo a escala mundial, con un flujo a nivel  global de 3,24 millones de toneladas métricas. En uno de sus últimos balances, US Meat Export Federation (USMEF) precisa que, si bien el año pasado las exportaciones de carne de cerdo a China/Hong Kong descendieron un 6%, sobrepasaron las 467.200 toneladas, con un valor de aproximadamente 1.140 millones de dólares.

Una pregunta: ¿Y ahora qué? La gran pregunta tras la aplicación de aranceles del 125% a las exportaciones estadounidenses con destino China y la batería de contramedidas burocráticas desplegadas por Pekín es… ¿Cómo afectarán a ese flujo de carne de cerdo dirigido al mercado chino? ¿Seguirá siendo competitiva o dejará un hueco? La pregunta interesa de forma especial a otros grandes productores que ya han logrado hacerse un hueco en las carnicerías del gigante asiático, como Brasil o la UE. Y dentro de esta última destaca España.

Esta misma semana AHDB publicó un informe en el que señala que en 2024 China importó 1,06 millones de toneladas de carne de cerdo, un 31% menos que el año anterior, y cerca de 1,15 millones de toneladas de «despojos» (casquería), producto este último al alza y que ha crecido un 4% interanual. Según sus datos, entre los grandes exportadores destacan la UE-27 (con un peso clave de España), Brasil y Estados Unidos.

Un país: España. Como publica hoy El País el escenario que han abierto la guerra comercial y los aranceles del 125% aplicados por Pekín a EEUU interesa, y mucho, al sector porcino español. Al fin y al cabo conoce bien el mercado asiático y en el pasado ha demostrado su capacidad para trabajar en él con cifras muy superiores a las actuales: en 2020, después de China tuviese que sacrificar buena parte de su cabaña por un brote de fiebre porcina, España disparó su exportación allí hasta sumar un volumen récord, con una valoración de 3.117 millones de euros, según El País.

Desde entonces el flujo de las exportaciones españolas de porcino a China se redujo de forma sensible hasta quedarse en alrededor de 1.066 millones de euros en 2024. En juego han entrado diferentes factores, como la caída general en las importaciones de carne de cerdo en China coincidiendo con la recuperación de la cabaña china o el encarecimiento del cerdo español por el impacto de la guerra de Ucrania (influyó en el coste de alimentar el ganado) o los efectos del síndrome respiratorio porcino a nivel nacional.

Un consejo: «Estar atentos». Con ese telón de fondo, el sector ve con un interés especial tanto los aranceles de China a Estados Unidos como los pasos qua ya está dando España para recuperar terreno en el mercado asiático. Hace unos días el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España y la Administración General de Aduanas china firmaron un protocolo para la exportación de porcino que, en palabras de La Moncloa, «permitirá ampliar la lista de productos autorizados que se exportan desde España».

«Hay que estar atentos a las oportunidades que surjan en este futuro cambiante. El protocolo de exportación firmado el jueves es otra señal de que China quiere abrir su mercado a nuevos proveedores», reflexiona Guiseppe Aloisio, director general de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice). Aunque asume que parte del hueco lo asumirá probablemente Brasil, cree también que el nuevo escenario puede abrir una «venta de oportunidad» a España.

Un pero: la demanda por dumping. No todo son oportunidades y ventajas. Y no solo por el interés de otros grandes productores como Brasil (o incluso Rusia) en el mercado del porcino chino. Quizás España y China hayan aproximado posturas en los últimos días, pero hace no tanto las perspectivas del sector porcino europeo (y español) estaban empañadas por otro movimiento de Pekín: la investigación abierta en 2024 a las importaciones de la UE por las sospechas de competencia desleal, un movimiento que en su día se interpretó como una réplica a la decisión de Bruselas de aplicar aranceles a los coches eléctricos chinos.

La clave es si con el inicio de la guerra comercial ese proceso ha pasado a segundo plano. «Las investigaciones antidumping se enmarcan en un nuevo contexto bajo el cual consideramos que la adopción de cualquier medida no sería positiva para ninguna de las partes. Así lo hemos trasladado a las autoridades chinas y ellas han tomado buena nota», señala el ministro de Agricultura, Luis Planas. Por lo pronto, ambas partes han rubricado ya un protocolo de cinco años prorrogables para aumentar la lista de productos porcinos que se podrán exportar desde España.

Imágenes | Veronica White (Unsplash) y / Ricardo (Unsplash)

En Xataka | España ha hecho fortuna exportando carne de cerdo a China. Ahora le ha salido un enemigo gigantesco: Rusia

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