Después de estar confinados a tiendas naturistas por años, hoy los alimentos sin gluten están por todas partes; los pasillos de los supermercados están hoy llenos de estas opciones.
Para quienes son intolerantes al gluten, una proteína que está en el trigo, la cebada y el centeno, esto es, sin duda una bendición, pero mucha gente se está subiendo al tren de lo sin gluten, simplemente por moda o porque ha leído por ahí -basado en prácticamente cero evidencia científica-, que puede ayudar a bajar de peso, a aumentar la energía, a sentirte más sano y ¡hasta para tratar el autismo!
De acuerdo con lo que el doctor Daniel A. Leffler, director de Investigación Clínica del Centro Celíaco del Centro Médico Beth Israel Deaconess, en Boston, dijo al sitio Harvard Health Publishing, de la Universidad de Harvard, esto no tiene mucho sentido. «Las personas que son realmente sensibles al gluten se sentirán mejor al dejar de consumirlo, pero la mayoría no derivará un beneficio real de la práctica, simplemente gastarán dinero inútilmente, porque estos productos son caros», dijo el médico al sitio web.
Quienes sufren de la llamada enfermedad celíaca no resisten ni siquiera un poco de gluten. Un crouton, por ejemplo, basta para provocar un malestar significativo.
En los verdaderos celíacos, el gluten provoca una respuesta inmune que daña al recubrimiento del intestino delgado, lo cual interfiere con la correcta absorción de los nutrientes y puede eventualmente llevar a problemas como osteoporosis, infertilidad, daño a los nervios y hasta convulsiones. Si embargo, quienes padecen esta enfermedad representan solamente entre el 0.7 y el 1.4% de la población mundial, es decir que son muy pocos.
Existe otra condición que se llama sensibilidad al gluten o sensibilidad al gluten no celíaca, que provoca síntomas similares, pero no causa un daño intestinal, y quienes lo padecen también se pueden beneficiar de alivio en sus malestares al dejar esta proteína, pero es importante saber que éste no está solamente en el pan, cereales, pasta, pizza, y cerveza.
También puede incluirse en muchos otros productos como algunos vegetales congelados, salsas embotelladas, salsa soya, algunos alimentos hechos con saborizantes naturales, suplementos de vitaminas y minerales, algunos medicamentos e incluso en pastas de dientes. Esto hace que el seguir una dieta realmente libre de gluten sea muy complicado, por lo que, si no tienes razones médicas de peso para dejarlo, no tiene sentido que lo hagas.
Dicho lo cual, con la moda gluten free, hemos descubierto alimentos en los que antes no hubiéramos pensado y que ofrecen nuevos sabores y beneficios nutricionales que la tradicional harina de trigo no aporta.
Aquí, como ejemplo, te compartimos seis harinas que están de moda para hornear pan, pasteles, galletas y hasta el famosísimo panqué de plátano de la cuarentena, todo sin gluten ¡descubre nuevos sabores y opciones sanas y nutritivas!
Harina de almendra
Hay de dos tipos, la llamada almond meal, que se produce al moler las almendras hasta convertirlas en un polvo grueso y que puede hacerse con estas semillas peladas o sin pelar, y la llamada almond flour, que se hace moliéndolas más finamente y sin cáscara.
Ambos tipos han ganado popularidad recientemente gracias a la buena reputación que han ganado las almendras y productos derivados, como su leche. Contiene muchos minerales, incluyendo hierro, magnesio, calcio, potasio, cobre y manganeso. Es una buena fuente de vitamina E y grasas monoinsaturadas.
Tiene bastante fibra, es una buena opción para diabéticos y para cualquiera que quiera seguir una dieta baja en carbohidratos; sin embargo, es importante saber que es alta en grasa. En este sentido, una taza de harina de almendras tiene 200 calorías más que una taza de harina de trigo tradicional.
El tipo más grueso (almond meal), es ideal para alimentos horneados más densos como panqués y galletas; mientras que la más fina (almond flour) funciona para hacer macarons o pasteles ligeros.
Harina de coco
Todo lo que tenga que ver con el coco está súper de moda y su harina es lo que viene con más fuerza. Para hacerla, se quita la cáscara dura y peluda, después la pulpa se muele con agua, se cuela y después, se hornea para que se seque, y se muele para hacer un polvo fino.
Es alta en proteína y grasas buenas, mientras que tiene pocos carbohidratos y un bajo índice glicémico.
Es una buena opción para quienes son alérgicos al trigo o a las nueces y para quien está en una dieta alta en grasas.
La harina de coco tiene una textura fina, una fuerte esencia y un dulzor natural, sin azúcar añadida. Absorbe bastante agua, por lo que los alimentos horneados con ella son suaves; pero, atención, el sabor del coco sale a relucir en todo lo que hagas con ella, de modo que si no te gusta, mejor no la uses. Puedes hacer con ella roles de canela, hot cakes, waffles, panqués, macarons y brownies, entre otras muchas cosas.
Harina de avena
Esta es una de las más populares alternativas sin gluten, pero si eres un verdadero celíaco, debes asegurarte que las hojuelas de avena no tengan nada de gluten (algunas marcas muy comerciales lo tienen). La avena en sí no lo contiene, pero al procesarse se puede contaminar. Hacerla en casa es súper sencillo, basta triturar las hojuelas en una licuadora potente o en un procesador de alimentos hasta obtener una textura fina. Hay quien recomienda tamizarla para obtener un polvo más fino, el salvado que queda puede usarse en licuados y otros alimentos.
La avena tiene un sabor muy suave, por lo que resulta perfecta para hornear, pues no interferirá con los otros ingredientes. Es muy popular dado que es fácil de conseguir y de hacer, es barata y muy nutritiva. Te mantiene satisfecho, es alta en fibra y proteína y ayuda a bajar el colesterol malo.
Es ideal para hacer galletas de avena (obviamente), panqués, hot cakes y el clásico pastel de cumpleaños, si combinas harina de avena con harina de arroz, la textura de tus productos horneados será muy similar a la de la harina de trigo.
Harina de arroz
Harina de arroz salvaje, harina de arroz blanco, harina de arroz dulce, hay varios tipos pues es una harina muy popular. Actualmente es la más utilizada por quienes quieren hornear sin gluten, porque la textura es ligera y muy fina.
El sabor es muy sutil, por eso se presta para mezclarse con otras harinas para mejorar la textura y el sabor de tus alimentos horneados. Se hace moliendo finamente los granos de arroz crudo y se puede usar para hornear pastelitos y galletas, tallarines para platos asiáticos y para espesar salsas y sopas.
Es alta en proteína y fibra, por lo que ayuda a bajar los niveles de colesterol malo y puede ayudar a bajar de peso; también contiene hierro, vitamina B, magnesio y manganeso.
Dada la abundancia de este grano, la harina de arroz es muy popular en América, Europa y Asia. Si la combina con harina de avena se puede hacer pastel de cumpleaños, panqué de plátano, brownies, pan pita, hot cakes y hasta ¡donas! Otra ventaja es que es la harina alternativa más barata en el mercado.
Harina de garbanzo
Está hecha de los granos de garbanzo, que es una leguminosa. Tiene un sabor a nuez y una textura granulada. Se usa frecuentemente en la cocina del Medio Oriente, en la india y paquistaní. Se usa para hacer falafel, hummus y socca.
Es una buena fuente de fibra y de proteína vegetal, juntos ayudan a la digestión, te hacen sentir satisfecho más tiempo y promueven la pérdida de peso. Contiene también magnesio y potasio, que son buenos para el corazón.
Hay que cuidar que no se contamine con gluten si se procesa en molinos de trigo.
Harina de amaranto
Al igual que el trigo sarraceno o alforfón, el amaranto es considerado un seudocereal que formó parte de la alimentación básica de las civilizaciones azteca, maya e inca.
Tiene un sabor terroso y un poco a nuez, pero muy sutil, por lo que combina bien con otros ingredientes, no se puede usar sola, sin embargo; tiene que combinarse con otros tipos de harina para hacer tortillas, pies y pan, nada muy delicado.
Es rica en fibra, proteína, manganeso, magnesio, fósforo, hierro y selenio, nutrientes que ayudan a la salud cerebral y de los huesos.
Si eres celíaco, asegúrate que no haya sido molida en un molino de harina de trigo.