CIUDAD DE MÉXICO, julio 30 (EL UNIVERSAL).- La inercia recesiva que se registra en México es la más grande de la historia, por lo que se requieren tomar medidas emergentes de manera interna para hacer frente a la situación, porque en esta ocasión Estados Unidos no será la vía para reactivar la economía, dijo el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Estamos frente a un entorno económico complejo, pues el retroceso del PIB de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en el segundo trimestre del 2020 fue de -18.9% con respecto al mismo trimestre de 2019, la mayor caída después del -9.1% del segundo trimestre de 2009.
«En función de las cifras preliminares dadas a conocer por el Inegi, la economía refrenda su mensaje de la necesidad de contar con un programa de reactivación que permita vencer la inercia de una recesión que implica tanto la pérdida estructural de empleo como la desaparición de empresas: tienen una relación simbiótica que no debe analizarse de forma separada», dijo el director general del IDIC, José Luis de la Cruz.
Explicó que mientras en México tenemos las peores caídas de la historia, también hay severas dificultades en la economía estadounidense que registró en el segundo trimestre del año -32.9%, lo que muestra caídas profundas.
«En esta ocasión Estados Unidos no será el mecanismo para lograr una reactivación económica automática», como sucedió en otras ocasiones, comentó De la Cruz en el análisis La Voz de la Industria.
Por lo anterior, dijo, es necesario comenzar a sentar las bases de un programa integral de reactivación productiva que atienda los sectores más afectados tanto por la crisis sistemática como por los efectos del Covid-19.
Esto significa que se requiere un acuerdo nacional, una política industrial, revisión de los nuevos tratados comerciales a fin de evitar amenazas comerciales y generar estrategias de desarrollo regional y sectorial que atienda la coyuntura actual.