Reducir pobreza laboral podría tardar una década: CEEF
CIUDAD DE MÉXICO, agosto 10 (EL UNIVERSAL).- Ante la emergencia sanitaria por Covid-19, se ha generado una desaceleración económica que impacta en la pérdida de empleos y el aumento de la pobreza laboral. Salir de este escenario podía llevar hasta una década, similar a lo que sucedió durante la crisis financiera 2008-2009, advirtió Armando Leñero, presidente del Centro de Estudios para el Empleo Formal (CEEF).
En el segundo trimestre de 2020, se registró una baja del PIB de 18.9%, de acuerdo con datos del Inegi. Esto representa una caída histórica que supera a las crisis anteriores, pero también impacta en los salarios bajos con los que se está contratando tras la pandemia, opinó el directivo.
«Tenemos a más mexicanos ganando lo mínimo», aseveró Leñero. A junio de este año, el 36.9% de la población percibe entre uno y dos salarios mínimos (equivalente a 3 mil 746 y 7 mil 492 pesos mensuales). En opinión del presidente del CEEF, esta situación empeora en el contexto de una gran población de empleados informales sin presentaciones sociales y en una crisis donde se pierden vidas.
El salario mínimo actual equivale a 128.41 pesos diarios, entonces, si consideramos que el costo de la canasta básica ronda los mil 643.15 pesos, de acuerdo con investigaciones de la UNAM, resulta que el salario alcanza a «medio cubrir» las necesidades de una sola persona. Para que la familia mexicana -que en promedio está compuesta por cuatro integrantes- tuviera acceso a la canasta básica, el ingreso familiar debiera rondar en aproximadamente 14 mil 786 pesos.
«Con la disminución del 80% del poder adquisitivo que se ha vivido en los últimos 30 años, aunado a una pandemia sanitaria, el país no podría lograr la recuperación de la población laboral y salarial en al menos una década, y debiendo desarrollar políticas estructurales para frenar la caída de los más pobres y de la clase media», insistió Leñero.
En 2009 el índice de personas que no podían adquirir la canasta básica fue de 39.5%, como producto de la crisis financiera. Para el primer trimestre de 2020 ese índice equivalía a 35.7%, lo que significa que estábamos a solo 3.8 puntos debajo de lo alcanzado en 2008.
Para el mes de mayo, este índice se agravó alcanzando un 54.9% de la población. «Una situación que pone a México en estado de vulnerabilidad porque en esta crisis no solo hay baja económica, que pega a las empresas, sino que se pierden vidas», alertó el presidente del CEEF.
El directivo recordó que para que México sea sostenible en presencia de una pandemia, se requiere controlar la curva de contagio.
Asimismo, una reapertura económica exige mayor liderazgo y jurisdicción de las autoridades, quienes deben encargarse de tomar acciones como: implementar políticas estructurales que promuevan un beneficio integro, el aumento del gasto fiscal para controlar la emergencia sanitaria y una reactivación financiera más eficiente y equitativa, de modo que el gasto público destinado a la salud alcance un 6% del PIB, eso último acorde a recomendaciones emitidas por la Cepal.
Armando Leñero puntualizó que el gran desafío para México es procurar la salud de los empleados durante la reincorporación laboral, ya que al darse un rebrote por Covid-19, podría generar un nuevo paro en la actividad económica, que afecte a los empleadores y su capacidad para cubrir las necesidades económicas y de salud de los colaboradores.