Inteligencia del mono araña, sofisticada como la de una computadora
CIUDAD DE MÉXICO, agosto 15 (EL UNIVERSAL).- Una investigación liderada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reveló que los mono araña cuentan con una inteligencia comprable a la eficacia de los cálculos de una computadora colectiva, lo que facilita sus labores de recolección de alimentos y reconocimiento del hábitat.
«Su inteligencia colectiva es como la de las colonias de hormigas; este tipo de inteligencia se utiliza, por ejemplo, en los mercados financieros y en las elecciones de un proceso democrático», expuso la Máxima Casa de Estudios en un comunicado.
En conjunto con investigadores del Instituto Santa Fe de Nuevo México, integrantes del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS), estudiaron a lo largo de dos años la interacción de 47 monos, durante cinco horas diarias, en las que detectaron que la comunidad reúne los conocimientos de todos los primates para la toma de decisiones.
El doctor en biología, Gabriel Ramos Fernández, explicó que recurren a estos saberes para desarrollar un conocimiento más completo de su ambiente, al tomar en cuenta la información que cada uno conoce sobre los recursos: «Así que como grupo conocen su ambiente mejor que cualquier individuo por sí mismo», aseguró.
El experto destacó la efectividad en su sistema de organización social, conocido bajo el nombre de «fisión-fusión», en el cual los mono araña se dividen en equipos para buscar comida, sin un integrante que lidere a cada grupo, pues cada uno toma decisiones individuales sobre su permanencia.
El experto del IIMAS señaló que «una de las razones por la que los monos se dividen o juntan es porque cada individuo conoce una parte de su territorio», y detalló que suponen «que cada uno tiene una muestra distinta de los árboles que tienen fruta en un momento dado».
Similitud entre monos y computadoras
En la investigación, publicada en «Frontiers in Robotics and Artificial Intelligence», indicó que el comportamiento sistémico, semejante al de una computadora colectiva radica en el tipo de cálculos que definen los modos de agrupación: «Lo hacen de manera actualizada, en tiempo real», mencionó Ramos Fernández.
Cuando las porciones de comida cambian, reorganizan a sus grupos en tamaños distintos con el objetivo de satisfacer las necesidades de todos, para lo que el grupo de investigadores utilizó una técnica de medición de coincidencias de las estimaciones con la realidad. «La serie de tiempo de la abundancia de alimento va oscilando, y la serie de tiempo de la distribución de tamaños de los subgrupos también lo hace. Entonces, medimos qué tanto una nos informa acerca de la otra», subrayó, «este mecanismo ayudará, también, a conocer sistema globales a través de interacciones entre individuos», aseguró el académico de la UNAM.
La observación de los estudiosos de la Universidad Nacional e integrantes del Instituto de Santa Fem se llevó a cabo en el área protegida Otoch Ma’ax Yetel Kooh, ubicada junto a la comunidad de Punta Laguna, en los límites de los estados de Quintana Roo y Yucatán.