Seguridad

Sociedad se habitúa a la violencia: expertos

El abandono del Estado en la crisis de desaparecidos que vive México, más el incremento en la brutalidad de las agresiones alrededor de este delito, origina que las madres buscadoras y la sociedad del país entero se habitúen a la violencia, la normalicen y caigan en la resignación frente a la impunidad institucional, advierten expertos.

Aseguran que el mensaje de las autoridades, de ignorar a quienes rastrean, y el del crimen organizado, de atemorizar a los que busquen justicia, es tan efectivo que ha paralizado a los mexicanos hasta asumir que el trabajo de investigación corresponde a las madres y las familias, y no a los organismos de seguridad.

«El estado de resiliencia de las madres buscadoras es inédito. En las crisis de desaparecidos que se dieron en los años 70 en Latinoamérica, las madres únicamente protestaban, señalaban o difundían, pero ellas no acudían al terreno como lo hacen aquí las madres mexicanas con su trabajo de peritaje, de desenterradoras, de abogadas propias, lo cual es una muestra de podredumbre y degradación del Estado por el abandono en que las tienen, y es muestra también de la descomposición del tejido social que esta ausencia de apoyo ha detonado», explica Sury Palacios, socióloga por la Universidad de Guadalajara.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Palacios detalla que el papel activo que los familiares de desaparecidos han tomado es equivalente a la pérdida de la presencia de los gobiernos y el piso ganado por los cárteles, grupos de la delincuencia organizada o entes estatales de seguridad que probablemente están involucrados en estos crímenes.

«La inacción de los gobiernos, más el desinterés social por el abandono de estos mismos entes, ha llevado a que las buscadoras establezcan comunicación con sus victimarios para encontrar justicia y comprueba que la sociedad las está dejando solas, justo por los mensajes de las autoridades, pero hay que aclarar que todos somos víctimas silenciosas de esto, no sólo ellas», expone la también abogada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Desde su perspectiva, la sociedad debe transformarse en una forma de mayor apoyo a las buscadoras a través de la protesta social. Sin embargo, se ha inhibido también por el miedo, ya que este es un delito poco castigado y hundido en la impunidad.

«Para luchar contra este tipo de delitos es importante saber quiénes los están cometiendo y las Fiscalías no responden, lo cual refuerza nuestro miedo como sociedad.

«No hay autores, no hay castigos, por eso este tipo de delitos se siguen cometiendo y, lamentablemente, se mantienen ante la indiferencia», expone Palacios.

Hugo Sánchez Castillo, profesor titular en la Facultad de Psicología de la UNAM, detalla que este olvido institucional abona a que el umbral de resistencia al trauma, tanto de madres buscadoras como de la sociedad en general, se haya incrementado de forma impresionante.

«Somos individuos que nos adaptamos al ambiente constantemente. Esa capacidad adaptativa, desgraciadamente, nos ha hecho sobrevivir a actos que cada vez son más violentos, más graves y más complicados, que nos obligaron a tener una respuesta por el estrés asociado a estos eventos.

«Es malísimo, pero nos hemos ido habituando y las madres buscadoras también, pero esto les ha permitido sobrevivir, porque sus umbrales son mayores, además, ha participado la normalización y ya no son tan sensibles a la violencia (…) pero la exposición a estos hechos, en el largo plazo, puede generar consecuencias físicas crónicas», indicó Sánchez Castillo, presidente de la Sociedad Iberoamericana de Neurociencia Aplicada.

El experto indicó que el nivel de trauma desencadenado por experiencias violentas puede ser prevenido en gran medida por las redes de apoyo con las que cuente la víctima, por lo que es importante empatizar con la situación de las personas que buscan a sus desaparecidos por todo el país.

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