En una ardua misión rescatan a australiano que se enfermó en una base de la Antártida
El hombre trabajaba en la estación de investigación Casey cuando sufrió problema de salud en desarrollo que requería evaluación y atención por parte de un especialista
WELLINGTON, Nueva Zelanda.- Un australiano que se enfermó en una base remota de la Antártida está regresando a casa en un rompehielos tras una ardua misión para rescatarlo, dijeron autoridades este martes.
El hombre trabajaba en la estación de investigación Casey cuando sufrió lo que las autoridades describieron como un problema de salud en desarrollo que requería evaluación y atención por parte de un especialista.
El rompehielos RSV Nuyina partió de Australia la semana pasada y viajó más de 3 mil kilómetros (mil 800 millas) hacia el sur, abriéndose paso a través del hielo del mar para llegar a un sitio a 144 kilómetros (89 millas) de la base, indicó la División Antártica Australiana en un comunicado.
Desde allí, dos helicópteros despegaron desde la cubierta del navío el domingo y llegaron a la base casi una hora después para rescatar al hombre.
“La primera fase de la evacuación se llevó a cabo en forma segura y exitosa, y el buque se encuentra ahora en su viaje de regreso a Hobart”, dijo Robb Clifton, gerente general interino de operaciones y logística de la división. “Nuestra prioridad es llevar a este expedicionario de vuelta a Tasmania para la atención médica especializada que requiere”.
Se prevé que el hombre llegue a Australia la semana próxima. Hasta entonces será atendido en la instalación médica especialmente equipada del rompehielos por doctores de medicina polar y personal del Real Hospital de Hobart.
Las autoridades dijeron que no divulgarían el nombre del hombre ni el problema médico que padece para proteger su privacidad.
Durante el verano austral, más de 150 personas trabajan en la estación de investigación Casey. Pero en el invierno se quedan menos de 20 para efectuar labores de mantenimiento.
La división indicó que todas las otras personas que laboran en bases australianas en la Antártida han sido contabilizadas y están a salvo.