Este mineral es más duro que el diamante y tiene un origen espectacular: los confines del espacio
La lonsdaleíta es uno de los materiales más interesantes para los geólogos, siendo una especie de «piedra filosofal». Es igual o más duro que un diamante, se ha cuestionado su existencia y ahora, un grupo de investigadores ha apuntado a que tiene también un origen extraterrestre.
Este material fue descubierto en 1967 dentro del cráter Barringer, una estructura geológica que se ubica en Arizona, formada a partir del impacto de un meteorito hace 50,000 años. Dentro de este se encontró la lonsdaleíta, nombrándose así en honor a la cristalógrafa Kathleen Lonsdale, quien fue la primera mujer socia en la Royal Society of London.
Tras más de 50 años, la confirmación sobre su existencia llegó, pues inicialmente se creía que no era un material nuevo, sino una forma anómala del diamante.
Esto es porque ambos son alótropos de carbono, dicho de otra forma, carbono elemental entrelazado en distintas estructuras, por un lado el diamante en forma de cubos y la lonsdaleíta en hexágonos.
Ahora, después realizar más pruebas sobre los cristales para determinar si se trataba de un nuevo mineral, un artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Science ha revelado nueva información.
El origen del mineral
De acuerdo con un grupo de investigadores, la lonsdaleíta es un mineral real, por lo que su existencia queda aclarada por la cantidad de muestras conocidas hasta ahora y las mejoras técnicas en los últimos años que han permitido contar con aparatos de microscopía más capaces.
A pesar de su diferencia estructural, tanto el diamante como la lonsdaleíta se forman de manera semejante, a través de uno de tres procesos: cuando el carbono está largos periodos bajo alta presión y temperaturas, de la misma forma en que suelen crearse los diamantes en la Tierra; un impacto, como la colisión de un meteorito; o por los vapores desprendidos del grafito, donde los átomos se van «pegando» a una pieza existente, haciéndola crecer en tamaño.
Con su trabajo los científicos también pudieron determinar el origen del mineral, revelando que la lonsdaleíta sería extraterrestre y no se formaría por altas presiones y temperaturas, sino por un impacto. Específicamente se trataría de un impacto hace unos 4,500 millones de años que destruyó un planeta enano en nuestro sistema solar, aproximadamente en la misma época en que la Tierra se formó.
Los posibles usos de la lonsdaleíta
En cuanto a sus posibles aplicaciones, este mineral puede funcionar como sustituto al diamante en algunos casos, gracias a su dureza, siendo uno de los casos lógicos usarlo en entornos de minería.
Para lograrlo, es necesario encontrar formas de sintetizarlo de la misma forma en que se hace con los diamantes y replicarlo a niveles industriales. Esto permitiría hacer piezas de maquinaria no solo pequeñas, sino que también sean ultraduras que sirvan para reemplazar las de grafito, dicen los investigadores.
Por lo pronto la confirmación del origen y las propiedades de la lonsdaleíta revelan que aún hay minerales por descubrir, pues muchos de ellos pueden ser teorizados. Ahora el siguiente paso de este mineral es ver si cumple con las promesas que plantea y si tendrá un impacto directo en el avance tecnológico.