ANÁLISIS
Tomás Flores Rosales
• Corrupción, ”borrón y cuenta nueva”, la especie.
• Evitar manchar de impunidad al nuevo sexenio de Delfina Gómez Álvarez.
• Decisiones “motu proprio” de alto riesgo afloran.
A pocos les gustaría que a Delfina Gómez Álvarez le fuera mal en sus primeras decisiones tomadas “motu proprio”, incluso también en las inspiradas en la simple inercia de complacer en todo al Presidente de la República .
No sería la vez primera que ocurra esto último , pues en los regímenes priistas los gobernadores mexiquenses en turno aplicaban aquella regla no escrita relativa a que cuando el jefe del Ejecutivo federal preguntaba la hora , el mandatario en turno respondía con cierta disposición de cuerpo: “¡la hora que usted diga señor presidente!” .
Es cierto que se trata de un dicho repetido pero no desgastado el anterior y que sirve aún para ilustrar las relaciones que siempre imperan entre la gobernadora – en el caso de hoy – y el Presidente de la República en sus momentos de poder total de este último.
Por eso afirmar que haber “federalizado” los servicios de salud pública del Estado de México para que sea el llamado “IMSS del Bienestar” el que atienda a las y los miles de mexiquenses que carecen de seguridad social , es hoy por hoy la decisión correcta de la maestra, podría tipificarse como un “albur” de tipo gubernamental para la nueva mandataria .
Pues si bien millones de ciudadanos carecen de ese beneficio , nada garantiza que una institución como el IMSS vaya a ser la panacea de un mal que ha agravado no la falta de recursos públicos en tierras mexiquenses, sino la lacerante corrupción que ha pululado en el sector , caja “chica” para muchas actividades no transparentes en las que se involucra incluso a ex gobernadores del Estado de México de acuerdo a instancias federales de fiscalización .
Y que posiblemente el nuevo gobierno que encabeza Delfina Gómez Alvarez no estaría dispuesto a indagar , no tanto porque no se cuente con herramientas para hacerlo , sino porque sin darse cuenta quizá en pocos días la maestra se está sumergiendo en el túnel del “borrón y cuenta nueva“.
Es decir :
A.- A partir del 16 de septiembre pasado había arrancado una “feroz” lucha contra la corrupción en tierras mexiquenses.
B.- Pero esta lucha no tocará a los antecesores de la administración de Delfina Gómez Alvarez .
Lo que significa que el recién inaugurado sexenio morenista podría estarse marcando por el flagelo de la impunidad que por más de 90 años ha imperado en el Estado de México y que precisamente fue la causa de que miles de familias mexiquenses se arremolinaron en la urnas el 4 de junio pasado para “romperle el espinazo” al régimen priista a fin de extirpar dicha impunidad y corrupción al mismo tiempo , pero quizá se corre el riesgo de que eso no suceda para decepción de las y los mexiquenses que por casi toda su vida han contribuido a combatir al viejo régimen, porque no fueron los que hoy se han instalado en cargos del gabinete y de la administración toda las y los únicos que lucharon por el cambio de gobierno y de régimen , los hay y, muchos , anónimos , que observan con denuedo fortalezas y debilidades de los bisoños gobernantes de MORENA .
Por eso Delfina Gómez Álvarez debe entrar en momentos de altura de miras en su nuevo rol de gobernante , pues si bien la disciplina es sustancial para conservar la armonía de tipo político, también , sino se calcula con esencia , podría convertirse en una “trampa” para los menesteres de la administración pública y lesionar en extremo el proyecto sexenal de gobierno recién iniciado .
Y es que Andrés Manuel López Obrador seguramente ya se percató que su “ocurrencia” o idea real ya no se concretará durante su periodo presidencial de elevar al sistema de salud mexicano a la par del de Dinamarca , por lo que la determinación de federalizar los sistemas de salud estatales a través de lo que ha tenido a bien denominar IMSS Bienestar es un ejercicio del pasado que ya demostró su inefectividad en perjuicio de millones de usuarios .
Es verdad que en esta etapa firmada ayer por 23 representantes de igual numero de entidades federativas, se trata únicamente para aquellas y aquellos beneficiarios que carecen de seguridad social , pero que implica complacer a Andrés Manuel López Obrador en lo relativo a traspasar activos y posiblemente pasivos que conforman la infraestructura de salud locales a la federación mediante el IMSS y que en el caso mexiquense es de las más importantes y sofisticadas de las que ofrecerán juntos los 22 estados restantes , lo que implica para la nueva mandataria una de sus primeras decisiones como gobernante de altísimo riesgo quizá con consecuencias irreversibles que podrían marcar desde el punto de vista negativo a su sexenio por la simple razón de que el tabasqueño ya se va de la Presidencia de la República en menos de un año tiempo justo para que se concrete , tal vez , el traspaso del sector salud estatal al IMSS Bienestar sin que haya espacio de corto plazo para medir los beneficios que el discurso presidencial ofrece .
Podría profundizar en este análisis el caso que para el gobierno mexiquense representará una especie de mezcolanza para que se pueda concretar el convenio firmado ayer ante el Presidente de la República , en virtud del halo de altísimos niveles de corrupción que imperan en rededor del sector salud mexiquense que se tratará de federalizar a partir de ayer aun cuando la medicina para ignorarlo sea el “borrón y cuenta nueva” o , sea , la impunidad .