‘El Niño’ se va, pero llegará ‘La Niña’: el enemigo climático de México para 2024 revive el temor a los huracanes más potentes
‘El Niño’ en su versión «moderado a fuerte» habita en el Pacífico Ecuatorial. Eso significa que la superficie del océano es más cálida de lo normal y sus efectos van desde los sutiles hasta los devastadores. México los ha sentido con clima extremo, lluvias torrenciales en el sureste y sequía extrema en el norte. Ahora, NOAA, la agencia climática de Estados Unidos, le ha puesto fecha a su término: primavera del 2024.
Lo más probable es que ‘El Niño’ se debilite durante la primavera de 2024, se lee en el informe, pero modelos climáticos que sugieren que ‘El Niño’ podría acabar tan pronto como en el periodo entre marzo y mayo. De cualquier forma, según la NOAA, ante la desaparición de ‘El Niño’ el nuevo problema en el horizonte es el opuesto: el fenómeno climático conocido como ‘La Niña’.
Para entender ‘La Niña’, primero hay que asomarse a los estragos de ‘El Niño’. El Niño’ es particularmente bueno promoviendo la sequía al norte del país. No es de extrañar entonces que, de acuerdo con el Monitor de sequía de América del norte, haya sequía de moderada a extrema en cerca del 70% de México. Las lluvias anormalmente bajas han producido que haya mínimos históricos en el sistema Cutzamala. Solo en el mes de diciembre, su nivel estuvo 44% por debajo de lo que debería estar.
El reporte de patrones de lluvia de diciembre es muy ilustrativo. En México hubo déficits de precipitaciones en Chiapas, Tabasco y Península de Yucatán, según el informe que elabora la NOAA. El recuento de octubre a enero es que los déficits fueron graves en Sonora, Chihuahua, Durango, Nayarit, Colima, Jalisco, Michoacán, Veracruz, Chiapas, Oaxaca y Campeche. Los únicos estados en donde llovió más de lo normal fueron partes de San Luis Potosí, norte de Veracruz, norte de Tabasco y este de Quintana Roo.
El clima más extremo
No se trata solo de menos lluvias, se trata de climas más extremos. Solo en diciembre, las temperaturas máximas fueron más cálidas que el promedio entre 1°C y 4°C en los estados del norte. Pero la radiografía para el centro del país es totalmente opuesta. Partes del centro y del sur tuvieron de 1°C a 2°C menos que las temperaturas máximas de otros años.
‘El Niño’ oficialmente comienza cuando se detecta una elevación en temperatura de 0.5 °C por encima de la media del período entre 1971 y 2000.
Dentro del sombrío panorama hay una buena noticia: los efectos de ‘El Niño’ suelen ser menos devastadores en temporada de primavera. Las peores consecuencias se han presentado, históricamente, con muy bajas lluvias para cuando ‘El Niño’ está en las otras tres estaciones. Lo de primavera es un caso curioso porque, si observamos las tendencias, ‘El Niño’ en primavera suele provocar anomalías positivas de precipitaciones para el oriente y noreste del país.
El siguiente episodio es el extremo opuesto. ‘La Niña’ es el evento que produce un enfriamiento anómalo en las corrientes del Océano Pacífico a la altura del Ecuador. ‘La Niña’ ha estado presente durante tres años consecutivos ya, de manera que no era infundado el temor de científicos que auguraron que un episodio fuerte de ‘El Niño’ comenzara a mediados del 2023. En 2024 el panorama todavía es incierto, pero la NOAA ahora ya dice que «están aumentando las probabilidades de que se produzca ‘La Niña’ en las estaciones posteriores«.
El pronóstico de la NOAA es que las temperaturas del Pacífico Ecuatorial vuelvan a la normalidad para mayo y junio luego del fin de ‘El Niño’. No obstante, la temperatura descenderá para julio y agosto. En la siguiente gráfica de la NOAA, en azul, se observa la probabilidad de ‘La Niña’ en aumento hasta llegar a casi 60% para el mes de agosto:
‘La Niña’ llegará
‘La Niña’ no es un fenómeno nuevo. Estuvo presente desde agosto del 2020 a mayo del 2021 y de agosto del 2022 hasta enero del 2023. Cuando acabó, hubo tres meses de temperaturas normales y luego llegó ‘El Niño’ a dominar el año pasado por completo.
En azul están los meses con ‘La Niña’ y en rojo los de ‘El Niño’. Recuento desde 2021.
La buena noticia es que ‘La Niña’ no suele favorecer la sequía en el occidente. Todo lo contrario. El peor temor para México relacionado con ‘La Niña’ en otoño es simple: huracanes más potentes. ‘La Niña’ favorece un aumento significativo de lluvias en Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán, según la Comisión Nacional del Agua. En el peor de los casos, si ‘La Niña’ se mantuviera, podría producir sequía intensa para diciembre y un invierno más frío para el occidente y sur del país, así como más cálido para el noreste.
‘La Niña’ sí puede favorecer lluvias por debajo de la media, pero puntualmente para centro y norte del país. Lo previsible es que, de presentarse, las lluvias aumenten sustancialmente para Pacífico, sur de Golfo d México y la Península de Yucatán.
Si el pronóstico es certero, hay muy poco espacio a la duda de si llegará ‘La Niña’. Según la NOAA, la mayoría de los modelos indican una transición entre julio y septiembre de 2024. De confirmarse, una vez mas las condiciones neutrales de temperaturas en el Pacífico no habrán durado más de dos o tres meses.
