El Alto Comisionado para los Derechos Humanos señaló este lunes que una incursión militar a gran escala en Rafah, donde alrededor de 1,5 millones de palestinos están hacinados contra la frontera egipcia sin ningún lugar más al que huir, sería “aterradora”, dada la probabilidad de que un número extremadamente elevado de civiles, en su mayoría niños y mujeres, resulten muertos y heridos.
“Hoy, lamentablemente, dada la carnicería causada hasta ahora en Gaza, es totalmente imaginable lo que les espera en Rafah”, añadió Volker Türk.
El Alto Comisionado señaló que la incursión en Rafah puede significar también el fin de la escasa ayuda humanitaria que ha estado entrando y distribuyéndose, con enormes implicaciones para toda la población del enclave, incluidos los cientos de miles de personas en grave riesgo de inanición y hambruna en el norte.
Instó a Israel a cumplir las órdenes emitidas por la Corte Internacional de Justicia, y añadió que los que desafían el derecho internacional deben rendir cuentas.
“Los que tienen influencia deben restringir en lugar de permitir. Debe haber un alto el fuego inmediato. Todos los rehenes restantes deben ser liberados. Y debe renovarse la determinación colectiva de alcanzar una solución política”, finalizó.
Una gota en un océano de necesidades
Por su parte, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que la ayuda humanitaria que llega a Gaza no es suficiente. «Hasta ahora, hemos entregado 447 toneladas métricas de suministros médicos a Gaza, pero es una gota en un océano de necesidades que sigue creciendo cada día», señaló Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Sólo 15 de los 36 hospitales siguen siendo «parcial o mínimamente funcionales» en el enclave, dijo Tedros, mientras llegan informes sobre los continuos e intensos bombardeos del ejército israelí en el sur de Gaza que acompañaron la misión de rescate de dos rehenes israelíes en un edificio en Rafah.
«Los trabajadores sanitarios están haciendo todo lo que pueden en circunstancias imposibles», prosiguió el director, al hacerse eco de la preocupación generalizada entre la comunidad internacional por los recientes ataques en Rafah, «a donde la mayoría de la población de Gaza ha huido de la destrucción del norte».
Según las autoridades israelíes, unos 134 israelíes y ciudadanos extranjeros permanecen cautivos en Gaza; entre ellos, al parecer, hay víctimas mortales cuyos cadáveres están retenidos.
Nuevos llamamientos
«La OMS sigue pidiendo un acceso seguro para el personal y los suministros humanitarios, seguimos pidiendo que se libere a los rehenes retenidos por Hamás y seguimos pidiendo un alto el fuego», declaró Tedros, en su discurso ante la Cumbre Mundial de Gobiernos celebrada en Dubai.
En línea con estas declaraciones, la Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA) informó de que un cargamento de alimentos para 1,1 millones de personas permanece «atascado en un puerto israelí» debido a las recientes restricciones impuestas por las autoridades de Israel.
«Unos 1049 contenedores de arroz, harina, garbanzos, azúcar y aceite de cocina están atascados mientras las familias de Gaza se enfrentan al hambre y la inanición», dijo la agencia en X, antigua Twitter.
Ataques en Rafah y Khan Younis
Alrededor de 1,5 millones de personas se refugian ahora en Rafah, cerca de la frontera con Egipto. Esta cifra es seis veces superior a la población que había antes de la guerra, señaló la UNWRA en su última actualización.
Además del «aumento» de los ataques aéreos en Rafah, la agencia informó de que han continuado los intensos combates mortales en Khan Younis y sus alrededores, lo que ha producido daños en el mayor refugio de UNWRA en el sur del enclave, y en consecuencia, ha empujado a miles de palestinos más hacia Rafah.
UNRWA «no será capaz de llevar a cabo operaciones de forma efectiva o segura desde una ciudad bajo el asalto del ejército israelí», señaló la agencia.