La generación Z es fan del «ghosting» laboral: nunca llegan a entrevistas y tampoco a su primer día de trabajo
El mercado laboral es complicado, con el tira y afloja entre empleados y empleadores, cada vez es más difícil conseguir empleo, pero a eso se le suma que la generación Z parece tener una tendencia al ghosting laboral.
¿A qué nos referimos con eso? Pues a que las personas nacidas entre los últimos años de los 90 y mediados de los 2000 no atienden entrevistas o directamente no acuden al trabajo después de conseguir el empleo, todo sin informar al empleador.
Si no estás familiarizado con el término ghosting, su significado es sencillo: desaparecer sin dejar rastro (como el Avatar), o mejor dicho, sin avisar. El término se popularizó en el contexto de las relaciones personales, cuando alguien comenzaba a salir con otra persona y, sin previo aviso, la otra persona solo dejaba de responder mensajes y llamadas, por lo que se volvía un fantasma.
Parece que este concepto ha llegado al mundo laboral de la mano de la generación productiva más joven del momento. Y es que los datos hablan por sí mismos. De acuerdo con la información recopilada por Indeed, encuestando a 1,500 empresas y 1,500 candidatos para su ‘Informe de Ghosting en la contratación 2023’, se revela que un 78% de los candidatos afirma haber ignorado de manera deliberada a los empleadores durante el pasado año.
Además, el 59% de ellos confesó haberse arrepentido de ello, pero el 62% considera que volvería a hacerlo en el futuro. Algunos de ellos, el 23% más específicamente, llegaron a una conclusión particular: hacer ghosting a los empleadores les empodera. Por si eso fuera poco, el 14% aplicó ghosting hasta el día de presentarse en la oficina. Según los entrevistados, gran parte de ese conjunto decidió no acudir a trabajar después de conocer las experiencias de antiguos empleados.
Un problema que lleva años estudiándose
Este no es un problema solo del 2023; Indeed lleva varios años repitiendo la encuesta, comenzando desde 2019, antes de la pandemia. Si bien es cierto que la generación Z es la que más carga con estas estadísticas, también hay miembros de generaciones como la Millennial que también contribuyen a esta práctica. Y lejos de reducirse el problema, parece que solo crece.
Al menos, esa es la opinión del 77% de los empleadores, quienes opinan que, comparado con 2022, el año pasado fue más notoria la situación. Aunque los reclutadores tienen algunas ideas sobre por qué la gente está dejando de acudir a las entrevistas. Uno de los principales motivos es que encuentran una mejor oferta, con un mejor salario o condiciones y temas más atractivos para el empleado.
Por su parte, los candidatos confirman la teoría. Que el empleo no sea el más atractivo para ellos es el principal motivo, pero también lo es que sus intereses no se alinean con los de la compañía. El salario siempre será importante, por lo que se sitúa como el tercer factor de importancia para ghostear empresas.
Un cambio en la dinámica de contratación
Todo parece indicar que es un giro a la mecánica tradicional de la búsqueda de empleo y es que no hay una sola persona que no sepa que un “te llamaremos luego” regularmente implica un “muchas gracias, no te vamos a contratar”. Los empleadores eran quienes solían aplicar ghosting al candidato, que muchas veces quedaba sin saber cuáles eran los motivos por los que no fue llamado.
Por esos motivos, el 70% de los candidatos opina que esa posición es justa, y un 50% de los reclutadores también lo piensan. Las empleadoras saben que en gran parte son responsables de dicha actitud, pues un 54% de ellas confirman que se ofrece una mala comunicación y poca transparencia con el candidato, sin mencionar que hay procesos de selección muy lentos.
Seguramente tú, como yo y muchas otras personas, hemos sido parte de este juego de ghosteo laboral. No sé muy bien si es positivo o negativo, parece más bien una dinámica de causa y efecto más allá de lo moral, pero sí es cierto que en gran parte las empresas tienen historia como entes que no suelen ser muy comunicativos una vez que los procesos han terminado.