CIUDAD DE MÉXICO, abril 15 (EL UNIVERSAL).- A 15 días de que empezaron las quejas de agua contaminada, vecinos de la alcaldía Benito Juárez reportaron una disminución del olor a combustible en el líquido que llega a sus casas; sin embargo, prevalece la desconfianza a utilizarla y muchos acuden por garrafones que se regalan en los puestos de mando o se rellenan en las plantas purificadoras de la Marina.
«Ya no huele tan intenso; no obstante, sí tiene olor. Esperamos que cada vez disminuya más el aroma, pero desconfianza para usar el agua sigue habiendo», dijo Fernanda, habitante de la colonia Del Valle.
Iván, administrador de varios edificios en dicha alcaldía, dijo a EL UNIVERSAL que en los inmuebles persiste el olor en las cisternas y «si tú abres la llave hay olor a gasolina, pero menos que antes».
Doris Guerra, otra vecina de la Del Valle, señaló que ya no se percibe el olor desde hace cuatro días. «Esperamos que ya haya pasado lo peor», resaltó.
El Gobierno capitalino indicó hace una semana, cuando cerró el pozo Alfonso XIII, ubicado en la alcaldía Álvaro Obregón, y que fue identificado como el sitio del que emanaba el agua contaminada con una especie de lubricante y aceite a las colonias de la Benito Juárez, que en dos semanas sería eliminado por completo de la red hidráulica.
El jueves pasado, las autoridades informaron que el Ejército Mexicano y la Secretaría de Marina prestarían plantas purificadoras de agua para dotar del líquido a los vecinos afectados por el agua contaminada.
Ayer, la Secretaría de la Marina puso en funcionamiento otra planta potabilizadora, ahora, en el parque Esperanza Oteo, en la Nápoles.
Ahí, Eugenio esperó más de cinco horas a que la máquina fuera instalada por completo por personal de la Marina para llenar sus dos garrafones de agua. Con esos litros, dijo, le alcanzaría para unos «dos o tres días», pues vive solo y aunque los marinos le dijeron que lo podían ayudar a llevarle los garrafones, él dijo que no; «para eso me traje el diablito, gracias, muchas gracias por traernos agua», agradeció.
Al igual que don Eugenio, cientos de vecinos de la colonia Nápoles esperaron a que la planta potabilizadora funcionará al 100%.
«Tenía que ir hasta el otro lugar por el agua y vivo enfrente, que bueno que pusieron una aquí», señaló Margarita, otra vecina que se formó en la fila que por momentos alcanzó varios metros de largo.
Antes de empezar a llenar los garrafones, los marinos fueron capacitados por un especialista, les detalló cómo se tiene que lavar un garrafón y hasta dónde llenarlo, luego de hacer varias pruebas y checar que el agua ya salía limpia y «con buen sabor», se empezó a servir a los vecinos, «¿cómo quedó? ¿limpia, con buen sabor? Tiene de sabor fresa», bromeaban las vecinas al percatarse que ya tendrán agua para beber, para cocinar y algunos dijeron que hasta para bañarse en su casa, aunque la recomendación de las autoridades era que esa agua sólo se usará para tomar y cocinar.
«Me parece excelente porque, imagínate, yo tenía que comprar cuatro o cinco garrafones diarios y eso, quieras o no, se sale del presupuesto, cada garrafón cuesta casi 60 pesos, imagínate. Aquí creo que les falta organización, pero una vez que ya esté instalado todo funcionará todo muy bien», dijo la señora Elvia.
La Secretaría de Marina reportó que ha instalado tres plantas potabilizadoras, dos en el parque de San Lorenzo y otra en el parque Nápoles.
Indicó que desde el 13 de abril se han logrado potabilizar 10 mil litros de agua, siendo entregados 500 garrafones aproximadamente en un horario de 8:00 a 17:00 horas, de manera totalmente gratuita.