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En 2016, Tesla abrió pedidos en India pidiendo 1.000 dólares como señal. Ahora, sus clientes no tienen ni coche ni dinero

Levantar una marca de coches desde la nada no es sencillo. De hecho, como hemos venido contando en relación al futuro de Rivian o NIO, es extremadamente complicado. Por norma general, se necesitan muchas cosas pero tres de ellas son esenciales:

  • Un producto diferencial
  • Asumir años de pérdidas
  • Dinero

Mucho dinero, realmente.

Tesla sabe bien de lo que hablamos. Desde su fundación en 2003 tuvieron que pasar casi dos décadas para hacer de la marca una compañía rentable y competitiva. Lo consiguió porque ofrecía un producto diferencial (coche eléctrico), los inversores asumieron años de pérdidas (cerca de dos décadas) y por el camino se quemó dinero, mucho dinero.

Entre las compañías que mantuvieron con vida a Tesla está, curiosamente, Toyota, con quienes mantuvieron un acuerdo de colaboración para dar vida a un Toyota RAV4 eléctrico en los primeros años del nuevo siglo XXI.

Pero también porque inversores y potenciales compradores pusieron su granito de arena. A estos últimos, las compañías automovilísticas suelen solicitar dinero para sacar sus proyectos adelante. Aprovechan un pequeño adelanto para ir dando los primeros pasos, sacar adelante los primeros desarrollos, con la promesa de que, finalmente, serán los primeros en recibir su producto.

Esto mismo hizo Tesla, quien solicitaba una reserva de 1.000 dólares para hacerse con uno de sus Tesla Model S, el vehículo que consiguió popularizar la marca después de darse a conocer con el Tesla Roadster. La estrategia es la misma que se ha seguido con el Tesla Cybertruck y con el futuro Tesla Roadster.

Los problemas con este tipo de estrategias llegan cuando la empresa no cumple con los planes esperados. Tesla, precisamente, es conocida por ello. Del próximo deportivo descapotable llevamos oyendo hablar desde 2017 y lo último que supimos, en 2023, es que se retrasaba.

Esto mismo le ha sucedido a los clientes indios de Tesla. Clientes que, pese a reservar un coche en 2016, con un desembolso de 66.237 rupias, entonces 1.000 dólares, todavía no han tenido respuesta de la marca. Ocho años después siguen sin coche.

Y sin dinero.

Y lo están reclamando.

La historia de amor y odio de Tesla e India

Igual que ha sucedido con multitud de productos de Tesla, como el Cybertruck, el mencionado Roadster o los robotaxis, Tesla lleva años prometiendo su llegada a India.

En 2016, Tesla abrió pedidos para hacerse con un Tesla Model 3 en el país asiático. La estrategia era sencilla: el cliente ponía 1.000 dólares y en 2017 recibiría el coche. No sabía el precio final pero la posibilidad de hacerse con él y ser uno de los primeros indios en disfrutar de los coches de Elon Musk estaba ahí.

Desde entonces, quienes confiaron en el CEO de la compañía han vivido una pesadilla. Como narran en Rest of the World con múltiples voces, lo que no sabían los que se lanzaron a la reserva es que el coche no llegaría en 2017. Tampoco en 2019, ni en 2024. De hecho, en estos momentos, no hay ni fecha fija puesta encima de la mesa pues lo que avanzó Musk la última vez que fue preguntado sobre su llegada al país mencionó que lo harán «tan pronto como sea humanamente posible».

Ocho años después, los clientes no tienen constancia de cuándo podrá llegar su coche. Cansados, muchos están pidiendo de vuelta su dinero pero no está siendo fácil. De hecho, algunos clientes explican que han tardado años en conseguirlo pues han tenido que exigir reiteradamente a la marca que les devuelva los 1.000 dólares de la reserva.

Uno de los afectados es Varun Krishnan, fundador del blog tecnológico FoneArena, quien aseguran en el artículo de Rest of the World, ser el primer cliente en reservar un Tesla Model 3 en India. Cuenta que hasta 2022 no consiguió recuperar su dinero y lo consiguió, como otros, presionando a trabajadores de Tesla empleados en China y Estados Unidos, con los que tuvo contacto utilizando LinkedIn.

Algunos compradores han reclamado su dinero a trabajadores estadounidenses de la compañía como medida de presión para recuperar los 1.000 dólares que depositaron en 2016

No es el único caso. De hecho, presionar a los trabajadores o publicar el desencanto en redes sociales ha sido la vía rápida que muchos han utilizado para recuperar su dinero. O, al menos, parte de él porque la devolución del dinero no está sujeto a una actualización acorde a la inflación. Ahora, se calcula que la reserva debería ser de unos 1.300 dólares.

El problema con el que se ha encontrado Tesla no estaba escondido en ningún sitio. De hecho, estaba a la vista de cualquier fabricante. Las leyes indias exigen que, para vender libremente un vehículo en el país, se debe fabricar allí. De no ser así, India sólo permite importar 8.000 automóviles gravados con un 15% de aranceles siempre y cuando cuesten menos de 35.000 dólares y la empresa se comprometa a hacer inversiones en el país en los próximos tres años.

En Bloomberg explican que el interés de Tesla por India, como el de otras compañías, es muy palpable. El país es el tercer mayor mercado del mundo para la industria del automóvil pero entrar a competir en el mismo es altamente complicado.

Explican en el medio económico que la oferta de los vehículos que allí se vendan debe ser especialmente asequible y, además, contar con unas características muy específicas que agraden al público indio. Aunque a un precio competitivo, quienes pueden comprar un coche eléctrico en el país son personas adineradas que valoran todas las comodidades posibles en el interior y están enamoradas de habitáculos recargados para disfrutar como pasajeros. Es, exactamente, el público antagónico de la compañía.

Como ejemplo ponen esta prueba de Autocar India, en la que el periodista se queja de todos los detalles anteriores y de una altura al suelo que considera demasiado baja para los gustos de los clientes del país. Esto es un problema para la compañía que tiene difícil vender un modelo específico para este mercado cuando ha basado gran parte de su éxito en un proceso productivo que le permite hacer muy pocos cambios en su producto.

A esto se suma el juego a dos bandas que Elon Musk trata de manejar entre India y China. Aunque en 2023 la compañía parecía haberse acercado mucho al país y la posibilidad de concretar una fábrica en India parecía más cerca que nunca, las posteriores reuniones con los altos cargos chinos no han sido bien recibidos.

De hecho, según Reuters, el propio Elon Musk habría cancelado una visita a India recientemente, alegando que la compañía le exigía posponer el viaje. Sin embargo, la agencia asegura que hay quienes creen que el supuesto interés del CEO de Tesla en el país asiático no ha sido más que una maniobra para calmar a los inversores cuando las acciones estaban cayendo.

De momento, no hay fecha para que Tesla entre en India.

Tampoco para que los clientes puedan recibir su coche.

Ni para saber cuándo podrán conseguir su dinero.

Imagen | Milan Csizmadia y Naveed Ahmed

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