Opinión

DESDE LAS ALTURAS

Por: Arturo Albíter Martínez

· Alejandro Moreno (alito) se registra para dirigir al PRI.

· ¿Cinismo, ganas de terminar con el PRI o ahora si viene con todo para volverlo un partido competitivo?

· ¿Quién es el verdadero traidor en el tricolor?

· Los opositores apuntan contra el que quiere apoderarse del instituto político y él contra sus detractores.

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· Dato del día: Ranking “Mamá Godín” 2020-2023 sólo 1 de cada 10 plazas en la economía formal está ocupada por una mamá.

La novela en el PRI continúa, Alejandro Moreno no cambia de idea y sigue actuando conforme a lo planeado desde antes de la realización de la Asamblea Nacional de su partido, mantenerse en la dirigencia por tiempo indefinido.

Porque si bien aparentemente son 4 años en un primer momento, las cosas están puestas para que repita por otros 4. Se habla de tiempo indefinido, porque ¿Quién puede asegurar que al término de esos 8 años no vuelva a realizar otra Asamblea Nacional con sus “cuates” y cambie de nueva cuenta los estatutos, por otros 8 años?

Así que el plan es que se mantenga como líder del PRI tomando decisiones en prácticamente todo el país, excepto dos estados y eso porque los gobernadores de Coahuila y Durango son tricolores.

Pero en el resto de las entidades podrá decidir lo que se tiene que hacer, desde el nombramiento de los líderes estatales, hasta aquellos que habrán de representarlos en los congresos locales, sin contar con el hecho de que los recursos deberán pasar primero por la instancia nacional.

De igual forma, será desde la sede nacional que se tomará la determinación final de elegir a los candidatos cuando se trate de elecciones locales y evidentemente para las gubernaturas.

Y la situación puede ser más grave, pues en este momento el PAN decidió pausar la alianza que tiene con el PRI, que podrían reactivarla en tiempo de elecciones, pero el que tomará los acuerdos será el líder nacional.

En el caso de las elecciones locales, en el Estado de México desde este año, ya se dejó sentir su intervención, pues las imposiciones y las candidaturas se decidieron desde el PRI nacional, tomando en cuenta los intereses de Cristina Ruiz en un primer momento y luego Ana Lilia Herrera.

La opinión del resto de los grupos priistas, pasó a segundo término.

El inicio de la semana de vacaciones fue el momento en el que Alejandro Moreno llegó a la sede del PRI para registrarse y no dejó pasar la oportunidad para criticar de nueva cuenta a sus opositores, señalándolos como “lastres del pasado”.

Sólo los allegados y sus incondicionales pueden creer que dará apertura a la discusión y el debate para “construir”.

Es claro que no soporta la oposición y mucho menos la crítica, tanto, que desde que se aprobaron los cambios a los estatutos y se creó un grupo disidente, de inmediato amenazó con iniciar un proceso para expulsarlos.

La semana pasada comentamos en este espacio que todo apuntaba para que Alejandro Moreno, en el extremo del cinismo se registrara como fórmula única, pero finalmente, tal y como ocurrió en el 2019, se anotó una aspirante que servirá para que, en lo que se antoja como una obra de teatro, el proceso se avale cómo democrático.

Aunque parece un mal chiste, culpó tal y como lo hace AMLO, a los que estuvieron antes que él en el PRI. Pero ha sido en su periodo que se han perdido la gran mayoría de posiciones que tenía ese partido.

El papel que ha hecho es pésimo si tomamos en cuenta los resultados, nunca se había perdido tanto como en su periodo y nunca otro líder había organizado una “pandilla” para mantenerse en el cargo por tanto tiempo.

Entonces la pregunta obligada es ¿Quién es el traidor, aquellos que como Alfredo del Mazo, Eruviel Ávila, por anotar los que fueron figuras en la entidad, por el hecho de ser gobernadores, no por buenos priistas o Alejandro Moreno que le ha hecho ganar tanto a Morena?

¿Los que ahora lo critican, pero que cuando estuvieron en el PRI lo hicieron triunfador o Alejandro Moreno que quiere eternizarse en el cargo sin importarle tantas derrotas electorales por todo el país?

Las mismas palabras y dichos del líder nacional, son las que usa Ana Lilia Herrera para buscar mantenerse en el cargo, no en la toma de decisiones, porque esa, al menos hasta ahora, es una labor de Cristina Ruíz.

DATO DEL DÍA: EN LA ECONOMÍA FORMAL, LA MAMÁ NO TIENE CABIDA TODAVÍA.

Durante la pandemia las condiciones laborales en México cambiaron, había puestos que podían hacer un trabajo desde casa o puestos 100% virtuales, posteriormente se transformaron en híbridos.

Pero esto no favoreció a las mujeres, ya que el pasar más tiempo en casa las obligaba a tener más actividades y realizar al mismo tiempo que su trabajo, labores domésticas.

Según el INEGI estas actividades equivalen a un 26.3% del PIB nacional. De ese porcentaje el 19.1% se debe a las tareas que realizan mujeres y sólo el 7.2% a los hombres.

Desde el 2020 se realiza el ranking “Mamá Godín” pero sólo en el ramo de la industria o la economía formal, entre empresas pequeñas, medianas y grandes.

Los resultados hasta el momento han sido relevadores.

En cuatro años han reunido 119 organizaciones entre las que se realiza el ranking, del total sólo 28 obtuvieron el reconocimiento de “Mejores empresas para trabajar de Mamá Godín, lo cual quiere decir que sólo fue el 24% de las que se inscribieron.

Las mejores fueron la empresa Manpower, Unilever y en tercero un empate de Grupo Salinas y Danone.

Si se toma en cuenta el total de organizaciones que ganaron el reconocimiento, al menos 18 tienen el 50% de mujeres en comités directivos.

Pero del total de posiciones de liderazgo de las organizaciones ganadoras, 39% están ocupadas por una mujer y sólo el 15% por una madre trabajadora.

En el 2023, el total de plazas de la muestra fue de 196 mil 238. El 63% son cargos en los que labora un hombre, el 37% una mujer.

Del 37% de mujeres, sólo el 36.5% son madres.

Pero si se toma en cuenta el total de la muestra, sólo el 13.7% son madres.

En coordinación con México cómo Vamos se realiza el ranking 2024.

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