Asturias iba a llenarse de parques de baterías. Los vecinos han frenado su instalación con argumentos variopintos
Asturias vivía un auténtico boom de proyectos para la instalación de parques de baterías, pero el rechazo de colectivos vecinales y ecologistas ha llevado al Principado a restringir su ubicación.
Qué son los parques de baterías. Estas instalaciones a gran escala almacenan energía eléctrica en baterías. Sistemas que reciben la electricidad de la red eléctrica, o directamente de la central, y la almacenan para devolverla cuando la demanda aumente, aportando flexibilidad a la red.
Los parques de baterías se han vuelto especialmente necesarios en países con una alta disponibilidad de energías renovables, como España, para compensar las fluctuaciones en el suministro a causa del clima, alargar las horas de energía barata y reducir la dependencia de fuentes no renovables como los ciclos combinados.
Boom de proyectos en Asturias. A finales de junio había 170 solicitudes para la instalación de parques de baterías de hasta 200 contenedores en territorio asturiano, 47 de ellos en tramitación y 35 ya publicados.
Muchos de estos proyectos nacieron envueltos en polémica y con el rechazo de colectivos vecinales y ecologistas por las ubicaciones elegidas por los promotores de los parques, en muchos casos cercanas a las viviendas, para estar próximos a una subestación o una línea de evacuación de alta tensión.
Argumentos variopintos. Entre los argumentos para rechazar estos proyectos, Coordinadora Ecoloxista d’Asturies esgrime el riesgo de fuga térmica o incendio, una alteración de la coherencia visual del entorno y la «contaminación electromagnética para la vencidad y los animales», especialmente las vacas.
Si bien los efectos de los campos electromagnéticos en humanos y animales se han estudiado durante décadas, y se cree que los parques de baterías están dentro de los límites seguros, el mensaje ha acabado calando en la sociedad asturiana.
Nuevas restricciones para su ubicación. En respuesta a estas quejas, la Consejería de Ordenación del Territorio suspendió las autorizaciones en suelo no urbanizable y empezó a elaborar una instrucción para restringir la instalación de parques de baterías en Asturias.
Entre los criterios que definirá el gobierno asturiano, una vez aprobada la normativa, está la distancia de seguridad entre estas instalaciones y las poblaciones o zonas forestales. Los parques de baterías no podrán instalarse a menos de 1.000 metros de núcleos urbanos, ni a menos de 500 metros de explotaciones ganaderas o masas forestales.
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«Una sobrerreacción política». Por su parte, la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) calificó la normativa de «sobrerreacción política a bulos interesados» que «carecen de fundamentos científicos o técnicos».
En sus redes sociales, la UNEF dijo que los parques de baterías eran «totalmente seguros» y que el resto del mundo establece distancias de 5 a 30 metros, enfocadas a facilitar su mantenimiento.
Ni ruido, ni electromagnetismo. UNEF recuerda que las baterías funcionan en corriente continua y no generan campos electromagnéticos dañinos, y afirma que hacen el mismo ruido que un aire acondicionado.
En cuanto al riesgo de incendio, están diseñadas para apagarse si se sobrecalientan. Y su impacto visual es limitado, puesto que los contenedores de baterías miden dos metros de alto y pueden ocultarse con barreras vegetales.
Por qué Asturias. Asturias tiene suficiente capacidad renovable para exportar, y podría hacerlo en momentos de alta demanda gracias a la flexibilidad que aportan los parques de baterías. Además, las baterías pueden ser un intermediador en la descarbonización de la economía, clave para una región con empresas especialmente electrointensivas.
La economía asturiana estuvo profundamente ligada a la explotación de yacimientos de carbón. Durante los años de mayor auge, la minería proporcionó empleo a miles de personas y generó un tejido industrial que incluye siderurgias y fábricas asociadas en comarcas como el Caudal y Nalón, donde ahora se proyectan algunos de estos parques de baterías.
Imagen | Sungrow