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Málaga está convencida de que los pisos turísticos son la solución para el alquiler social. Cómo: cobrándoles una tasa

Málaga tiene un problema considerable con la accesibilidad de la vivienda. Y tiene otro no menor con la proliferación de pisos turísticos. Su alcalde quiere acabar con ambos de un solo tiro: aplicar una tasa que grave el uso de los segundos para paliar en parte el primer desafío. Así se lo ha planteado el regidor malagueño al ministro de Industria y Turismo en una carta en la que argumenta que un impuesto así, que grave los alquileres vacacionales, engrosaría las arcas municipales con unos cuantos «millones de euros» que podrían destinarse a alquileres sociales.

La propuesta ha levantado polvareda.

Un impuesto por dormir en pisos turísticos. La propuesta del alcalde de Málaga, el popular Francisco de la Torre, es clara y va más allá de su municipio. Lo que acaba de proponer en una carta al Ministerio de Industria y Turismo es que los ayuntamientos puedan aplicar un impuesto a las pernoctas en pisos turísticos. El objetivo: que esa tasa genere recursos que luego se usen para el alquiler social.

«Serían algunos millones de euros, una cifra significativa, que nos permitiría tener mucha más potencia y atender a muchas más familias dentro de esa política social que hacemos desde hace años», defendió el regidor en los micrófonos de EFE.


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El problema, la solución. Esa es la filosofía de la propuesta de De la Torre, quien reconoce que la proliferación de pisos turísticos ha encarecido los alquileres para las familias que buscan un hogar permanente. «Es evidente», asumió. Lo que propone ahora es que los arrendamientos a turistas sean parte de la solución y acaben revirtiendo en un mejor (y más accesible) mercado residencial.

«Si la vivienda turística ha incrementado el precio del alquiler, hágase de tal forma que la gente vea que el que viene a esa vivienda, el turista, paga una cantidad que sirve a esa finalidad», razonó el alcalde de Málaga durante la entrevista.

¿Y cómo aplicarla? De la Torre no ha entrado en detalles. Solo se limitó a aclarar que la carta la envió a principios de agosto y en ella «invita» al ministro Jodri Hereu, quien entre 2006 y 2011 ejerció de alcalde de Barcelona, otra ciudad con un mercado residencial muy tensionado por el turismo, a que valore impulsar una iniciativa legislativa para reducir los efectos del alquiler vacacional.

Su propuesta: una tasa por pernoctación en pisos turísticos que ayude luego a promover los alquileres sociales. EFE desliza que en el caso de los hoteles, el impuesto por las pernoctas se destinaría a promover el «turismo de calidad».

Más de 12.000 viviendas. No se entra en más detalles técnicos. Ni tampoco se precisa la cantidad exacta que una tasa así podría suponer para los consistorios. Ni siquiera para el de Málaga, ciudad que supera las 12.000 viviendas inscritas con un uso turístico en el Registro de la Junta de Andalucía. Lo que sí subraya De la Torre es que, de salir adelante su idea, la tasa debe nacer con el mayor respaldo posible. De ahí que plantee la necesidad de consensuarla con el sector turístico y que los negocios estén al tanto además del uso que se da a las cantidades recaudadas.

¿Y qué opina el sector? No se siente especialmente cómodo. De hecho De la Torre no lo tendría fácil para lograr el consenso que defiende. El vicepresidente de la Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía (AVVA), Juan Cubo, reconocía ayer a Málaga Hoy que el argumentario del alcalde no ha cosechado simpatías en el sector. «Si falta vivienda social es porque las administraciones, todas, no han hecho su trabajo. Negamos que se nos responsabilice de esa supuesta escasez».

El colectivo tacha de la medida directamente de «injusta» y cuestionan su planteamiento. «No podemos estar a favor porque no hay proporcionalidad: los hoteles también ocupan espacio que antes se dedicaba al uso residencial», recalca el directivo de AVVA. Los cálculos que maneja la asociación muestran que el peso de las viviendas turísticas en el parque residencial de Málaga es muy reducido, del 1,8%. En caso de que se aplique una tasa, lo que defienden es que se haga de forma «proporcional entre todos los alojamientos que resten espacio de vivienda».

Una «ocurrencia». De la Torre lo tendrá difícil también para conseguir un consenso amplio a nivel político. Desde la oposición no han tardado en cargar contra el movimiento del regidor del PP. Dani Pérez, el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, le ha reclamado que «deje los inventos» y adopte medidas para paliar el reto que supone el alquiler vacacional en el municipio amdaluz.

«Hay que ser claros y prohibir las viviendas turísticas en estos momentos en la ciudad de Málaga», clama el socialista antes de apremiar a De la Torre a dirigirse a la Junta —institución sobre la que recaen las competencias en la materia, recuerda Pérez— con «urgencia» para «llevar a cabo la tasa turística en la ciudad».

«Lo que tiene que hacer el Ayuntamiento de Málaga es ponerse a trabajar con la Junta para implantar ya una tasa turística, como tienen tantísimas ciudades fuera de Andalucía, y ponerse mano a la obra para decretar una moratoria y prohibir los pisos turísticos en la ciudad», subraya la portavoz de Con Málaga. En su opinión, la propuesta de aplicar una tasa por pernoctar en pisos turísticos es «la enésima ocurrencia» del alcalde y un intento para «eludir su responsabilidad directa».

El gran quebradero de cabeza. Málaga no es la única ciudad que lidia con el desafío del alquiler vacacional y su influencia en un mercado residencial cada vez más tensionado, encarecido y de difícil acceso. En Barcelona quieren eliminar los pisos turísticos a medio plazo, en Madrid han congelado la concesión de licencias y endurecido las sanciones, en Valencia se ha impulsado también una moratoria, el Consistorio de Santiago ha generado una intensa polémica por su regulación y en Sevilla incluso se plantean cortar el agua a los pisos alquilados ilegalmente.

Málaga no se escapa. A finales de junio la ciudad acogió una multitudinaria manifestación al grito de «Málaga para vivir, no para sobrevivir» y el Ayuntamiento ha tenido ya que mover ficha para ponérselo más difícil a las alquileres turísticos: el Consistorio solo permite que se inscriban como nuevos alojamientos aquellos con entrada independiente y asegura que trabaja en una ordenanza para regular la oferta en las zonas más saturadas. Ahora plantea una tasa por pernoctación, algo que el sector ve con recelo y la oposición considera una bomba de humo.

Imagen | Oleg Tsegelnyk (Unsplash)

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