Malos perdedores y ganadores
Por: Boghar González y González
-Ganadores arrogantes
-Perdedores dramáticos
Estas semanas de fin de sexenio, del inicio de la nueva legislatura a nivel federal y del manejo político y legal para reformar al poder judicial federal, nos han dejado ver lo mejor y lo peor de los ganadores y perdedores del resultado de la elección del 2 de junio. En los medios tradicionales y en las redes sociales hemos sido testigos de las actitudes arrogantes de los principales voceros del oficialismo, pero también las reacciones dramáticas de los representantes de los partidos perdedores y de los opinantes de los medios de comunicación que se sienten desplazados.
Por lo anterior sigue teniendo ventaja la narrativa del Presidente AMLO, en cuanto a la credibilidad ante los ciudadanos, los índices de popularidad lo muestran con aprobaciones por arriba del 70%, en nada ayudan, por el contrario benefician, las versiones catastrofistas de los opositores; por citar 3 ejemplos: que la salida a las calles de estudiantes puede ser un movimiento como el del 68, que los medios masivos de comunicación están desplazando a opinantes críticos porque es el inicio de una dictadura, cuando simplemente una empresa se rige por audiencias y con base en eso se cambia la programación, y en el caso de la nueva legislación de la propiedad en la CDMX que solo homologar la legislación local a la federal, se argumenta en la oposición a través de redes sociales principalmente, que se puede dar el caso que el gobierno local mande ocupar casas o cuartos vacíos para personas que no tengan donde vivir, eso es falso.
La estrategia de comunicación del Gobierno Federal necesita tener, en la historia que nos cuenta día a día, a varios “villanos” y es aquí donde los opositores a la 4t se “enganchan solitos”, terminan siendo útiles, tal vez sin saberlo, a la estrategia del oficialismo dando mayor credibilidad a las acciones del gobierno, porque se ratifica la voluntad de que AMLO quiere hacer cosas buenas, pero no lo dejan los privilegiados de siempre, provocando que se premie la percepción de buenas intenciones por sobre los resultados concretos de las políticas públicas.
Como ha sido la permanente recomendación de esta columna, es necesario como ciudadanos responsables, informarnos de con datos de calidad, alejados de estridencias o frases diseñadas para las masas, acercarnos a fuentes con credibilidad o con datos comprobables para emitir una opinión o compartir información que sume a tener una mejor comunidad y contexto, no ser parte de la cadena de desinformación que lo único que provoca es una crispación entre familias, compañeros de trabajo, vecinos y amigos por el solo hecho de tomar decisiones o emitir opiniones basadas en lo que mediáticamente se repite con mayor éxito o alta inversión monetaria para persuadir a la opinión pública.
Ya se ha expuesto que tenemos una mediocre oposición que solo está cuidando los sobrantes de la batalla, no tienen una propuesta sería para un mejor país y sus futuras generaciones, todos sus argumentos giran en torno a la 4t, no presentan nada original, por el contrario abonan al éxito comunicacional del oficialismo, al parecer lo único que puede alterar lo que estamos observando en nuestro país será a partir de quien gane la elección en E.U. y qué determinaciones tendrán en 3 temas fundamentales: Renegociación del tratado comercial, migración y carteles del narcotráfico, al interior, el nuevo régimen va en vías de controlar todo, con el aval de casi 36 millones de votos. Es necesario que en nuestro ámbito de influencia podamos ayudar a tomar buenas decisiones que impacten la calidad de vida de nuestros cercanos y tratar de influir de abajo para arriba, con argumentos razonados y no con emociones, si estamos convencidos que la 4t tiene razón, sería apoyar sus propuestas sin dejar de criticar errores, si estamos convencidos que vamos mal, hacerlo notar con acciones en nuestro contexto y no solo con likes pretendiendo hacer ciudadanía solo en redes sociales.
boghar@hotmail.com