En la guerra contra la osteoartritis, un nuevo biomaterial desarrollado en China puede ser una poderosa arma
Los datos de la Organización Mundial de la Salud son demoledores: en 2019, aproximadamente 528 millones de personas en todo el mundo vivían con osteoartritis. Son cifras preocupantes porque, además, supone un aumento del 113% respecto a la población que sufría osteoartritis en 1990, pero estos últimos años las investigaciones se han centrado no en los cuidados paliativos, sino en la regeneración del cartílago.
Los biomateriales llevan un lustro apuntando ser la respuesta para ello, con proyectos para crear cartílago con impresoras 3D, cultivarlo mediante células madre o utilizar inyecciones de hidrogel, y este año dos equipos diferentes creen haber dado con la clave para la regeneración del cartílago en humanos. Lo último es otra técnica basada en hidrogel con anticuerpos dirigidos al cartílago lesionado.
La osteoartritis. La osteoartritis nos acompaña desde hace miles de años. Los neandertales ya padecían esta enfermedad que consiste en la degeneración del cartílago articular. Afecta principalmente a las manos, las rodillas, las caderas, el cuello y la espalda baja y, básicamente, se trata de una rotura, desaparición o degeneración del cartílago que funciona como amortiguador entre los huesos. Cuando eso pasa, los extremos óseos se rozan, produciendo pérdidas de movilidad y un gran dolor.
Nuevas técnicas. Hay diferentes causas por las que aparece la osteoartritis, como el envejecimiento, el sobrepeso, una lesión, historias familiares previas o el uso excesivo de la articulación, y la ciencia médica está muy volcada en la mitigación de sus efectos. Hasta ahora, para reparar el cartílago se utilizaba una técnica muy invasiva: provocar microfisuras óseas en los extremos de los huesos de las articulaciones.
Esto sirve para producir naturalmente cartílago, pero de un tipo que no es adecuado para las articulaciones al parecerse más al cartílago duro de la nariz y orejas que al presente naturalmente en las articulaciones -el cartílago hialino-. Hace unas semanas, un grupo de investigadores de la Universidad de Northwestern desarrolló un material bioactivo que sí generaba ese cartílago hialino, y ahora la réplica la ha dado un grupo de investigadores chinos.
Microesferas de hidrogel. Los científicos del Instituto de Investigación Avanzada de Shanghai de la Academia China de las Ciencias y cirujanos del hospital gubernamental Xiangya en Changsha han desarrollado un nuevo ‘material’ compuesto por microesferas de hidrogel. Se trata de partículas muy pequeñas y redondas que, inyectadas, pueden reparar tejidos lesionados como cartílagos, músculos y… huesos.
Estas microesferas están compuestas por un biomaterial llamado metacrilato de gelatina. Se trata de una proteína natural derivada del colágeno que actúa junto al PSBMA, un polímetro compuesto por moléculas más grandes. La unión de los dos elementos permite que las células se adhieran, proliferen y maduren dentro de la zona a tratar, que se mantendrá hidratada durante el proceso.
Apuntando a la lesión. En conjunto, los investigadores han desarrollado un anticuerpo que también formaría parte de la operación y se dirigiría a los lugares en los que el cartílago está dañando, anclándose a las microesferas y sirviendo de protección ante los antígenos. Precisamente, los investigadores destacan que, si bien había otros biolubricantes o biogeles anteriores, el suyo «apunta con mayor precisión al tejido dañado».
Asimismo, tiene un coeficiente de fricción más bajo que la de otros remedios que ya han demostrado ser terapéuticos para quienes padecen osteoartritis. Concretamente, este coeficiente de fricción se redujo en más de un tercio frente a otras soluciones estándar.
Prometedor. Como ocurre con otros biomateriales desarrollados recientemente, hacen falta más pruebas. En los análisis, los investigadores chinos comentaron que, al momento de inyectarlo en ratas con osteoartritis temprana, este nuevo biomaterial desaceleró significativamente la progresión de la enfermedad y redujo los síntomas de la misma.
Esa desaceleración es el elemento prometedor, ya que la osteoartritis va dañando los tejidos blandos de la articulación de forma crónica, por lo que una protección temprana con este tipo de materiales puede prevenir un mayor desgaste futuro. Ahora bien, una vez estas soluciones estén en el mercado, deben ir de la mano de una buena detección temprana.
Imágenes | Alice Pien, Korrupt
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