China asegura haber logrado una proeza tecnológica que se creía imposible: ha utilizado acero inoxidable (y mucho ingenio)
China sigue presumiendo muchos de sus supuestos avances en el ámbito militar. A finales del año pasado nos enterábamos de que el gigante asiático había probado con éxito un cañón de riel electromagnético, una solución que Estados Unidos decidió aparcar tras una década de trabajo y más de 500 millones de dólares de inversión.
Ahora, unos investigadores chinos aseguran que han encontrado una manera de utilizar acero en el cono de la nariz de un misil hipersónico. Estaríamos ante un logro bastante importante por varias razones. Por un lado, porque se consideraba una alternativa casi imposible. Por otro lado, porque podría traducirse en proyectiles más baratos.
Una alternativa al tungsteno ‘Made in China and for China’
Las aleaciones de tungsteno son consideradas una de las alternativas más idóneas para revestir las partes de los vehículos hipersónicos que más calientan. A mayor velocidad, recordemos, mayor es la temperatura que deben soportar los aviones o los misiles. El tungsteno tiene un punto de fusión de 3.422 °C que lo convierte en especial.
¿El problema? Cuando hablamos de tungsteno estamos haciendo referencia a un metal que no solo es raro, sino que también es caro y pesado. Pese a que las empresas chinas controlan el 85% de la producción mundial de este metal, el Ejército Popular de la Liberación (EPL) está considerando alternativas más económicas y viables.
La información proviene de SCMP, que cuenta que un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Pekín dirigidos por el profesor Huang Fenglei han dado a conocer el diseño para de un misil antibuque de planeo hipersónico cuyo cono de nariz está hecho de acero inoxidable disponible de manera amplia en el mercado.
Pero alcanzar este hito, aseguran, no ha sido tarea fácil. Un misil hipersónico puede alcanzar una temperatura superior a los 3.000 °C en ciertos momentos de su vuelo. El acero, sin embargo, empieza a deformarse cerca de los 1.200 °C. Para abordar esta limitación, los investigadores dichos dicen que han desarrollado un sistema de protección térmica.
Un misil hipersónico puede alcanzar una temperatura superior a los 3.000 °C en vuelo.
El mismo consiste en añadir una capa de cerámica de ultra alta temperatura a la carcasa de acero del misil hipersónico. Debajo de ella habría una capa de 5 mm de un aislante térmico llamado aerogel. ¿El resultado? Una estructura tan efectiva que apunta a ser capaz de ser utilizada en misiles hipersónicos de velocidad Mach 8.
Huang, cabe señalar, está directamente relacionado con el sector de la defensa de China. SCMP señala que es subdirector de investigación de un programa militar clasificado, asesor técnico de la Comisión Militar Central y, por si esto fuera poco, jefe adjunto de una unidad técnica en el Departamento de Desarrollo de Equipos del EPL.
Imágenes | Wikimedia | Alejandro Luengo