Reino Unido acaba de dar carpetazo a 142 años de carbón: el fin de la energía que propulsó el mundo moderno
En 1882 abrió la primera central eléctrica a carbón del mundo, ubicada en Holborn Viaduct en Londres. Así nacía la primera generación de electricidad a través del carbón y, ahora, 142 años después cierra la última planta en Ratcliffe-on-Soar, en Nottinghamshire. El fin de una era ha llegado a Reino Unido.
Última planta de carbón en Inglaterra. La última central de energía a carbón que quedaba en el Reino Unido ha cerrado el lunes 30 de septiembre después de que esta abasteciera al territorio durante más de 57 años. Las plantas alimentadas a partir de carbón fueron esenciales durante el siglo XX, de hecho en los años 80 llegó a satisfacer al 76% de la demanda del suministro eléctrico del país. En la última década se ha ido eliminando gradualmente.
La evolución del carbón en el Reino Unido. La historia del carbón en Reino Unido está entrelazada con el desarrollo industrial y económico del país. Como ilustra el artículo y gráfico de Carbon Brief el carbón fue durante décadas la fuente de energía dominante, pero su uso ha caído durante los últimos años. Aunque la primera planta de carbón abrió en 1882, no fue hasta 1895 cuando empezaron a utilizarla como fuente principal de electricidad. Este impulsó coincidió con la Segunda Revolución Industrial, una época marcada por un fuerte crecimiento económico y la expansión de la industrialización en el país.
Siguió creciendo hasta convertirse en la principal fuente de energía, pero en la década de los 70’ llegaron nuevas fuentes de energía, como el petróleo y la energía nuclear. Estos nuevos suministros provocaron una desestabilización en el carbón, aunque alcanzó su pico en 1980. Sin embargo, la oposición, huelgas y políticas renovables provocaron el declive acelerado hasta el cierre de la última central. El fin a más de un siglo de dependencia al carbón.
¿Cómo lo han logrado? El cierre de las centrales se ha debido a diferentes factores. En primer lugar, las regulaciones y políticas públicas como la Ley del Cambio Climático de 2008, la Ley de Aire Limpio y el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE. Por otro lado, el gobierno británico incentivó la inversión en renovables a través del Libro Blanco sobre Energía de 2003, reduciendo un 60% las emisiones para 2050. Aunque la nuclear también dejó abierta la puerta a un carbón más limpio mediante la captura y almacenamiento de carbono (CSS), al final las renovables y el gas natural han sido las principales alternativas.
Además de las huelgas como la minera de 1984, que marcó el punto de no retorno, las sucesivas protestas ambientales también fueron decisivas, como la oposición a abrir nuevas plantas como la de Kingsnorth en 2008 que nunca abrió. Por último, los cambios en el mercado también han sido un factor muy importante, pues la caída de los costos en las renovables y el gas natural hicieron que el carbón fuera menos competitivo a lo que su eliminación en favor de alternativas más limpias y económicas ganó la carrera.
Pero muchos países siguen dependiendo del carbón. Reino Unido fue la nación pionera del carbón y 142 años después ya forma parte de su pasado. Pero aún quedan muchos países donde el carbón es presente y futuro. China, India y Estados Unidos son los mayores consumidores de carbón, siendo China responsable de más de la mitad del consumo global. En particular, China continúa abriendo centrales de carbón, pero las renovables superaron la capacidad eléctrica.
Reino Unido ha salido del carbón. De esta manera, Reino Unido se ha convertido en el primer país del G7 en poner fin a la energía del carbón con el cierre de su última planta. Durante décadas, el carbón alimentó a la Segunda Revolución Industrial y fue la base del suministro eléctrico en el país inglés, pero este hito marca un cambio de dirección gracias a las políticas y la inversión en energías renovables. Este ejemplo envía un mensaje a todas las naciones sobre como el país más dependiente ha logrado adoptar una nueva posición, sin importar cuán profundo sea su vínculo con una fuente de energía.
Imagen | Arran Bee