Zaragoza tocaba con los dedos una gigafábrica de baterías de Stellantis y CATL. Ahora, todo depende del Gobierno chino
Stellantis montará una gigafactoría de baterías junto a CATL en Zaragoza. O, al menos, a eso se ha comprometido siempre y cuando el Gobierno chino dé el visto bueno para la misma. Ambas compañías están interesadas. El Ejecutivo español ha dado el visto bueno. Todo dependerá de las órdenes que lleguen desde China.
¿Qué sucede? Desde hace meses, Stellantis y CATL han negociado levantar una gigafactoría para la producción de baterías en Zaragoza. El terreno, explican en los medios locales, es de Stellantis, quien dispone de 60 hectáreas edificables para levantar el complejo.
¿Por qué un coche eléctrico tiene menos autonomía que la que anuncian
En enclave es de lo más interesante para la compañía que dirige Carlos Tavares. Stellantis quiere fabricar en Figueruelas sus coches eléctricos más pequeños. Este tipo de automóviles son los que menor margen de beneficio dejan por lo que ahorrar costes (en este caso situando la gigafactoría junto a la fábrica) ayudará a contener los mismos. Hay que añadir que también es un espaldarazo para las fábricas de Stellantis en Vigo y Madrid.
¿Es importante? Poner en marcha la fábrica de baterías puede ser realmente importante en la zona. Desde que se conociera el interés, el baile de cifras ha comenzado y se habla de una estimación de 3.000 personas empleadas en la nueva fábrica.
Pero casi igual de importante es para los propios trabajadores de Stellantis. En La Tribuna de la Automoción, explicaban este verano que la producción después de las vacaciones se había reanudado con una caída del 25%. Se abandonaba la fabricación de los Citroën C3 Aircross y Opel Crossland. Quedan en activo los Opel Corsa, Lancia Ypsilon y Peugeot 208. En estos momentos, el volumen calculado es de 1.500 vehículos diarios, por los 2.000 automóviles ensamblados cada día antes de verano.
Explican en El Periódico de Aragón que el descenso en su producción tiene un impacto directo sobre los empleos temporales. Informaba el diario local que se perderían 600 de ellos si la producción caía a los niveles que hemos visto después del verano. Tener al lado la fábrica de baterías es una manera de garantizar una larga vida a la fábrica.
¿Dónde estamos? Inmersos en «el programa industrial de mayor dotación económica de nuestra historia de apoyo a la industria del automóvil», según Jordi Hereu, ministro de Industria y Turismo del Gobierno. Y en un receso a falta de la confirmación de las autoridades chinas, según Carlos Tavares.
Una ayuda de 133 millones. Las declaraciones de Hereu hacían referencia a la ayuda aprobada por el Gobierno para Stellantis dentro del Perte VEC II y, concretamente, dentro de la partida dedicada a la producción de baterías para coches eléctricos. Hace una semana, el Gobierno confirmaba por boca de su ministro que la compañía recibiría una ayuda de 133,7 millones de euros para levantar esta planta.
Con esta ayuda, Stellantis recibirá 298 millones de euros, si el plan sale adelante, para modernizar sus plantas y levantar la mencionada gigafactoría de baterías. Esta subvención no llega sola. La fábrica de Volkswagen en Sagunto contará con nuevas ayudas que elevarán el impulso económico de 98 millones a 152 millones de euros. La planta de Renault en Valladolid también recibirá un empujón económico de 28 millones euros. Todas las cifras las recoge La Tribuna de la Automoción.
A la espera de confirmación. Pero todo esto tiene que confirmarse, ha asegurado Carlos Tavares en el Salón del Automóvil de París. El medio especializado en la industria de la automoción ha recogido que el CEO de Stellantis ha puesto la pelota sobre el tejado del Estado chino quien, asegura, tendrá que dar el visto bueno a CATL para hacer la inversión en Aragón.
El medio recoge que Tavares ha evitado mencionar directamente a CATL pero no ha dudado en asegurar que el proyecto depende del visto bueno de las autoridades chinas.
El tira y afloja. La decisión del Gobierno chino parece, desde luego, estar influida por las últimas derivadas que ha tomado la guerra comercial que parecen estar empezando Europa y China en relación a la llegada de marcas de este último país a nuestro continente y, más concretamente, sobre los aranceles a sus coches eléctricos.
Hace unos días, el Parlamento Europeo aprobaba que la Comisión siguiera adelante con los aranceles a estos automóviles y, por tanto, se ha dado uno de los últimos pasos para una aprobación definitiva. España, que en un primer momento apoyó los aranceles, ha terminado por abstenerse pero no ha llegado a la posición de Alemania, que mostró su rechazo a los mismos.
Queda por ver hasta dónde llegan las represalias chinas si, como parece, terminan por aprobarse estas medidas de protección económica. Europa, además, ha adelantado que no bastará con ensamblar kits prefabricados en China si los fabricantes no realizan las inversiones suficientes. Como represalia, el cerdo y el brandy (importaciones clave para España y Francia) están en el punto de mira del Gobierno chino que, ahora, debe dar el visto bueno a la operación aragonesa, según Tavares.
Foto | Stellantis