Buscando dinosaurios en Argentina han dado con un tesoro de 161 millones de años. El renacuajo más antiguo del planeta
En septiembre del año pasado se dio uno de esos encuentros fortuitos fascinantes. Ocurrió en el marco del festival Burning Man en el desierto de Nevada, cuando las lluvias que arreciaron durante el evento descubrieron algo asombroso: una “gamba dinosaurio” en medio del desierto. Un año después, otro grupo de científicos se encontraba en la Patagonia en busca de huellas de dinosaurio, de manera fortuita también, han dado con algo histórico.
Un renacuajo muy “viejo”. Al parecer, un equipo de paleontólogos de Argentina y China ha hallado un fósil de renacuajo que data de nada menos que hace 161 millones de años, lo que representa el espécimen más antiguo de esta etapa de vida en la evolución de los anfibios.
El “bicho”, que pertenece a la especie Notobatrachus, se encontró en una cantera de Santa Cruz, Argentina, y es sorprendente por su tamaño, alcanzando los 16 cm de longitud, lo que lo hace comparable a una rana adulta.
Evolución y ciclo de vida. Como han explicado los investigadores, el fósil brinda una visión única sobre el desarrollo de la metamorfosis en los ancestros de las ranas. Hasta ahora, los registros fósiles de ranas adultas databan del periodo Triásico, es decir, de hace aproximadamente 217 millones de años, mientras que los renacuajos fósiles más antiguos conocidos eran del Cretácico, de unos 140 millones de años atrás.
Para la ciencia, este hallazgo completa una brecha de tiempo ciertamente importante, sugiriendo que la metamorfosis ya era una característica en los anfibios desde el principio de su evolución.
Características del renacuajo. El espécimen incluye, no solo la cabeza, cuerpo y cola, sino también detalles anatómicos como los ojos, la boca, los nervios y las extremidades. De hecho, gracias a esta combinación los investigadores descifraron que el renacuajo estaba en una etapa avanzada de desarrollo, a punto de iniciar su metamorfosis hacia la vida adulta.
Además y como indicamos, el equipo identificó el fósil como parte de la especie Notobatrachus, principalmente debido a las similitudes en las vértebras con otros fósiles de adultos encontrados en el mismo lugar, y la ausencia de otras especies de ranas en dicha zona geográfica de Argentina.
Significado ecológico y evolutivo. La investigación destaca que una característica notable es el sistema branquial del renacuajo, el cual le permitía filtrar partículas de alimento del agua, similar a los renacuajos modernos. Se piensa que este sistema de alimentación estaba presente desde el comienzo del grupo y es aún una adaptación vital en miles de especies de ranas actuales.
En cuanto al tamaño inusualmente grande del renacuajo, los investigadores indican que podría deberse a la falta de competidores por alimento en los estanques temporales donde vivían.
Implicaciones en la metamorfosis. Para concluir, los investigadores recalcan que la existencia de este renacuajo de tamaño más que considerable en el periodo Jurásico apoya la teoría de que la metamorfosis ya estaba presente en las primeras ranas y había evolucionado mucho antes de lo que se creía. Dicho de otra forma, la investigación ofrece “una evidencia sólida de la antigüedad de este proceso en los ancestros de las ranas modernas”, como lo ha definido Kim Roelants, experto en biología de ranas en la Vrije Universiteit Brussel.
En definitiva, un hallazgo fascinante en una roca argentina que nos permite entender mejor la evolución y adaptaciones tempranas en la vida de los anfibios, confirmando además que las etapas larvarias de estas criaturas se establecieron mucho antes en el tiempo geológico de lo que se pensaba.
Imagen | Chuliver et. al. 2024., Gabriel Lío
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