La memoria (de la IA) tiene un precio: Gemini ahora recuerda cosas, pero solo si pagas
ChatGPT tiene memoria. El chatbot de OpenAI es capaz de recordar cosas, datos e información sobre nosotros para personalizar las respuestas. Esta función, que no es obligatoria ni mucho menos, es interesante y desde hoy está disponible en otra de las plataformas más populares: Google Gemini. Efectivamente, Google Gemini pasa a recorar cosas y en este caso sí, la memoria tiene un precio.
La memoria. Las similitudes con ChatGPT son evidentes porque, en esencia, es el mismo sistema. Gemini puede recordar detalles concretos que le hayamos comentado, preferencias personales, formatos, fechas y estilos y aplicarlos a futuras respuestas. La idea es que el chatbot se adapte cada vez más y mejor a nosotros.
¿Cómo? Es más fácil entenderlo con un ejemplo. Digamos que somos personas celíacas. Si le mencionamos ese detalle a Google Gemini y dentro de unos días le preguntamos por una receta o idea de plato, la IA recordará que somos celíacos y obviará platos con trigo. Si le decimos nuestro nombre y que trabajamos en X empresa y mañana le pedimos que escriba un correo, la presentación empezará con un «soy tal persona y trabajo en X empresa».
Recuerdos fabricados. La IA aprenderá sobre la marcha, pero también podemos «forzarle» un recuerdo. A través de la página «Información guardada» podremos añadirle información concreta para que la tenga en cuenta. Asimismo, será posible ver, editar o eliminar la información almacenada por la IA.
De momento, de pago. Como sucedió con ChatGPT, la memoria de Google Gemini supone pagar por Google Gemini Advanced. Esta suscripción, que cuesta 21,99 euros al mes, incluye la memoria, acceso a Gemini 1.5 Pro, una ventana de contexto de hasta un millón de tokens y dos teras de almacenamiento en Google One.
Actualmente, ChatGPT y Gemini tienen memoria a corto plazo. El gran reto es conseguir a memoria persistente
Memoria persistente. Estos avances son interesantes, pero todavía están en pañales. La IA tiene una suerte de memoria a corto plazo, que es la que hoy ha llegado a Gemini, y su siguiente gran paso es la memoria persistente. Mustafa Suleyman, cofundador de DeepMind y ahora director de la división de IA de Microsoft, explicaba hace poco que esa sería la segunda de las tres grandes fases del desarrollo de la IA.
La primera es que la IA sea capaz de procesar la misma información que nosotros, es decir, que vea, escuche y consuma lo que nosotros. La siguiente es, una vez conseguida la primera, que pueda crear un conocimiento y comprensión compartida y que sea capaz de mantener conversaciones e interacciones sin las limitaciones actuales, interacciones enriquecidas por todos esos datos, experiencia y conocimientos adquiridos. Es decir, memoria.
La tercera fase serían los agentes, o lo que es lo mismo, sistemas de IA capaces de interactuar con terceras partes. Dicho de otra manera, que la IA pueda comprar algo por nosotros, reservar un vuelo, etc., sin más interveción por nuestra parte que una simple instrucción. Estas fases dos y tres están en desarrollo, pero todavía tienen camino por delante.
Imagen de portada | Xataka
En Xataka | El nuevo Gemini demuestra una ambición de Google: que hablemos sin parar con nuestro móvil