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Alpine ha tomado una decisión "completamente estúpida" por copiar a Porsche. Es una grandísima noticia

Si de algo sabe Luca de Meo es de crear productos con altísima rentabilidad allí donde nadie lo esperaba. Lo hizo a su paso por Fiat con Abarth. Lo repitió con Cupra y Seat. Y se ha empeñado en hacer lo mismo con Alpine.

Sólo los éxitos anteriores pueden justificar haber tomado «una decisión completamente estúpida», en palabras del propio Luca de Meo.

«Completamente estúpida». Así ha definido Luca de Meo su estrategia con el Alpine A110, en palabras recogidas por Autocar. Al menos si sólo atendemos a los resultados económicos directos que puede entregar un coche por sí mismo, en lo que a ventas se refiere.

Es fácil caer en esta descripción si tenemos en cuenta que desde 2019, el coche siempre ha estado por debajo de las 4.500 unidades vendidas cada año. Después de años de una enorme crisis postpandémica, en 2023 al menos alcanzó las 4.328 matriculaciones.

El efecto halo. Con todo, de Meo defiende su gestión asegurando que se han fijado en el mayor referente que existe cuando hablamos de vehículos deportivos y volumen de ventas: Porsche. La compañía colocó en 2023 más de 50.000 unidades del Porsche 911, su vehículo bandera.

El nueveonce es un modelo que no tiene rival en el mercado. Por toda la historia que ha construido a su alrededor, con las sensaciones y su peculiar disposición del motor en el eje trasero como grandes pilares, se ha convertido en un coche único.

Pero además de esta (gran) virtud, el deportivo germano tiene otra: atrae clientes. Es lo que se llama efecto halo. Posicionar un vehículo en lo más alto de la escala aspiracional dentro de una marca, venderlo a un precio muy caro pero que, al mismo tiempo, transmita al resto de modelos una serie de atributos que pensamos estar comprando cuando nos hacemos con productos de menor precio.

Porsche como espejo. Para conseguir que esto sea rentable, Porsche cuenta con una sola plataforma para el 911. En los tiempos que vivimos, donde las marcas cada vez apuestan más por reciclar piezas y componentes entre modelos, «no es racional», en palabras de Luca de Meo. Al menos, si sólo se tiene en cuenta el rendimiento de cada vehículo.

Sin embargo, contar con una plataforma específica permite al mítico deportivo aportar unas sensaciones de conducción únicas. Unas que se transmiten en el imaginario colectivo al resto de la compañía. Por un lado le permiten vender el coche más caro y, al mismo tiempo, atraen clientes hacia modelos como el Porsche Cayenne, el Taycan o el Macan eléctrico. Coches, todos ellos, que comparten plataformas con otros modelos del grupo Volkswagen.

Eso es a lo que aspira Luca de Meo, tener una plataforma única para el Alpine A110 que vaya por libre. El coche no ha cosechado un gran éxito de ventas pero sí se ha ganado el favor de la crítica, coincidiendo en las virtudes de tener entre manos un coche a contracorriente, que gana prestaciones aligerando el peso en lugar de apostar por potencias absurdamente altas.

Una transición complicada. La idea, por tanto, de Luca de Meo es mantener una plataforma única para el Alpine A110 eléctrico. Una que le permita cumplir con la promesa de tener entre manos un coche eléctrico «más ligero que un coche comparable con un motor de combustión, pero sin comprometer el rendimiento», en las palabras recogidas por Autocar.

La promesa es complicada de cumplir en un mercado, el del coche eléctrico, que peca de sobrepeso como consecuencia de incluir las baterías en el pack. Sin embargo, sí puede hacer del Alpine A110 eléctrico un coche de prestaciones y sensaciones únicas, algo de lo que está muy necesitado el mercado del coche eléctrico deportivo.

Con la marca en plena transición al coche completamente eléctrico, de Meo confía que las virtudes del A110 eléctrico le permitan trasladar ese aura de distinción a otros modelos de la compañía de uso diario, como el Alpine A290 (la versión más deportiva del Renault R5) o el futuro Alpine A390.

¿Volverá a repetirlo? Cuando Luca de Meo llegó a Renault, lo hizo como quien contrata a un chef de renombre. Los franceses conocían su menú, ahora aspiraban a que lo repitiera con nuevos ingrediente.

Como decíamos, en su paso por Fiat ya transformó Abarth en una empresa económicamente rentable transformando el Fiat 500 en un pequeño deportivo muy querido por los amantes de los deportivos de menor tamaño. Posteriormente, repitió jugada con Cupra. Un éxito que ha llevado a esta última compañía a pasar por la derecha a Seat.

Y con Alpine quiere volver a repetir los éxitos del pasado. En ambos casos consiguió rentabilidades muy altas poniendo en el mercado modelos más deportivos que los que Fiat y Seat tenían por aquel entonces haciendo de Abarth y Cupra marcas independientes que venían coches a un precio mucho más caro con transformaciones de bajo coste de sus modelos ya existentes.

Foto | Alpine 

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