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En 1940 un centenar de hombres llevaban un Mercedes Benz a hombros por las montañas de Nepal. Era el coche de Hitler

La imagen con la que abrimos es completamente real. La escena tuvo lugar en el valle de Chitlang, situado en la antigua ruta conocida como el «Camino del Rolls Royce», lo cual ya nos da una pista del enclave. En el pasado, un testimonio del ingenio y la resiliencia humana en el contexto histórico de Nepal. Con todo, lo curioso de lo que vemos no es solo que un centenar de personas carguen un coche a hombros, el dueño original del vehículo lo hacía todo un poco más surrealista.

Sin carreteras no hay coches. Durante décadas, el famoso camino fue un sendero muy popular por el transporte de vehículos, la única “vía” que se utilizaba antes de la construcción de carreteras modernas. Sin automóviles en funcionamiento, los vehículos eran desmontados y cargados sobre postes de bambú y llevados al hombro por decenas de porteadores.

Aquella ruta fue un vínculo esencial entre el valle de Katmandú y las llanuras del Terai, además de ser transitada por comerciantes, peregrinos, dignatarios extranjeros y locales durante siglos. De hecho, hasta 1956 la ruta empedrada era la única que conectaba Katmandú con India a través de ese trayecto sinuoso que incluía cruzar colinas boscosas y pueblos pintorescos como Chitlang, Markhu y Kulekhani. Finalmente, con la construcción de la Carretera Tribhuvan, el sendero cayó en desuso, dejando atrás pueblos aislados y transformándolos en vestigios silenciosos del pasado.

Hitler y su coche. En cuanto a la imagen que con el tiempo se ha vuelto icónica, parece que tuvo lugar en la década de 1940 (posiblemente en 1949), aunque hay varias versiones sobre el destinatario. La más difundida: Adolf Hitler obsequió con el vehículo al Rey Tribhuvan, abuelo del último rey de Nepal, Gyanendra. Nada menos que un Mercedes-Benz de 1938 (un modelo 230 Pullman Landaulet 1937-1939).

El coche, el primero en ser visto en el país, debía llegar a Katmandú en un tiempo donde, como explicábamos, Nepal carecía de carreteras modernas. La solución fue la que vemos en imagen, una que luego se repetiría con otros vehículos, siempre con grupos de hombres nepaleses cargando físicamente el vehículo a través del difícil terreno montañoso, mostrando esa mezcla de ingenio y esfuerzo humano ante la adversidad.

Como decíamos, hay una segunda versión de los hechos. En ella, se sugiere que el destinatario fue el Primer Ministro de India, Juddha Shumsher, con la intención de ganarse el apoyo de los soldados Gurkha en la Segunda Guerra Mundial.

El papel histórico de los porteadores. Lo cierto es que el transporte humano de carga tiene raíces ancestrales anteriores a la domesticación de animales y la invención de la rueda. Aunque disminuyó con el fin de la esclavitud y el avance tecnológico, este método persiste en lugares donde los medios mecánicos no son viables, como montañas, selvas y áreas de difícil acceso.

En el caso que nos ocupa, en Nepal, este legado permanece vivo en los famosos «Sherpas», nombre que comúnmente se da a los porteadores de los Himalayas, aunque originalmente se refiere a un grupo étnico adaptado a la vida en altitudes extremas, hoy son profesionales logísticos y guías expertos esenciales en la escalada de montañas.

Tradición y modernidad. El caso del Mercedes-Benz llevado a Katmandú refleja no solo un momento único en la historia de Nepal, sino también la resiliencia de las comunidades montañesas que, incluso en la era contemporánea, conservan roles esenciales en la logística y el transporte en condiciones extremas. El evento emblemático subraya la capacidad humana para adaptarse y superar obstáculos, combinando tradición, ingenio y esfuerzo colectivo.

El “regreso” del coche. Hace unos años se supo que el coche seguía con “vida”. Al parecer, lo habían reparado y usado para llevar a los visitantes por los terrenos de un museo del palacio nepalí. Antes, el vehículo había estado almacenado en un antiguo garaje del palacio durante más de cinco años, después de ser abandonado por una escuela de ingeniería que lo había estado usando para dar clases.

No puede ser más curiosa la historia del coche de la casa alemana. El auto que comenzó llevando al líder nazi de Alemania, terminó perdido en las montañas de Nepal (enclave que, por cierto, luchó contra Alemania junto a los británicos) para que los más pequeños aprendieran algo de historia.

Imagen | YouTube (posible atribución a Kurt Wentzel)

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