Las empresas contratan, pero no a los mayores de 55 años: cuatro de cada diez desempleados no volverán a trabajar
El desempleo en España se intensifica entre los jóvenes que buscan sus primeras oportunidades laborales y entre los trabajadores senior con más experiencia que se han quedado en el paro a solo unos años de jubilarse. Los últimos datos del SEPE indican que cuatro de cada diez desempleados en España pertenecen a este último grupo.
Mayor de 55 años y prejubilado. Los datos consolidados de desempleo del mes de octubre registrados por el SEPE indican que el 39,1% de las personas que reciben algún tipo de prestación por desempleo pertenecen al grupo de los mayores de 55 años. Esto supone un total de 687.929 personas, lo que representa un incremento del 2,4% con respecto a los datos del año pasado
Este dato sorprende, considerando que la recuperación económica postpandemia ha reducido los datos de paro general y el número de beneficiarios de prestaciones por desempleo en otros tramos de edad. Es decir, las empresas están contratando a nuevos empleados, pero no a los empleados con más experiencia laboral.
Parados de larga duración. El informe detalla a modo de profecía autocumplida el destino más habitual para este colectivo de desempleados: «En su gran mayoría perciben el subsidio hasta la edad de jubilación». Esto lo convierte en realidad en prejubilados forzosos que tienen muy pocas oportunidades de volver a un mercado laboral que les cierra las puertas.
Esto implica un grave problema estructural para las políticas laborales que no ha dejado de crecer. En 2009 el peso de este colectivo era del 17,4%, incrementándose año tras año hasta el 39,1% que registró el pasado mes de octubre. Esto supone un incremento del 43% con respecto a los datos registrados en 2009, cuando la crisis financiera disparó los despidos colectivos.
Despidos pactados que se cronifican. En los últimos años, las empresas han ofrecido a sus empleados más veteranos despidos colectivos pactados con condiciones ventajosas mediante indemnizaciones, convenios especiales con la Seguridad Social y subsidios. Eso les permitía mantener su nivel de ingresos hasta que cumplieran la edad de jubilación.
Según los datos del SEPE, el 62% de los desempleados mayores de 55 años cobra algún tipo de subsidio, mientras que el 23,7% cobra una prestación contributiva, lo cual es indicativo de llevar menos de dos años sin empleo. Además, el subsidio especial para mayores de 55 años es el único que incluye cotizaciones, por lo que se incrementa todavía más la carga para la Administración.
Cerco a las prejubilaciones doradas. Las últimas reformas en materia de subsidio laboral han rebajado el interés de las empresas por este tipo de «prejubilaciones doradas». Se ha retrasado la edad de jubilación anticipada, la edad de acceso al subsidio de los 52 a los 55 años y la base de cotización del 125% que establecía la anterior normativa al 100%.
El problema es que, al rebajar las condiciones para evitar el abuso de esta fórmula de «prejubilación pactada», también se ha perjudicado a quienes no se beneficiaron de una indemnización por despido colectivo voluntario, y se encuentran en esa situación de paro de larga duración de forma involuntaria.
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Imagen | Unsplash (Spencer Davis)
