Esta Starship no es como las anteriores. Es la primera de segunda generación, y SpaceX está a punto de arrancarla
SpaceX ha movido a la zona de pruebas la primera nave Starship de segunda generación. Con el número de serie Starship 33, será la nave que se lance durante el séptimo vuelo del cohete más grande del mundo. Y si bien cuesta detectarlas a simple vista, viene con novedades importantes.
Un poco de contexto
Starship es un cohete de dos etapas: el propulsor Super Heavy, que se encarga del despegue, y la nave Starship, donde irán los satélites y, más adelante, los astronautas que SpaceX espera lanzar a Marte.
SpaceX distingue entre tres generaciones de Starship. Hasta ahora, solo hemos visto volar Starships de primera generación: cada una con mejoras iterativas de diseño, pero con una altura aproximada de 121 metros, y una capacidad de carga de alrededor de 50 toneladas, inferior a la del Falcon Heavy.
La segunda generación de Starship, también llamada Starship v2, Starship 2 o Starship Block 2, mantiene el mismo número de motores (33 en el propulsor y seis en la nave), pero duplica la capacidad de carga a más de 100 toneladas, y aumenta la altura del cohete en unos tres metros.
El vuelo 7 de Starship, previsto para enero o febrero de 2025, marca el debut de una nave de segunda generación. Es decir, la etapa superior será Block 2, pero el propulsor Super Heavy seguirá siendo Block 1. En este caso, se trata del Booster 14, que acaba de completar una prueba de encendido y en unos días tendrá apilada encima la Ship 33 de nueva generación.
En cuanto a la Starship de tercera generación, también llamada Starship v3, Starship 3 o Starship Block 3, no se espera hasta dentro de unos años, pero promete ser el arca de Noé en la colonización de Marte. Con nueve motores en la segunda etapa y una altura descomunal de 150 metros, está diseñada para ofrecer una capacidad de carga de más de 200 toneladas.
Las novedades
Volviendo a la Starship 33, es 1,8 metros más alta que las naves anteriores para albergar depósitos de metano y oxígeno líquido de mayor capacidad. Por esta misma razón, tiene una bahía de carga más corta, lo que significa que le caben menos satélites a cambio de poder lanzar cargas más pesadas.
Una de las diferencias más notables son los nuevos alerones delanteros. Más pequeños y puntiagudos, están situados a mayor altura en el fuselaje para reducir las filtraciones de plasma que sufrieron las Starships anteriores durante la reentrada atmosférica. Las bisagras de los flaps demostraron ser el punto más débil en las superficies aerodinámicas de la Starship Block 1.
Otro de los cambios que se aprecian perfectamente es la homogeneidad de las losetas térmicas. La Starship Block 2 tiene un nuevo escudo con mejoras en su instalación y el material ablativo secundario que lo protege del calor.
El escudo térmico es el componente más problemático de la nave porque nunca antes se había hecho uno tan grande con la aspiración de ser total y rápidamente reutilizable. Aunque el diseño sigue siendo simple, SpaceX no descarta tener que instalarle un sistema de refrigeración para mejorar su resistencia a la reentrada atmosférica.
Imágenes | SpaceX