En China hay una nueva profesión al alza y bien cotizada: los "pei pa", compañeros para escalar montañas
A principios de verano Fu Linghai, un universitario de la provincia de Hebei, al norte de China, vio cómo su rostro se viralizaba en su país. Los vídeos que corrieron como la pólvora por las redes sociales y acabaron llegando a medios como Global Times o China News Service lo muestran en la montaña, con gafas de sol y una mochila portabebés a la espalda en la que carga con una niña de tres años. Nada extraño. Ni sospechoso. Si Lingahi se hizo tan popular de la noche a la mañana fue porque cuando le sacaron esa foto estaba ejerciendo una profesión al alza en el gigante asiático y bastante bien remunerada: la de pei pa.
Literalmente era un «compañero de escalada».
¿Qué es eso de «pei pa»? Suena exótico, pero el concepto es bastante simple. Un pei pa es un «compañero de escalada». Y en este caso las palabras son muy importantes. No hablamos de un sherpa, ni un guía, ni un portamaletas, ni un entrenador personal. No. Literal y estrictamente un «compañero de escalada», alguien en buena forma física y con conocimientos de montaña dispuesto a acompañar a senderistas que no quieren subir a las cimas más populares de China solos y tampoco tienen quien les acompañe.
¿Y es un trabajo? Sí. Uno tan peculiar que ha llamado la atención ya de medios tanto nacionales como extranjeros, incluidos la CNN o First Post. En una sociedad en transformación como la china, hay gente, sobre todo universitarios jóvenes en busca de ingresos extra, que han encontrado un nicho de negocio particularmente lucrativo en el acompañamiento a senderistas.
A cambio de una tarifa están dispuestos a acompañar a montañistas solitarios o sin experiencia durante sus excursiones, ofreciéndoles sus conocimientos, conversación y apoyo físico, lo que puede ser una ayuda valiosa si el cliente quiere llevar mochilas o niños.
¿Y cuánto cobran? Los pei pa suelen ofrecer sus servicios a través de redes como Xiaohongshu o Douyin, en las que entre otras cuestiones informan sobre su altura, estado físico o experiencia en las montañas. Las tarifas oscilan. La CNN precisa que los «compañeros de escalada» suelen cobrar entre 200 y 600 yuanes por viaje, lo que equivaldría a una horquilla de 30 a 80 euros. Yu pide por ejemplo 200 yuanes por el servicio de acompañamiento más 50 extra si el cliente le pide que cargue con una mochila.
Subir y bajar montañas como el Monte Tai, con una altitud de más de 1.500 metros, puede resultar agotador, pero los pei pa que consiguen popularizarse están bien pagados. Y sobre todo permiten a los estudiantes ganar bastante más dinero que con otros trabajos temporales más convencionales. Chris Zhang, un universitario de 20 años, asegura a la CNN que reunió 2.800 dólares ejerciendo como pei pa durante tres meses. Es diez veces más que lo que consiguieron algunos de sus compañeros con otros empleos.
¿Un trabajo fijo? No todos los «acompañantes» son universitarios que quieren aprovechar su buena forma física y afición por el senderismo para sacarse un dinero extra. En las redes se anuncian también militares veteranos. Y hay quien como Chen Wudi, de 27 años, ha decidido dejar su anterior empleo para apostarlo todo a la montaña. A él no le va nada mal. Tiene alrededor de 40 reservas al mes y gana 2.800 dólares, muy por encima del salario medio.
«Básicamente escalo montañas todos los días. A veces dos o incluso tres veces al día», asegura a la cadena estadounidense. Quizás parezca una exageración, pero la frecuencia con la que se usan los hashtags relacionados con los «compañeros de escalada» en las redes sociales chinas muestran que el servicio genera un interés sorprendente en el país.
Chen incluso se ha mudado a los pies del Monte Tai, aunque asume que no podrá seguir subiendo y bajando sus laderas al ritmo actual de forma indefinida. «Me duelen mucho las rodillas. Quizá solo pueda seguir unos meses o medio año».
¿Y cómo le va a los clientes? Que el fenómeno de los pei pa se haya vuelto tan popular nos ha permitido conocer historias de «acompañantes», pero también de «acompañados». La más popular de todas es probablemente la de una mujer de la provincia de Shandong que se apellida Li. Ella fue la que contrató hace meses a Fu Linghai, estudiante de segundo curso de Educación Física, para subir el Monte Tai. Li quería tener la experiencia con su hija, de tres años, pero su marido no podía sumarse a la expedición. ¿Qué hizo? Buscar en Internet hasta que encontró a Fu.
Como el portabebés con la niña pesaba más o menos como una mochila, el joven se ofreció a prestar el servicio por 518 euros, una cantidad que Li consideró razonable. La imagen del universitario cargando con la pequeña a buen ritmo y agilidad llamó la atención de la gente, así que acabó inmortalizado en un vídeo. La magia de las redes chinas hizo el resto y su caso acabó llegando a medios como China Daily, First Post, Global Times o la cadena CNN.
¿Qué hacen exactamente? El caso de Fu es bastante ilustrativo, aunque hay medios que hablan de cómo los pei pa se encargan también de hacer compañía, igual que auténticos «compañeros» de escalada: charlan, cantan, cuentan chistes, animan, ayudan cuando hace falta… Wendy Chen, que no encontró quien la acompañara a la cima del Tai, relata cómo su acompañante planificó la mejor ruta, cargó con su mochila, le alquiló un abrigo y le sacó fotos.
Todo por 350 yuanes, 49 dólares. Curiosamente, Chen desliza una idea: cuanto más guapo es el acompañante, más alta se puede esperar que sea su tarifa. «El atractivo forma parte de su fortaleza».
¿Es un fenómeno extraño? No del todo. El fenómeno de los pei pa se entienden mejor a la luz de otras dos tendencias. Una es la afición por los deportes al aire libre en China y el interés por las montañas. Hace poco Channel News Asia revelaba de hecho cómo la demanda de los «compañeros de escalada» estaba experimentando un repunte coincidiendo con las vacaciones de otoño y el Día Nacional de la República Popular, que se celebra en octubre.
El otro fenómeno es el de la peiban jingji, la «economía del acompañamiento», y que básicamente abarca los negocios creados para acompañar de forma remunerada a los clientes en ciertas circunstancias, como durante juegos, compras o actividades al aire libre. De hecho hay quien ya ha relacionado su auge con los cambios sociales que está experimentando el país, donde cada vez se casa menos gente. Si las previsiones no fallan, este será el año con menos nupcias desde 1980.
Hace unos meses Malay Mail aseguraba que se prevé que el sector alcance un valor notable en 2025 y ya hay gente ofreciendo servicios de ese tipo pro 33 dólares la hora. «Más allá de los bienes materiales, la gente busca cada vez más un consumo experiencial que mejore su calidad de vida», explica a la CNA el doctor Zhao Litao, del Instituto de Asia Oriental.
Imágenes | Xiquinhosilva (Flickr) 1 y 2, Andrew and Annemarie (Flickr)