Lenovo Yoga Slim 7, análisis: cada vez más cerca del formato perfecto de portátil para trabajar

A la hora de escoger un portátil que vaya más allá del ocio, la toma de decisiones requiere de un amplio abanico de variables a tener en cuenta: tamaño de pantalla, apariencia, rendimiento y cómo no, autonomía. Y la decisión nunca es sencilla ni única.

El Lenovo Yoga Slim 7, que llega al mercado presumiendo de los procesadores Core Ultra 7 de segunda generación en su versión Aura Edition, ha tomado interesantes decisiones en todos los aspectos clave que determinan el éxito o fracaso de un portátil para trabajar o estudiar. Y lo más importante de todo: con un formato de diagonal de pantalla de 15,3 pulgadas que siempre se agradece cuando queremos comodidad y gran espacio de trabajo sin tener que recurrir a una pantalla externa.

Ficha técnica del Lenovo Yoga Slim 7

Lenovo Yoga Slim 7 – Ordenador Portátil Aura Edition – Copilot+ PC, 15.3″ 2.8K WQXGA Táctil (Intel Core Ultra 7 258V, 32GB RAM, 1TB SSD, Windows 11 Home, Wi-Fi 7), Teclado QWERTY Español, Luna Grey

* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión

Un Yoga de espíritu trabajador

Hace ya generaciones que Lenovo decidió que iba a otorgar el apellido Yoga a determinadas familias de portátiles independientemente de si se trata de equipos convertibles (el espíritu original de la familia) o no. Así que aquí tenemos un nuevo Lenovo Yoga Slim que no es convertible. Pero añade algún guiño como que la pantalla sea completamente abatible y además de tipo táctil.

Pero que este primer párrafo no te desanime porque el Lenovo Yoga Slim 7 es un equipo muy bien plantado a nivel de diseño. Para empezar hay que decir que es ligero y compacto para un equipo con pantalla de más de 15 pulgadas. Y el acabado y distinción a nivel de diseño queda lejos de la media a la que nos tienen acostumbrados los fabricantes cuando se trata de equipo de eminente corte profesional.

El Lenovo Yoga Slim 7 ofrece a la vista y el tacto unas líneas muy suaves, bien ejecutadas y más acordes a equipos de tipo ultrabook. Su peso es inferior a 1,5 kg y como hemos indicado nos ofrece una diagonal de pantalla de 15,3 pulgadas. Su grosor, de menos de 1,4 cm, también es destacado.

Disponible en un gris algo aséptico para el diseño interesante que propone, hay que mencionar el acabado en aluminio con un marco de aleación de magnesio y el diseño a modo de pestaña de la zona de la webcam. Invita a usarla directamente para abrir el equipo pero la resistencia de la bisagra lo evita y es necesario recurrir a una segunda mano. El equipo ofrece resistencia militar.

Una vez abierto el equipo nos encontramos con un teclado centrado y, en vez de con parte numérica, hallamos dos altavoces flanqueando el mismo. Una buena elección sin duda.

En la parte de conectividad hay buenas noticias. Tenemos dos puertos USB-C (ambos admiten carga, Thunderbolt 4), uno a cada lado, así como una salida HDMI 2.1 y un puerto USB-A que nunca viene mal.

No falta  el botón de encendido, que ya es extraño encontrarlo en un lateral, con su LED de estado correspondiente, así como un puerto de 3.5 mm para la toma de audio combinada.

La elección de un botón de encendido en el lateral tiene una consecuencia: no hay lector de huellas integrado. Nos limitaremos a la identificación Windows Hello por reconocimiento facial.

En el lateral derecho hay sitio también para el botón del obturador electrónico para el bloque de la webcam, pero me ha parecido de un tamaño tan reducido que no se hace muy sencillo activarlo y desactivarlo con rapidez.

El portátil de Lenovo queda elevado ligeramente de la superficie donde lo tengamos colocado gracias a unas patas de goma, lo que facilita la refrigeración del mismo.

En el apartado de conectividad inalámbrica, este Lenovo Yoga Slim 7 ya disfruta de los beneficios de la conectividad Wi-Fi 7, por lo que los routers Wi-Fi 7 como el Eero Max 7 se podrán aprovechar.

Espectacular pantalla para todo

Resulta obvio que la gran ventaja de un portátil con gran diagonal de pantalla es la posibilidad de trabajar con comodidad, calidad y resolución. Pero no siempre es así.

Este Lenovo Yoga Slim 7 apuesta por una pantalla PureSight Pro con diagonal de 15,3 pulgadas, frecuencia de refresco de 120 Hz y unos marcos muy reducidos para mejorar la sensación de espacio y buena visualización del contenido que queramos.

El panel es IPS, brillante (500 nits y HDR 400) y con una cobertura del 100% del espacio de color DCI-P3. La resolución es ajustada, de 2880×1800 píxeles, más que suficiente tanto para reproducción multimedia como para el trabajo diario con documentos o webs. Viene bien protegido con vidrio y es táctil, ofreciendo una excelente respuesta sin que la pantalla quede muy sucia, lo que abre un buen abanico de posibilidades para este equipo.

En interiores, la pantalla, aunque es de tipo brillante, no sufre en exceso por reflejos incómodos y a cambio nos deja una gran sensación de viveza y nitidez que no suele ser habitual en paneles de tipo IPS en este sector. En exteriores sí que hubiera merecido la pena contar con algún tratamiento antirreflectante o un panel con acabado mate.

Los dichosos reflejos de las pantallas brillantes

Uno de los contenidos que más se puede disfrutar es todo lo que tiene que ver con vídeo e imágenes, apoyado de manera sobresaliente con un sistema de cuatro altavoces (dos frontales en los laterales del teclado y dos bajo la carcasa para un total de 8 W) que mejoran mucho el sonido envolvente y el refuerzo de graves de los portátiles. Viene optimizado con Dolby Atmos.

El sonido también se ha cuidado a nivel de registro, contando con el apoyo de la IA para el reconocimiento de voz y la reducción de ruido de fondo, que se apoya en cuatro micrófonos con cancelación de ruido.

Esos micrófonos son de mucha ayuda para las videollamadas. Es de hecho un gran valor que no viene refrendado por la calidad de imagen que obtenemos de la webcam de 2 MP (vídeo 1080p), que se comporta correctamente con buena luz si no queremos una gran nitidez en la imagen. Es un punto flaco de este equipo por mucho que integre cámara IR y obturador electrónico de privacidad.

Un equipo Copilot+ en toda regla

La versión Aura del Lenovo Yoga Slim 7 recoge el guante de los Core Ultra 7 Serie 2 y apuesta por ofrecer una combinación de hardware que promete sobre el papel: Core Ultra 7 258V (SoC de 8 núcleos a 2,20 GHz y con las iGPU Intel ARC 140V) y 32 GB de memoria RAM (soldada a placa) y una unidad de almacenamiento que arranca en los 512 GB. Buena combinación para el precio del equipo aunque en estos Core Ultra de segunda generación la elección del procesador marca también la de la RAM.

La unidad de almacenamiento parte como hemos dicho de los 512 GB y puede optarse por una capacidad de hasta 1 TB, todos ellos SSD M.2 2242 PCIe Gen4 TLC que ofrecen un rendimiento correcto pero no entre lo mejor del sector.

El SoC de Intel, muy ambicioso, se ha mostrado resuelto en las pruebas de rendimiento bruto a las que sometemos a nuestros equipos a prueba en Xataka, con mejoras respecto a la generación anterior, aunque no muy significativas salvo en los test de un solo núcleo.

En nuestros test habituales como PCMark 10, el Lenovo Yoga Slim 7 consiguió algo más de 7.000 puntos.

Si merece la pena o no dar el salto hay que buscarlo en la eficiencia que sí que ha demostrado que está muy por encima de los procesadores Intel equivalentes, aunque sin llegar a los ARM (pero sin tener que optar por un Windows ARM). Respecto a otros portátiles con el mismo procesador, este Lenovo Yoga Slim 7 ha arrojado cifras de rendimiento bruto muy ligeramente inferiores.

En el apartado gráfico y por supuesto en el trabajo local con IA es donde los Core Ultra 7 Serie 2 sí que pueden animarse a presumir. De hecho, en relación con la iGPU, de nuevo los Core Ultra demuestran que están por encima de las opciones equivalentes tanto de AMD como de la propia Intel en otras familias de procesadores.

Si nos pasamos a los números, el Lenovo Yoga Slim 7 supero los los 8.600 puntos en 3DMark Fire Strike mientras que en el reciente banco de pruebas para valorar el rendimiento de la NPU y procesador en tareas de IA, GeekBench IA, este Lenovo alcanzó los 5.000 puntos (Quantized Score).

A la hora de usar este Lenovo Yoga Slim 7 para jugar, tenemos que enfrentarnos a la realidad, que aunque es cada día mejor, todavía no nos permite recomendar este equipo para quien quiere jugar a algo más que esports de manera ocasional. En nuestra prueba de referencia con Cyberpunk 2077, en modo gráfico Alto y resolución 1080p, este Lenovo Yoga Slim 7 superó los 25 fps, todavía por debajo del rendimiento de las integradas de AMD.

Dado que el usuario apenas va a notar un 10% arriba o abajo de rendimiento bruto, hay que alabar de estos Core Ultra en su segunda generación el salto cualitativo en la relación rendimiento/eficiencia, algo que facilita por otro lado la refrigeración del equipo y el ruido en funcionamiento.

Este Lenovo Yoga Slim 7 apenas pone en marcha los ventiladores ni tan siquiera en test de estrés (temperatura ambiente de unos 15-20 grados). Y si lo hace, el ruido en constante y contenido, nada molesto. En cuanto al calentamiento, se concentra en la parte inferior del chasis y superior del teclado pero no es nada problemática según nuestras pruebas.

También la estabilidad del equipo en pruebas de largo recorrido y lo poco que se reduce el rendimiento trabajemos con la batería o la alimentación continua son mejoras que afectan más al usuario que unos puntos más o menos en unos test sintéticos.

Respecto al software que trae el Lenovo Yoga Slim 7 de serie, no hay mucho bloatware en la versión de prueba que hemos analizado en Xataka (pero no se salva el famoso y pesado antivirus) y el software propio de gestión Lenovo Vantage nos parece cada vez más completo.

Es un software integrado más que suficiente para que un usuario sin conocimientos avanzados pueda gestionar aspectos importantes de su equipo tal como las actualizaciones críticas, modos de pantalla o datos sobre la batería.

El toque IA viene protagonizado por las ayudas de gestión del equipo, las videollamadas y por supuesto el acceso a CoPilot de Microsoft, aunque sigue sin ser un aspecto que pueda hacernos decidirnos por un equipo u otro.

La autonomía se pone bien seria

Vaya alegría que en equipos Windows bajo procesadores Intel o AMD el avance de los últimos años en relación con la autonomía haya sido tan positivo. El Lenovo Yoga Slim 7 es un nuevo ejemplo de ello, apoyado como hemos indicado en una eficiencia sobresaliente.

La batería de este portátil tiene una capacidad considerable, de 70 Wh. En nuestras pruebas de autonomía, que se basan en un uso práctico y real del equipo y no en test ni simulaciones, con mezcla de tareas de ofimática, reproducción de contenidos multimedia y mucha navegación web, este Lenovo Yoga Slim 7 ofreció una autonomía real de entre 7,5 y 9 horas, algo por debajo de los resultados que hemos obtenido con portátiles con mismo procesador pero panel de tipo AMOLED, que nos ofreció alrededor de una hora más de pantalla.

Para la carga, que sea realiza en cualquiera de los puertos USB-C del equipo (muy acertado que haya uno en cada lado del equipo), podemos usar cualquier cargador.

Sin teclado numérico todo va mejor

Soy bastante fan de los teclados de los portátiles Lenovo. Esa reminiscencia de los IBM todavía se mantiene en cierta manera. En el caso del teclado de este Yoga, estamos ante un modelo de tipo isla en el que se ha obviado el teclado numérico, lo que facilita el tamaño generoso de las teclas y la colocación de los altavoces laterales. Salvo que trabajes mucho con hojas de cálculo y números, es una configuración que prefiero.

El recorrido de las teclas de este Lenovo Yoga Slim 7 es bastante amplio, de 1,5 mm, ligeramente superior a la que solemos encontrar en portátiles de esta gama. Eso se traduce en una mayor comodidad de uso y respuesta, lo que unido a su buena estabilidad lateral y que es bastante silencioso al uso, lo deja como un muy buen teclado en portátil.

Este teclado es retroiluminado con tres niveles de intensidad que podemos escoger manualmente o dejar que sea el sensor integrado el que decida la mejor opción según la luz ambiente. La visibilidad con poca luz es buena y viene con recubrimiento a prueba de grasa y agua para evitar la sensación de suciedad tanto a la vista como al tacto.

Respecto al touchpad, su tamaño es correcto, suave al tacto y preciso. Pero en nuestra prueba nos ha parecido que la sensibilidad a los gestos es excesiva y a menudo realiza acciones como ir a la multitarea sin que en realidad hayamos realizado dicho gesto.

Lenovo Yoga Slim 7, la opinión y nota de Xataka

Poco a poco van llegando más portátiles bajo los últimos Intel Core Ultra de segunda generación. Actualmente son la gran alternativa bajo Windows x86 a los modelos ARM si no queremos renunciar a una gran autonomía.

El Lenovo Yoga Slim 7 es un modelo que se sale de lo tradicional en el mercado profesional (y también de consumo) al mezclar un diseño tan cuidado como el de un ultrabook al tiempo que sube su apuesta a una diagonal de pantalla por encima de las 15 pulgadas. El resultado es excelente a nivel de diseño, dimensiones y peso siempre teniendo en cuenta la gama de equipos de la que estamos hablando. Solo algunos detalles como el botón de encendido sin lector de huellas o la colocación del obturador de la webcam empañan este apartado.

El resto cumple las expectativas. Tenemos una pantalla brillante  de tipo IPS con gran ficha técnica, especialmente en el refresco de 120 Hz, aunque sufre con los reflejos. Es además táctil, aunque no estemos hablando de un portátil de tipo convertible.

La aportación de los procesadores Ultra de Intel se nota en la autonomía, beneficiada por la eficiencia del SoC aunque nos ha dejado un rendimiento algo más bajo en potencia bruta que los mismos chips montados en equipos de la competencia. En todo caso hablamos de valores que realmente no se aprecian en el día a día con el equipo.

Lenovo Yoga Slim 7 – Ordenador Portátil Aura Edition – Copilot+ PC, 15.3″ 2.8K WQXGA Táctil (Intel Core Ultra 7 258V, 32GB RAM, 1TB SSD, Windows 11 Home, Wi-Fi 7), Teclado QWERTY Español, Luna Grey

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