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Empecé a leer 'Cointeligencia' con mucho escepticismo. Su sensatez lo convierte en un libro sobre la IA imprescindible

Si las lecturas sobre productividad son un campo de minas en el que hay que esquivar bombas antes de encontrar el oro, las lecturas sobre IA lo son más aún. La mayoría se dividen en dos grandes grupos:

  • El tecnooptimismo desenfrenado.
  • El catastrofismo apocalíptico.

Y eso si hay suerte y no se trata de un timo de la estampita para venderte un curso.

Por eso celebro cuando encuentro un libro como ‘Cointeligencia‘, de Ethan Mollick, que brilla por su equilibrio. Cabeza fría. Reconoce los riesgos existenciales, pero se centra en cómo aprovechar la IA hoy de manera pragmática.

Como profesor de Wharton especializado en innovación y emprendimiento, Mollick ha estado en primera línea observando a la IA y experimentando con ella en la educación.

Su concepto central de ‘cointeligencia’ –ver la IA como una compañera de trabajo, no como una amenaza ni tampoco como una salvadora mesiánica– es bastante persuasivo. Y va poniendo ejemplos concretos de sus clases en Wharton para mostrar cómo la IA puede amplificar las capacidades humanas en lugar de reemplazarlas.

Quizás lo más valioso está en sus ideas sobre cómo la IA ya está transformando la educación y el empleo (quizás en unas latitudes más que en otras). Por ejemplo, en su análisis sobre cómo los estudiantes ya usan ChatGPT y cómo eso obliga a repensar las evaluaciones y los deberes.

También tiene una visión muy clara de cómo las empresas deben adaptarse a este panorama: no prohibiendo la IA, sino encontrando formas de integrarla productivamente.

En la cara B del disco, el libro tiene algunos puntos débiles. Por ejemplo, transmite tangencialmente una cierta premura, como si hubiese sido escrito con prisa para aprovechar el timing. Algunas secciones, sobre todo las que apuntan a predicciones para el futuro, directamente podrían haber sido mejor desarrolladas.

Lo que encuentro más problemático es la excesiva dependencia de ejemplos del ámbito académico. Su experiencia como profesor es valiosa y sustenta al libro, pero sus casos de estudio se centran demasiado en profesorado universitario… y en estudiantes de élite.

Esto limita bastante la aplicabilidad de las conclusiones para sectores distintos al académico. Y ahí eché de menos un análisis algo más diverso de casos de uso en pymes u otros sectores laborales. Hubiese fortalecido mucho su argumento sobre la adaptabilidad universal de la IA.

Pese a esos asteriscos, ‘Cointeligencia’ es un buen aporte a la literatura de los primeros años de la IA generativa. Un buen marco para pensar sobre la IA que no cae en el miedo pero tampoco se deja arrollar por el tren del hype.

Es un libro que carece de todas las respuestas, pero es que no es lo que pretende. Más bien nos acerca a hacernos las preguntas correctas. Ya es mucho.

Para cualquiera que busque entender qué posición tomar en este auge de la IA generativa, esta me parece una buena lectura. No es un libro perfecto, pero al menos propone una perspectiva serena y un análisis matizado. Seguramente es lo que más necesitamos a estas alturas de la película.

Cointeligencia: Vivir y trabajar con la IA

En Xataka | Creía que debía leer siempre libros nuevos, hasta que la relectura me mostró lo que me estaba perdiendo

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