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A lo largo del siglo XX, EEUU "perdió" hasta seis aviones cargados con armas nucleares. A día de hoy siguen sin aparecer

Hace unos años contamos una historia que, de no ser porque era completamente cierta, podría pasar por el guion de una comedia negra. Resulta que Estados Unidos perdió al menos tres bombas nucleares durante la Guerra Fría. El Plot Twist era que jamás las habían localizado. La historia, en realidad, es mucho peor. La nación se ha dejado por el camino, que se sepa, hasta seis “bombas” nucleares, y que se sepa también, siguen en el mismo sitio donde alguna vez se perdieron.

Seis veces, que se sepa. Las cifras son incluso más altas si observamos el marco con más amplitud. A lo largo de la historia, el ejército de Estados Unidos ha sido responsable de al menos 32 incidentes documentados de accidentes con armas nucleares, conocidos en la jerga militar como Broken Arrow. Estos eventos pueden implicar el lanzamiento o detonación accidental, robo o incluso la pérdida de una bomba nuclear.

Nosotros vamos a detallar este último caso por una sencilla razón: si se han perdido y no se han detonado, pueden ser un peligro en alguna parte. Estos son seis de los casos más impactantes en los que una bomba nuclear desapareció sin dejar rastro.

El incidente del B-36. La historia tiene lugar sobre el Pacífico el 13 de febrero de 1950. En el contexto de una simulación de ataque nuclear contra la Unión Soviética, un bombardero B-36 con destino a Texas desde Alaska comenzó a experimentar fallos en los motores en pleno vuelo.

Dado que un aterrizaje seguro era imposible, la tripulación se vio obligada a deshacerse de parte de la “carga”, incluyendo en la ecuación su bomba nuclear Mark 4 sobre alguna parte del Océano Pacífico. Según el ejército, la bomba no contenía plutonio en su núcleo, por lo que no podía generar una explosión nuclear al uso, aunque sí tenía uranio y TNT. Ni la bomba ni sus componentes fueron recuperados jamás.

El misterioso caso del B-47. Los hechos se dan sobre el Mediterráneo el 10 de marzo de 1956. Un bombardero B-47 Stratojet despegó de la Base de la Fuerza Aérea MacDill en Florida en dirección a Marruecos, transportando dos cápsulas nucleares. ¿Qué ocurrió? Que durante su trayecto, el avión debía repostar en vuelo sobre el Mar Mediterráneo, pero nunca llegó al punto de encuentro. La aeronave desapareció sin dejar rastro alguno, y hasta la fecha no se ha encontrado ninguna evidencia de su paradero ni, por supuesto, de la carga nuclear que transportaba.

Una bomba perdida en el río Savannah. El tercer acontecimiento se dio el 5 de febrero de 1958. Durante una misión de combate simulada, un bombardero B-47 chocó accidentalmente con un caza F-86, dañándose gravemente.

¿Qué pasó? Ante la imposibilidad de aterrizar con seguridad, la tripulación decidió lo que estás imaginando: lanzar la bomba Mark 15 de 3.400 kilogramos en la desembocadura del río Savannah, cerca de la ciudad de Savannah, Georgia. Aunque la aeronave logró aterrizar sin incidentes, la bomba nunca fue recuperada y sigue desaparecida hasta el día de hoy.

La catástrofe de Goldsboro. La historia ahora nos lleva a Carolina del Norte el 24 de enero de 1961. Un bombardero B-52 que realizaba una misión de alerta sufrió un fallo estructural en pleno vuelo y se partió en el aire.

Otra vez, a bordo llevaba dos bombas nucleares. Una de ellas activó su paracaídas de emergencia y aterrizó sin detonar, sin embargo, la otra se estrelló contra el suelo. Aunque el gobierno aseguró haber recuperado la mayor parte de la bomba estrellada, lo cierto es que todavía se cree que partes de ella permanecen enterradas en una zona de cultivo cercana a la ciudad. En 2012, Carolina del Norte erigió un letrero conmemorativo en el sitio del accidente.

Desaparición en el Pacífico. Ocurrió el 5 de diciembre de 1965. Un avión de combate A-4E Skyhawk, equipado con una bomba nuclear, cayó al mar desde el portaaviones USS Ticonderoga mientras operaba en el Mar de Filipinas, cerca de Japón. La aeronave, el piloto y el arma nunca fueron encontrados. A este respecto, en 1989 Estados Unidos admitió que la bomba se encontraba aún en el fondo del mar, a unos 128 kilómetros de una pequeña isla japonesa, lo que generó indignación entre el gobierno nipón y grupos ambientalistas.

Información clasificada. El último de los eventos es el más difuso de todos y ocurrió en la primavera de 1968, cuando Estados Unidos perdió un arma nuclear cuyo alcance (y carga) nunca se ha especificado.

Aunque el Pentágono nunca ha revelado detalles, se especula que podría estar relacionado con el submarino nuclear USS Scorpion, el mismo que desapareció en mayo de ese año en el Atlántico junto con una tripulación de 99 personas. La conexión entre la desaparición del Scorpion y una posible pérdida de armamento nuclear sigue siendo objeto de conjeturas.

Dicho esto, este y el resto de incidentes destacan los peligros asociados con la gestión de armas nucleares. Si se quiere también, dejan en evidencia que, a lo largo de la Guerra Fría y más allá, Estados Unidos ha enfrentado situaciones en las que bombas de destrucción masiva se han perdido sin ser recuperadas.

Imagen | Kelly Michals

En Xataka | Estados Unidos perdió al menos tres bombas nucleares durante la Guerra Fría. Y nunca han sido localizadas

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