Ferrari va a ampliar su lista negra prohibiendo los "tuneos" y otras extravagancias: no es por el mal gusto, solo son negocios
Ferrari lleva décadas destacando como sinónimo de lujo y exclusividad. El fabricante de «Il Cavillino Rampante» impone a sus clientes un estricto decálogo de normas de conducta y uso de sus coches, bajo la amenaza de introducir su nombre en una lista negra que les convertirá en clientes ‘non gratos’. Estar en esa lista impide que, por mucho dinero que tengas, puedas comprar un coche su marca, algo muy habitual en la industria del lujo.
Según informaba el británico The Telegraph, Ferrari estaría estudiando tomar medidas más enérgicas contra aquellos clientes que quieran modificar la apariencia de sus superdeportivos con personalizaciones extravagantes. El motivo que argumentan desde Maranello, su intención es proteger el legado de la marca de aquellas modificaciones que restan valor la marca.
«Hemos estado pensando internamente en definir de antemano las combinaciones (de colores). Tenemos que prestar atención porque tenemos que defender los valores y la identidad de la marca. No haremos un coche extraño, seguro», explicaba Benedetto Vigna, CEO de Ferrari a The Telegraph.
El equilibrio entre personalización y legado
La marca italiana tiene una política muy estricta en cuanto a su imagen de marca. Por ejemplo, en 2014, la marca envió una orden de cese y desistimiento al DJ Deadmau5, que había decorado su Ferrari 458 Italia con un vinilo de Nyan Cat para crear el Purrari 458. Si no revertía esa personalización la marca le impediría volver a comprar otro Ferrari.
El diseñador Philipp Plein también recibió una llamada de Ferrari tras publicar en sus perfiles de redes sociales la foto de unas zapatillas deportivas diseñadas por él sobre el techo de su Ferrari 812 Superfast verde. Además de obligarle a retirar las fotos, la marca le demandó.
Ferrari se encuentra en una encrucijada en la que se ve obligada a elegir entre proteger el legado que, como marca de supercoches de lujo, debe transmitir a su futuro, y el lucrativo negocio en el que se ha convertido la personalización de los coches de lujo. Es cierto que Ferrari siempre se ha mantenido en un conflicto entre tradición y modernidad, pero las cifras que mueve la personalización exclusiva de sus coches son de infarto.
Según los datos oficiales, Ferrari obtuvo un beneficio de 1.525 millones de euros en 2024. Unos 1.300 millones de euros de esos beneficios se facturaron de unidades que habían pasado por el Atelier de Ferrari, división que la marca ha creado para dar respuesta a las peticiones exclusivas de sus clientes.
Por lo tanto, imponer medidas más estrictas a la personalización «postventa» fuera del control de la marca no solo buscaría el objetivo de preservar el prestigio de la marca, sino que también busca monopolizar la ejecución y facturación de esas personalizaciones, algo que marcas como Lamborghini también están haciendo.
Coches de ida y vuelta
Por otro lado, el interés de Ferrari por mantener su identidad de marca también está orientado hacia el mercado de segunda mano, donde Ferrari es el comprador prioritario por contrato.
Cuando alguien compra un Ferrari en un concesionario debe firmar un Acuerdo de Oportunidad. Ese contrato obliga al cliente a avisar a la marca cuando quiera vender su coche y Ferrari tendrá prioridad para comprarlo. Si intenta venderlo a un tercero sin avisar a la marca, se enfrentará a un proceso judicial ya a importantes sanciones económicas.
Teniendo en cuenta esa prioridad, marca quiere asegurarse que sus coches se vendan rápido y no pierdan valor en el proceso. Por lo tanto, una de las medidas que ha preparado es reducir el número de colores disponibles para hacerlos más atemporales.
El CEO de Ferrari aseguró que hace décadas casi todos los coches que salían de la factoría de Maranello lucían su icónico color Rosso Corsa. Hoy, apenas el 40% de los nuevos Ferrari lo llevan. «Hay lugares en el mundo en los que les gusta tener un menú fijo. Hay otros lugares en los que prefieren la carta y la libertad de elegir lo que quieren. Pero hay algunas combinaciones que no son del agrado del segundo comprador potencial», aseguraba Benedetto Vigna.
El director de vehículos usados de Ferrari, Andrea Scioletti, aseguró a Drive que más del 90% de los Ferrari que han salido de la fábrica de Maranello todavía están en circulación, por lo que cualquier personalización que no se alinee con la visión del fabricante italiano dejará una cicatriz duradera.
Imagen | Ferrari