Hacia dónde no están yendo los móviles: pensábamos que innovar era el camino pero estábamos muy equivocados
Hace poco reflexionaba sobre el futuro iPhone 17 Air. Algo esconde este teléfono que no entiendo, ya que intentar vender un iPhone sencillamente más delgado como la principal novedad de 2025 no termina de cuadrar. Como tampoco me cuadra el Galaxy S25 Edge, un futuro S25 ultradelgado que, según las fotos, tendrá un hardware incluso inferior al de sus hermanos.
La cuestión es que, hace unos años, imaginábamos que los móviles no tendrían puertos y serían muy futuristas. Nada de esto ha pasado. Tenemos lo mismo que en esos años que soñábamos, pero con menos biseles y mejor hardware. Aún no tengo claro hacia dónde irán los móviles en los próximos años, pero sí que tengo bastante claro hacia dónde no irán.
Eliminación de puertos y botones. Si algo nos está dejando claro la industria es que ese futuro iPhone «sin botones ni puertos» (hablábamos de él en 2018, agüita) no puede estar más lejos de la realidad. De hecho, 2024 fue el año que nos demostró que amamos los botones, moviéndose la industria para sumar un Control de Cámara que no funciona bien en ningún teléfono, pero que aporta ese botón extra.
Algo similar sucede con los puertos. Llevamos años soñando con un teléfono sin puertos, y no podemos estar más lejos de esta realidad. Un móvil sin puertos no es tan fácil de introducir al público. De hecho, Xiaomi ya lo intentó con el MIX Alpha, un móvil conceptual que se presentó en 2021 y del que no volvimos a saber nada.
Su sistema de carga rápida sería un caos (ya lo es con los cables C, distintos cargadores C, protocolos de carga rápida propietarios, etc.), la conexión al coche solo sería posible en casos de contar con Android Auto/CarPlay inalámbrico, y la industria de las PowerBanks tendría que migrar por completo hacia cargadores de tipo MagSafe.
Biometría a lo Face ID. Hubo un tiempo en el que los fabricantes se obsesionaron con la biometría. De hecho, Samsung fue la primera compañía en introducir la lectura de iris en un teléfono. Años más tarde, tenemos al 90% de los teléfonos haciéndote una foto en 2D con la cámara y usando dicha foto como sistema de biometría.
Google también lo intentó, durante solo un año, con el lector facial del Pixel 4 XL. Tardó una sola generación en dar marcha atrás, olvidarse de la biometría facial durante un tiempo, y recuperarla años después con cámara 2D.
El resto, se lo dejamos a Apple y Honor, las únicas compañías que apuestan por reconocimiento facial 3D completo y mucho más seguro. Implementar estos sistemas requiere cámaras extra y sensores ToF. No son tecnologías especialmente caras, pero tiene importantes compromisos de cara al diseño del terminal.
Pantallas innovadoras no, gracias. Hace unos años, los móviles con pantalla 3D querían plantearse como el futuro. De hecho, hay fabricantes como Nubia que lo siguen intentando en tablets como la Nubia Pad 3D.
Más allá de experimentos de este tipo el mercado ha dejado algo claro: quiere pantallas «normales» sin esta tecnología. Algo similar sucede con los móviles plegables. Aunque los veamos como algo nuevo, llevan en el mercado desde 2019, y ninguna marca está logrando que sean mainstream.
También se hablaba de que, poco a poco, esta tecnología se iría abaratando. La realidad es que no y que, a igualdad de precio frente a teléfonos tradicionales, los usuarios siguen prefiriendo los segundos.
Aquí tienes una lista extensa y detallada de tendencias tecnológicas que se anticiparon como «el futuro de los teléfonos móviles» pero que, hasta 2025, no han logrado consolidarse o han quedado en el olvido, basada en análisis de expertos y casos documentados.
Sorpresas en diseño, tampoco. Solemos quejarnos de que los fabricantes repiten diseño y no innovan. La realidad es que, cada vez que hay un proyecto rompedor en diseño, fracasa. LG era la que más se aventuraba hace unos años, con un LG G5 modular que no logró despegar en ventas. Tampoco lo logró el LG Wing, con su pantalla giratoria.
Fracasó también ARA, el proyecto de Google para crear un móvil modular que ni siquiera llegó a ver la luz. Lo de Google matando cosas no es algo nuevo, pero ya en 2016 parecían tener claro que un móvil tiene que parecer un móvil si quiere vender.
En definitiva, por más que nos pese (y aburra), el futuro cercano de los teléfono seguirá pasando por mejoras en hardware, integración cada vez más profunda de la IA y poquitas sorpresas. Al menos, hasta que alguien logre dar un puñetazo sobre la mesa para derribar los pilares que llevan años sosteniendo a esta industria.
Imagen | Xiaomi
En Xataka | Los teléfonos móviles llevan un lustro estancados en lo que a innovar se refiere. Hay una explicación