Semana Santa "made in Pakistán": cada vez hay más cofradías comprando mantos, tallas y orfebrería en el sudeste asiático
A principios de año, un grupo de fieles regaló un manto de terciopelo azul bordado en oro a la Virgen de los Ángeles de Morón de la Frontera. La idea del grupo era que la imagen la usara durante sus salidas procesionales y la Hermandad del Soberano Poder de la localidad lo recibió de buena gana.
Luego estalló la polémica: el manto lo habían hecho en un taller de Bangladés.
¿Arte sacro en Bangladés? Esta misma semana, las asociaciones de arte sacro de Andalucía han lanzado un comunicado en el que alertan de la proliferación de enseres cofrades «realizados por talleres situados en países extranjeros como Pakistán o Bangladesh que no solo tienen baja calidad sino que son fruto del plagio del trabajo que estos artesanos».
Hay dos grandes motivos para ello. El primero (y esto no va a sorprender a nadie) es el dinero: según se calculaba en ese momento, el manto de la Virgen de los Ángeles hubiera costado tres veces más si se hubiera hecho en un taller español.
Como explican las asociaciones, desde hace años el mundo cofrade está sufriendo «bombardeo incesante [de publicidad de] supuestas empresas que se comprometen a realizar piezas cofradieras, en particular bordados en oro al estivo sevillano, además de cordonerías, hilaturas y galonerías». Habitualmente, usando «fotografías de piezas que hemos creado nosotros» con el objetivo de intentar confundir al cliente.
Además prometen hacerlo rápido. Porque ese es el segundo motivo: el tiempo. Según parece, de los tres años de media que se tarda en realizar un manto aquí se pasa a unos pocos meses.
Un problema va más allá del bordado… Según los artesanos andaluces, el problema también «afecta a otras disciplinas como la talla en madera, el dorado o la orfebrería». Y, por descontado, está a la orden del día en productos de menos interés artístico como túnicas, capas, cíngulos y otros enseres.
La presión es enorme.
…y que está dejando de ser un tabú. Lo que ha empezado a cambiar en los últimos años es que las cofradías están dejando de esconderse. El ejemplo más claro es la Hermandad de la Clemencia de Jerez de la Frontera. La cofradía encargó el diseño del manto de la Virgen de la Salud y la Esperanza a un diseñador sevillano (Carmelo Argumedo), pero la pieza se realizó en Pakistán.
Además, la Hermandad no se escondió, siguió los avances por videoconferencia y ha provocado un efecto llamada entre otras cofradías de la comunidad.
¿Qué está pasando con la Semana Santa? No deja de ser curioso que, como señalaba José Luis Losa en El Confidencial, el año pasado el Ministerio de Cultura otorgó una de las Medallas de Bellas Artes a la Asociación Gremial de Arte Sacro de Sevilla por una «historia de más de seis siglos en los que todos los oficios relacionados con el arte sacro se han mantenido de manera ininterrumpida, engrandeciendo el patrimonio artístico».
Y es normal. La Semana Santa no para de crecer tanto en peso social como en peso económico y político: es lógico que sufra las mismas presiones que el resto de fenómenos sociales del mundo. La gran pegunta es hacia dónde nos lleva eso y, según parece, la primera estación es en el sudeste asiático.
Imagen | Alfredo José Ortiz Garcia | Hamid Roshaan
En Xataka | Andalucía está muy orgullosa de su Semana Santa. Tanto que quiere empezar a impartirla en los colegios