Si nos parecía que el tiempo se estaba volviendo loco, ahora tenemos un fenómeno nuevo: "La Niña fantasma"
Nos hemos pasado meses esperando la llegada de La Niña. Países, agencias y universidades han dedicado horas y horas a tratar de averiguar cómo prepararse para lo que venía y la verdad es que no había que prepararse demasiado: la Niña está siendo muy débil y moderada.
Buena muestra de ello es que, pese a ser el gran refrigerador del mundo, enero ha sido el enero más cálido del registro.
¿Tan raro es? No es inaudito, desde luego; pero no es algo normal. De hecho, la NOAA «ha manifestado su sorpresa al ver un fuerte componente atmosférico de La Niña sin la correspondiente temperatura superficial más fría que el promedio del Pacífico tropical».
Podríamos decir que el fenómeno lleva semanas jugando con nosotros. Es como si estuviera, pero sin estar del todo.
¿Qué va a pasar con La Niña? Como explica Martín León, «el promedio del modelo dinámico del IRI y varios modelos del Conjunto Multi-Modelo de América del Norte predicen una transición más temprana a ENSO-neutral en enero-marzo de 2025». A priori, el escaneio más probable es este, pero «existe un 41% de probabilidad de que ENSO-neutral emerja en esta temporada».
Esto hace que, en términos agregados, se prevé que «las condiciones de La Niña persistan en el corto plazo, con una probable transición a ENSO-neutral durante marzo-mayo de 2025 (66% de probabilidad)».
¿Y después? La comunidad climática internacional está nerviosa porque no hay que olvidar que El Niño de 2023-2024 fue el quinto más fuerte desde que tenemos registros y el hecho de que La Niña sea tan suave plantea muchas dudas: ¿será que el ENSO está moviéndose hacia una estructura mucho más cálida de lo que nos tiene acostumbrados?
No está claro y es más que un temor que una predicción. Pero está claro que lo que son buenas noticias (pocos impactos debido a una Niña débil) se está convirtiendo en una fuente de incertidumbre. Nadie sabe si acabaremos el año inmersos en otro El Niño, pero la posibilidad está encima de la mesa.
Imagen | NOAA