Los países del Golfo Pérsico tienen un plan B para seguir influyendo más allá del petróleo: los minerales críticos
Por si el sector de la energía solar se les quedaba pequeño, el Golfo Pérsico quiere seguir expandiendo su imperio y ahora apunta hacia la extracción y el comercio de metales.
Ampliando sectores. Las empresas situadas entre Omán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí han creado unidades especializadas en la comercialización de metales. Por un lado, International Resources Holding (IRH) en Abu Dhabi y Minerals Development Oman (MDO) han puesto el foco en el control de energía y metales. Por otro lado, el país saudí, a través de Ma’aden y el Fondo de Inversión Pública (PIF), ha impulsado su sector minero con nuevas estrategias comerciales hacia los minerales críticos.
La mirada en los metales. El comercio global de materias primas ha cambiado en los últimos años, desplazando los centros tradicionales como Londres y Ginebra hacia Medio Oriente, especialmente Dubái. Grandes traders de petróleo, como Vitol, Mercuria y Gunvor han expandido su negocio de metales, y los estados del Golfo buscan posicionarse en este mercado. Con un mayor control sobre la comercialización, estos países pueden asegurar mejores precios por sus recursos y fortalecer su presencia en la cadena de suministro global.
La estrategia de expansión. Para consolidar su presencia en el sector, empresas como International Resources Holding (IRH) y Minerals Development Oman (MDO) han creado equipos comerciales especializados. IRH, con sede en Abu Dhabi, ha contratado a 60 personas para manejar el comercio de energía y metales, mientras que MDO está en proceso de establecer una unidad de 25 personas. Paralelamente, el fondo minero saudí Manara planea formar su propio equipo comercial para asegurar el suministro de minerales críticos.
Además de reforzar sus capacidades comerciales, estos países han realizado inversiones clave en la minería. IRH ha adquirido una participación del 51% en la mina de cobre Mopani en Zambia, y Abu Dhabi, a través de ADQ, ha firmado una empresa conjunta de 1.200 millones de dólares con Orion Resources. Omán, por su parte, ha reactivado la extracción de cobre en su mina Lasail y busca organizar mejor el mercado de yeso y cromita para maximizar ingresos.
Hacia otros mercados en auge. El Golfo Pérsico está explorando otras áreas tales como las energías renovables, la Inteligencia Artificial y la energía nuclear. Países como Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí están impulsando proyectos solares masivos y el desarrollo del hidrógeno verde, con la expectativa de que más del 30% de su capacidad energética provenga de fuentes renovables en los próximos cinco años.
Arabia Saudí también ha visto una oportunidad en el resurgimiento de la energía nuclear y busca liderar el sector del uranio, asegurando su papel en el suministro global. Paralelamente, el país ha sellado acuerdos estratégicos en IA, con proyectos como NEOM que buscan posicionarlo como un actor clave en la revolución tecnológica.
Ambición global. La apuesta del Golfo por el comercio de metales es solo una pieza más en su estrategia para convertirse en un actor clave en la economía global. Con el auge de la transición energética y la reconfiguración del comercio internacional, la región busca no solo diversificar sus ingresos, sino también consolidar su influencia en sectores estratégicos. El petróleo les dio el poder; esta nueva diversificación es su seguro para seguir así durante décadas.
Imagen | Unsplash y Corey Poppe