Steve Ballmer se ha convertido en milmillonario sin fundar una sola empresa: algunos de sus consejos para conseguirlo
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Como principal responsable de ventas, Steve Ballmer fue una pieza clave para construir los cimientos de lo que es la actual Microsoft. Su energía y carisma cautivaron a Bill Gates cuando ambos coincidieron en los pasillos de la residencia de Harvard. Unos años más tarde, Bill Gates lo reclamaría a su lado para convertir a Microsoft en una de las tecnológicas más prósperas de las siguientes cuatro décadas.
Si bien es cierto que su época como CEO de Microsoft no puede considerarse de las más brillantes de la compañía en cuanto a producto, sí lo fue en cuanto al desarrollo de la empresa. Como publicaba Fortune, Ballmer triplicó los ingresos anuales de Microsoft, y preparó el terreno para que Satya Nadella catapultara la compañía hasta el lugar que ocupa hoy, con una capitalización de 3,2 billones de dólares.
Sin embargo, a diferencia de Bill Gates, Steve Ballmer forma parte de ese exclusivo club de directivos de empresa que se han hecho milmillonarios sin fundar la empresa que les ha convertido en millonario. Según la lista de millonarios de Forbes, la fortuna de Ballmer asciende a 121.400 millones de dólares, superando a su mentor y amigo Bill Gates con 108.800 millones de dólares. Estas son las cinco claves de Steve Ballmer que le han llevado a alcanzar el éxito en los negocios.
Hay que ver el terreno de juego
Steve Ballmer es propietario del equipo de la NBA Los Ángeles Clippers, pero ya desde su época universitaria ha estado muy vinculado a la gestión de equipos, tal y como recordaba Bill Gates en su recién publicado libro ‘Código Fuente: mis inicios‘, en el que señalaba que Ballmer dirigía el club de fútbol de la universidad.
«Si el CEO no ve el campo de juego, nadie más podrá hacerlo. El equipo puede necesitar verlo también, pero el CEO realmente necesita poder ver todo el espacio competitivo», explicaba Steve Ballmer a Fortune en una entrevista de 2013.
Ballmer dejó escapar el tren de la telefonía móvil, pero se centró en el escalado de su modelo de computación en la nube adelantándose a lo que realmente iba marcar la diferencia una década más tarde. Siguiendo el paralelismo deportivo con la mítica frase de Wayne Gretzky: «yo patino hacia donde el estará el disco, no hacia donde ya ha estado».
Rodéate del mejor talento
Mientras estuvo al frente de Microsoft, Ballmer se rodeó de algunos de los mejores talentos de Silicon Valley, como Steven Sinofsky, que estuvo al frente de Windows, o J. Allard, uno de los responsables de que el proyecto Xbox no se quedara olvidado en un cajón.»Somos mejores cuando contamos con personas muy talentosas con las que también trabajamos juntos», aseguraba el millonario a Fortune en 2013.
En una entrevista con The Wall Street Journal en 2009, Ballmer aseguraba que «para ser dinámicas», las empresas deberían promover a los trabajadores internos «el 70% u 80% del tiempo» y a alguien realmente comprometido con el proyecto.
El directivo aseguraba que, uno de sus momentos preferidos durante el proceso de contratación era cuando pedía a los candidatos «‘Cuéntame algo de lo que estés orgulloso’. Podía ver la pasión en sus ojos», aseguraba Ballmer.
Replanteárselo todo y cambiar de opinión
Algo que Steve Ballmer aprendió es que, en tecnología, todo cambia muy rápidamente y es necesario replantearse constantemente el terreno por el que se pisa para no quedarse suspendido en el vacío. Es algo que también aprendió Steve Jobs, replanteárselo todo y cambiar de opinión cuando la evidencia no deja lugar a dudas.
«Hubo un tiempo en que la gente decía que todo el dinero estaba en el software; abandonen el hardware», dijo en 2013 en referencia a sus dos principales rivales Apple y Samsung. «Entonces alguien dirá: ‘Oh, lo más importante es la publicidad'», aludiendo al modelo de Google. «Lo único cierto es que el campo de juego está cambiando constantemente», sentenciaba Ballmer.
Por lo tanto, lo importante es saber adaptarse a los cambios, y no permanecer estático. Algo que le salió muy caro a empresas de referencia Kodak como Nokia, o Blackberry.
Actuar a corto plazo, planificar a largo plazo
Una de las máximas preocupaciones de Bill Gates al frente de Microsoft era cometer un error y no poder pagar las nóminas de sus empleados. Así lo contó en una entrevistaen 2017 con Ellen DeGeneres. «Siempre estuve preocupado porque las personas que trabajaban para mí eran mayores que yo y tenían hijos, y siempre pensaba: ¿Qué pasa si no nos pagan? ¿Podré hacer frente a la nómina?».
Gates contagió esa obsesión a su amigo Ballmer, así como su estrategia para evitar que ese miedo condicionara sus decisiones. La solución era tener una visión optimista a largo plazo, pero una actitud más pesimista en lo inmediato.
«Hacer bien las cosas importantes que generan todo el dinero requiere un periodo de tiempo muy largo. Ejecutar de una manera que te permita hacerlo es un ciclo corto», aseguró Ballmer. Desde luego, es algo que ha puesto en práctica en su actual negocio principal, transformando un equipo que iba de capa caída hasta convertirlo en uno de los más rentables, al tiempo que no deja de proyectarse al futuro con un estadio totalmente nuevo.
Conoce tus debilidades y aprende a superarlas
«Obviamente entiendo mejor los temas de negocios que los de tecnología. He crecido, y cuando creces, dices: ‘Vaya, no era consciente de cuánto no sabía'», aseguraba Ballmer en 2013.
En ese aspecto, Ballmer coincidía con el decálogo de conocimientos para conseguir el éxito profesional que Sam Altman publicó en su blog personal. Construirse a uno mismo y buscar el crecimiento personal hace que se transite por nuevos caminos que abren nuevas oportunidades.
Imagen | Flickr (Microsoft Sweden)