Ya sabemos cómo de grande será el agujero que dejará Ryanair en las ciudades pequeñas de España: 640.000 plazas
Se marchará de Jerez y Valladolid. Y reducirá drásticamente sus operaciones en Vigo. También ofrecerá menos vuelos en los aeropuertos de Santiago de Compostela, Zaragoza, Asturias y Santander. Esa es la decisión que ha tomado Ryanair como respuesta a unas tasas de AENA que considera excesivas y la falta de incentivos para mantener las aerolíneas.
En total, se calcula que se perderán 643.000 asientos con la salida de la compañía low-cost de estos aeropuertos o la reducción de su actividad a partir de este verano. Los números de la compañía apuntan a una reducción en la oferta de 800.000 plazas pero una pequeña parte de estos asientos serán compensados con la llegada de otras aerolíneas o el aumento de su actividad.
Incentivos y tasas en el centro del conflicto
Con la salida de Ryanair también se confirma que son los aeropuertos de menor envergadura los que más sufrirán a partir de verano. Valladolid es, sin duda, la ciudad que en términos relativos más pasajeros pierde. Este verano, contará con 96.000 asientos menos. Pasará de los 154.000 asientos ofertados en 2024 a apenas 60.000 plazas, lo que supone una reducción del 61%.
Sin embargo, en términos absolutos, el aeropuerto de Santiago de Compostela es el que más pasajeros perderá de toda España. El próximo verano contará con 334.000 plazas menos, lo que es una reducción del 11,4% respecto a la programación del año pasado. Un golpe para una ciudad que tiene en el verano una oleada de turismo llegada del Camino de Santiago.
Entre los aeropuertos más afectados, Zaragoza es otro de los lugares donde más se notará su salida, perdiendo 113.000 asientos que representan el 18,5% de las operaciones. Santander, con 88.000 plazas perdidas, perderá un 10% de su volumen de pasajeros respecto al año pasado. Jerez se quedará en el 7%, con 52.400 plazas ofrecidas menos.
Otros aeropuertos, sin embargo, consiguen sostener el palo que supone la salida de la compañía irlandesa. Vigo, donde Ryanair anunció una reducción del 61% de sus operaciones, crecerá y ofrecerá este verano 64.700 asientos más que en 2024, un 8,8% superior al año pasado. Asturias no correrá tanta suerte pero sí amortigua el impacto con una reducción en el volumen de viajeros que apenas se refleja en una disminución del 1,8% (27.000 plazas menos).
En términos generales, AENA perderá 643.000 plazas ofrecidas con la salida de Ryanair de algunos de sus aeropuertos y el descenso de sus operaciones. Una salida que se produce después de que la compañía señalara las tarifas de AENA como abusivas y los incentivos para operar en los aeropuertos pequeños de insuficientes. Por su parte, en AENA han visto este movimiento como un chantaje, según recoge Cinco Días.
Aunque en los últimos días la compañía irlandesa ha generado todavía más ruido con una agresiva campaña publicitaria en la que llama «payaso» a Pablo Bustinduy, ministro de Consumo, utilizando la multa por cobrar el equipaje en la cabina como reclamo, fueron las tasas de operación en AENA y la falta de incentivos en aeropuertos pequeños los que motivaron la salida de estas plazas.
Las tasas que cobra AENA están pensadas para garantizar el buen funcionamiento de un aeropuerto, es el precio a pagar por una compañía para que se le preste el servicio de seguridad o limpieza, entre otros. De media, las compañías pagan en España 10,35 euros por pasajero pero en los aeropuertos más pequeños apenas llegan a los dos o tres euros porque se aplican algunos incentivos para operar en estas líneas.
Por ejemplo, se reembolsa el 100% de la tasa de viajeros de movilidad reducida o el 100% de la tasa de seguridad, para hacer más atractivas estos espacios lejos de las grandes ciudades. Decisiones que no son suficientes para Ryanair quienes piden «una reducción sustancial» de las mismas o que, incluso, «si hay un aeropuerto regional con 500.000 pasajeros, que se nos dé un descuento a todas las aerolíneas del 50% sobre el tráfico existente y la gratuidad para los siguientes 50.000 pasajeros», en palabras de Eddie Wilson, consejero delegado de Ryanair, durante una entrevista con Cinco Días.
De lo que no se hace eco Wilson en esa entrevista es de los alicientes económicos de las aerolíneas de bajo coste que prestan servicios en estos aeropuertos y reciben subvenciones de las instituciones en forma de publicidad para mantener sus vuelos. Son contratos que, con su salida, la compañía aérea está incumpliendo y que permitía, por ejemplo, que en Vigo se mantuviera una línea fluida con el aeropuerto de Londres.
Foto | Marty Sakin
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