Primero fue un cable submarino cortado. 24 horas después Taiwán se ha encontrado un ejército de China frente a la isla

24 horas después de que las autoridades de Taiwán hayan detenido un barco tripulado por ciudadanos chinos bajo la sospecha de haber cortado un nuevo cable submarino de comunicaciones, la isla se ha encontrado con una escena sorprendente frente a sus costas: China ha desplegado un ejército e iniciado ejercicios de fuego real.
La tensión se intensifica. Tal y como ha explicado el gobierno de la isla, China llevó a cabo ejercicios de “entrenamiento de tiro” en las aguas cercanas a la costa suroeste de Taiwán, en una maniobra que Taipei ha calificado como «provocadora y peligrosa». Los ejercicios parecen enmarcarse en una serie de maniobras militares chinas que, al menos en los últimos tres años, han incluido simulacros de guerra a gran escala.
El Ministerio de Defensa taiwanés informó que, poco antes de las 9 a. m., detectó 32 aviones militares chinos realizando un ejercicio conjunto de preparación para el combate junto con 14 buques de guerra en el Estrecho de Taiwán. La operación se llevó a cabo sin previo aviso y en un área a solo 74 kilómetros de la costa, lo que representa una violación de las normas internacionales y un peligro para la seguridad de la navegación y los vuelos comerciales en la región.
La respuesta de Taiwán. El gobierno taiwanés condenó las maniobras y desplegó sus propias fuerzas para vigilar la situación. Las ciudades de Kaohsiung y Pingtung, situadas en el suroeste de Taiwán, albergan importantes bases navales y aéreas, además del puerto más grande de la isla, un nodo clave en el comercio marítimo internacional. Según Taipei, la reciente actividad militar china, incluida la realizada frente a las costas de Australia, demuestra que China es la mayor amenaza para la estabilidad del Estrecho de Taiwán y la región del Indo-Pacífico.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China evitó hacer comentarios directos sobre las quejas de Taiwán y se limitó a afirmar que las maniobras formaban parte de un entrenamiento de tiro programado.
China refuerza su discurso de reunificación. Mientras las fuerzas armadas chinas realizaban estos ejercicios, Wang Huning, el cuarto líder en la jerarquía del Partido Comunista, reiteró la postura oficial de Beijing sobre la “reunificación” con Taiwán. Durante una reunión sobre asuntos relacionados con la isla, Wang subrayó la necesidad de que China «mantenga la iniciativa y el control sobre las relaciones a través del Estrecho de Taiwán» y «avance sin vacilaciones en la causa de la reunificación de la patria».
¿Qué dijo el vecino? El gobierno de Taiwán respondió rechazando las afirmaciones de soberanía de Beijing y reafirmó que solo el pueblo taiwanés puede decidir su futuro. A todo esto hay que recordar que el presidente Lai Ching-te, a quien China considera un «separatista», ha reiterado su compromiso con la defensa de la democracia taiwanesa.
Un día después del corte de cable. Lo contamos ayer. Las fricciones entre Taiwán y China no se han limitado al ámbito militar. 24 horas antes del “simulacro” chino, ambas partes intercambiaron acusaciones en relación con el daño a un cable submarino de comunicaciones frente a la costa suroeste de Taiwán.
Las autoridades taiwanesas detuvieron a un carguero con tripulación china, el Hong Tai 58, registrado en Togo, bajo sospecha de estar involucrado en el incidente. China, por su parte, acusó a Taiwán de manipular la situación y lanzar acusaciones sin pruebas concluyentes.
No solo eso. Taiwán ha revelado en las últimas horas que el Hong Tai 58 ya formaba parte de una lista de 52 embarcaciones vinculadas a China que las agencias de seguridad de la isla consideran una amenaza potencial para la infraestructura de telecomunicaciones. Echando la vista atrás, es el quinto caso en torno a fallos/cortes/sabotaje de cables submarinos registrado en la región en lo que va del año. Tanto es así, que el gobierno de Taiwán ha establecido un paralelismo con los incidentes similares ocurridos en el Mar Báltico tras la invasión rusa de Ucrania.
Lo que parece claro es que la situación en la zona, lejos de apaciguarse, ha escalado la confrontación en pocos días. China continúa reforzando su presencia militar en la región, mientras Taiwán y sus aliados, particularmente Estados Unidos, observan con preocupación el incremento de estas maniobras y el endurecimiento del discurso de reunificación forzada.
La combinación de presión militar, sabotaje de infraestructuras críticas y esa creciente retórica beligerante por parte de Beijing apunta a una estrategia de intimidación y desgaste, una que eleva el riesgo de un conflicto abierto en el Estrecho de Taiwán.
Imagen | Naval Surface