Montar ocho escapes en un Tourbillon no ha sido la única locura de Bugatti: este paquete opcional cuesta 230.000 euros
El Bugatti Tourbillon no es un coche, es una declaración de poder adquisitivo con forma de superdeportivo híbrido con etiqueta cero. El modelo básico de esta filigrana de Bugatti tiene un precio base de 3,8 millones de euros (sin impuestos), pero los extras pueden inflar la factura final. Un ejemplo: el nuevo paquete «Equipe Pur Sang» cuesta lo mismo que un Porsche 911 GT3 nuevo.
Bugatti justifica este coste adicional con una filosofía clara: sus clientes no solo buscan solo velocidad, buscan exclusividad absoluta. Bugatti aseguró que solo se fabricarán 250 unidades del Tourbillon, por lo que no se sabe cuántas de esas saldrán del concesionario con este equipamiento «vitaminado».
Eso convertirá a estas joyas de la ingeniería mecánica en piezas de museo muy codiciadas por los coleccionistas que puedan permitirse pagar una factura de casi 4,5 millones de euros ya que la personalización «Equipe Pur Sang» tendría un precio estimado de 230.000 euros.
Ocho tubos de escape y fibra de carbono a la vista
La cuenta @bugattitourbillon.registry ha filtrado las imágenes del paquete «Equipe Pur Sang» montado. Esta personalización transforma visualmente el Tourbillon añadiéndole algunos elementos que potencian el carácter deportivo (por si no lo tuviera suficientemente marcado).
Sin lugar a dudas, su rasgo más llamativo son los ocho tubos de escape cromados que luce su zaga, frente a los cuatro tubos rectangulares en configuración de doble tubo del modelo original. Los cuatro escapes añadidos no mejoran el rendimiento, pero sí el efecto visual, creando una silueta agresiva que domina la parte trasera.
Esta configuración de cuatro tubos a cada lado marca un hito en sí misma ya que es el mayor número de escapes que se han montado nunca en un Bugatti. De ese modo, el Bugatti Tourbillon «Equipe Pur Sang» estaría superando la configuración de seis escapes que lucía el Bugatti La Voiture Noire.
Los detalles de esta personalización no se limitan a la trasera, el frontal se ha modificado rediseñando las entradas de aire, dejando un divisor más aerodinámico.
El impresionante aspecto de esta bestia con etiqueta cero de la DGT, se completa con acabado de fibra de carbono expuesta en la carrocería, pintada en tonos Matt Vermillion (rojo anaranjado) y Matt Red. Detalles como el logo «Equipe Pur Sang» en el paragolpes, alerón y salpicadero subrayan su exclusividad.
La personalización del «Equipe Pur Sang» llega hasta el interior con un nuevo color Aerolithe para la tapicería, que se remata con los logos de la serie limitada bordada en los cabezales de los asientos en los mismos colores Matt Vermillion y Matt Red que luce en la carrocería.
Híbrido V16 con alma eléctrica
Bajo su capó no se conoce modificación alguna, por lo que se espera que se mantenga su propulsor V16 atmosférico de 8.3 litros combinado con tres motores eléctricos, entregando 1.800 CV y 3.000 Nm.
Esta combinación brutal permite acelerar de 0 a 100 km/h en 2 segundos y alcanzar 445 km/h, cifras estratosféricas para un coche de 1.995 kg.
Para contrarrestar su voracidad de combustible, incluye una batería de 24,8 kWh que ofrece hasta 60 km de autonomía eléctrica. Una paradoja técnica: el mismo coche que quema combustible con ocho tubos puede moverse en silencio por la ciudad. Bugatti demuestra que incluso en la era eléctrica, el espectáculo de un motor de combustión sigue vendiendo.
Imagen | Bugatti