Hay gente que nunca sabe cuándo dejar una serie. Alguien ha investigado el momento exacto para hacerlo

Tiene todo el sentido del mundo que discutamos y reflexionemos sin descanso acerca de en qué punto las series se estropean, cómo las series no son eternas y qué métodos podemos encontrar para anticiparnos al tragico momento en el que nuestra serie favorita deja de ser lo que era. Al fin y al cabo, invertimos muchísimo tiempo en ellas: son horas y horas de nuestro tiempo libre, y cuando dejan de gustarnos, seguimos buscando su compañía con la esperanza de que vuelvan a hacerlo. A veces pasa, a veces no.
La newsletter de Daniel Parris Star Significant se dedica a responder este tipo de preguntas usando miles de datos recogidos en bases de datos de lo más variadas. ¿Cuándo dejamos de encontrar nueva música? ¿Qué películas clásicas aguantan mejor el paso del tiempo? ¿Mueren más famosos ahora que antes? Y sobre todo, lo esencial: ¿la gente odia tanto como parece a Coldplay? (en este caso puedo hablar por mí, y no hace falta ninguna estadística).
En esta línea de preguntas trascendentales que se pueden responder con estadísticas (nos asegura un fan de la estadística, pero esa es otra cuestión), está ‘¿Cuántos episodios de una serie tienes que aguantar antes de dejar de verla?‘ Antes de proseguir, convendría aclarar que estos datos parten de la falacia lógica de pensar que una nota en IMDB es la madre del cordero, y una serie (o episodio) que suspende en IMDB es efectivamente mala, cuando hay miles de variantes (review bombings, series de culto a las que la dicotomía bien-mal no sienta bien o, puñetas, que muchas veces la gente está equivocada) que ponen en duda este razonamiento. Pero partamos de ahí.
La nota media como canon
Los cálculos de Parris le llevan, por ejemplo, a calcular la nota media de todos los episodios de una serie. Pone el ejemplo de ‘Friends‘, que tiene una nota media (bastante alta) de 8,34. Podemos decir que ese es el punto intermedio de calidad: un episodio con más nota que ese tendrá una calidad mayor a la mayoría, con menos esa calidad será menor. Hay series cuyos primeros episodios ya están en torno a esta nota media (‘Juego de tronos‘, por ejemplo), en otros casos las series tardan en encontrar esa nota de media. La mencionada ‘Friends’, por ejemplo, no alcanza ese 8,34 hasta el séptimo episodio.
Bien: el cálculo de Parris consiste en coger todas las series de IMDB y comparar la nota de cada episodio con esta nota media, y el resultado es un diferencial. La mayoría de las series, parece ser, tardan seis o siete episodios en alcanzar esa calidad media. Se aprecia con toda claridad en este gráfico

Imagen: Stant Significant
¿Es mucho? ¿Es poco? Bueno, es una cantidad considerable de horas, pero Parris pasa por alto un tema muy complicado de cuantificar: los últimos episodios de una serie son mejores/más interesantes/más emocionantes que los primeros porque… ¡así funcionan las historias! Los primeros episodios sirven siempre para preparar el camino y que luego las cosas tengan interés. El dato que podemos sacar de esto es: no confíes en un estadista para hacer crítica cultural. Pero sigamos. Al fin y al cabo, como Parris dice, la mismísima ‘Seinfeld‘ tardó 16 episodios en encontrar su mojo.
¿Cuánto antes de que me harte?
Pero se puede ir más allá, y ampliar la foto: ¿y si nos vamos a las temporadas? Prácticamente todas las series tienen un momento en el que el interés empieza a decaer, donde han sido alargadas más allá de lo razonable, donde todo lo que se podía contar se ha contado y entramos en arcos argumentales que se repiten, personajes que ya no tienen gracia, pérdida de originalidad, espíritu sacacuartos y otros fenómenos que pueden llegar a cargarse el recuerdo de una serie en su totalidad porque, de nuevo el paradigmático caso de ‘Juego de tronos’ asoma, muchas veces del final es de lo que más se acuerda la gente. Veamos este nuevo cuadro:

Imagen: Stant Significant
De nuevo usando esa nota media como punto base de la calidad de una serie, tenemos que en la mayoría de las series hay un cambio entre la quinta y la sexta temporada. A partir de ahí no hay marcha atrás. Por supuesto, hay variables: en ‘Juego de tronos’ la mayor caída de las valoraciones con respecto a la primera es la octava temporada, en ‘House of Cards’ la sexta y en ‘Star Trek: Discovery’ la cuarta. No son necesariamente las últimas temporadas, sino la temporada más decepcionante. No hay una regla clara, pero sí una verdad mas o menos inmutable: no hay serie que pueda ser prolongada indefinidamente.
¿Se pueden sacar conclusiones basadas en la matemática a partir de aquí? Bueno, sí y no: parece más o menos razonable pensar que ninguna serie puede sobrevivir eternamente, pero hay algunas que tras una gran bajada de calidad recuperan algo de su atractivo inicial. El consejo que se puede sacar de estos datos es: no hay una solución única y aplicable a todas las series, pero en general, cuando empieces a ver un declive en calidad, déjalo. En muy, muy raras ocasiones las cosas van a ser como en aquel maravilloso episodio ocho de la primera temporada.
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