Teuchitlán vs. Ayotzinapa

El Husmeador
La crisis en Teuchitlán, Jalisco, ha reavivado las preocupaciones sobre los desaparecidos en México, generando paralelismos inevitables con el caso Ayotzinapa. Este análisis revisa los antecedentes históricos relevantes, las estrategias gubernamentales y el impacto político de eventos similares, buscando comprender las lecciones aprendidas y los errores repetidos.
Antecedentes Históricos (Orden Cronológico)
- Aguas Blancas (1995)
- Hechos: El 28 de junio, 17 campesinos fueron asesinados y 21 heridos por policías estatales en el vado de Aguas Blancas, Guerrero, cuando se dirigían a una manifestación.
- Responsabilidad: El gobierno de Guerrero, encabezado por Rubén Figueroa Alcocer, fue señalado por la planeación y ejecución de la masacre.
- Consecuencias: Figueroa fue obligado a renunciar; la justicia no alcanzó a los responsables directos.
- Acteal (1997)
- Hechos: El 22 de diciembre, un grupo paramilitar asesinó a 45 indígenas tzotziles en Chiapas.
- Responsabilidad: Se acusó al gobierno federal, representado por Emilio Chuayffet, de omisión y complicidad con los grupos paramilitares.
- Consecuencias: Chuayffet fue destituido en enero de 1998; el caso evidenció la violencia e impunidad en Chiapas.
- Teuchitlán (2001)
- Hechos: El 27 de mayo, un enfrentamiento entre policías y civiles armados resultó en 8 muertos (2 policías y 6 civiles) en Teuchitlán, Jalisco.
- Responsabilidad: Señalamientos de corrupción y vínculos entre autoridades locales y crimen organizado.
- Consecuencias: El gobierno de Jalisco, encabezado por Francisco Ramírez Acuña, fue criticado por la opacidad y la falta de transparencia.
- Tlatlaya (2014)
- Hechos: Ejecución extrajudicial de 22 civiles por militares en el Estado de México.
- Responsabilidad: Se comprobó encubrimiento por parte de las autoridades.
- Consecuencias: Críticas al gobierno federal por la falta de transparencia y rendición de cuentas.
- Ayotzinapa (2014)
- Hechos: La noche del 26 al 27 de septiembre, 43 estudiantes fueron desaparecidos en Iguala, Guerrero, tras ser atacados por policías municipales y miembros del crimen organizado.
- Responsabilidad: Policías municipales de Iguala y Cocula y el grupo criminal Guerreros Unidos; investigación deficiente del gobierno federal.
- Consecuencias: Crisis política nacional e internacional; severo daño a la imagen del gobierno de Enrique Peña Nieto.
- Nochixtlán (2016)
- Hechos: Enfrentamiento entre policías y manifestantes en Oaxaca, con saldo de múltiples muertos y heridos.
- Responsabilidad: Uso excesivo de la fuerza por parte del gobierno federal.
- Consecuencias: Mayor desconfianza hacia las fuerzas de seguridad y el gobierno federal.
- Giovanni López (2020)
- Hechos: Detención y asesinato de Giovanni López por no portar cubrebocas durante la pandemia en Jalisco.
- Responsabilidad: Policías municipales.
- Consecuencias: Protestas masivas y cuestionamientos a la brutalidad policial.
Caso Actual: Teuchitlán (2025)
- Hechos: Hallazgos macabros en el rancho Izaguirre expusieron la crisis de desaparecidos en Jalisco.
- Responsabilidad: Se apunta al fiscal de Jalisco y a autoridades municipales.
- Consecuencias: Reacciones internacionales y exigencias de investigación transparente por parte de la ONU, la OEA y la CIDH.
Análisis Comparativo
- Estrategias Gubernamentales:
- Sheinbaum, siguiendo el ejemplo de Zedillo en Aguas Blancas, busca encapsular el problema en el ámbito local y actuar con rapidez para evitar la crisis nacional.
- A diferencia del manejo fallido de Ayotzinapa por Peña Nieto, Sheinbaum ha adoptado una postura proactiva y empática, limitando el problema a los niveles estatal y municipal.
- Impacto Político:
- El caso ha generado un daño reputacional significativo a Morena, con el 32% de las menciones negativas en redes sociales dirigidas a su gestión.
- La actividad de bots ha exacerbado el debate digital, con una campaña valorada en 20 millones de pesos para influir en la percepción pública.
Conclusión
La crisis de Teuchitlán evidencia patrones recurrentes de violencia estatal, encubrimiento y falta de rendición de cuentas. A pesar de las lecciones del pasado, el gobierno de Sheinbaum enfrenta el reto de deslindarse del legado de «abrazos, no balazos» y demostrar un compromiso real con la verdad y la justicia. La historia sugiere que una respuesta rápida y transparente es crucial para contener el daño político y restaurar la confianza pública.
Ayotzinapa estaba en la mente de la presidenta Claudia Sheinbaum cuando irrumpieron violentamente en la opinión pública los hallazgos macabros en el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, que colocó como nunca el tema de los desaparecidos como un problema prioritario en la agenda política. Varios de sus colaboradores revelaron que lo primero que hizo fue pedirle a Enrique Cervantes, un asesor de su absoluta confianza que ha trabajado con ella varios años, que revisará cómo gestionó Peña Nieto la desaparición de los normalistas para evitar los errores que contribuyeron al colapso de ese gobierno.
Del análisis realizado, se intuye, vino la recomendación de cómo hacerlo. No debía estar ausente –como Peña Nieto, a quien el entonces procurador Jesús Murillo Karam, le dijo dos días después de la desaparición, que era pleito entre “narcotraficantes”– sino proactiva –a diferencia de la conclusión de Nuño de que era un mero asunto municipal–. Había que ser empática y tomar decisiones que mostraran que estaba atendiendo el problema sin dilación –y no tardar más de 15 días en reaccionar–. Tenía que limitarlo a los ámbitos estatal y municipal –a diferencia de Peña Nieto que rechazó durante un mes presionar al gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, para que renunciara–.
Sheinbaum así lo ha hecho. Vacuno políticamente a su gobierno. Actuó como lo hizo el presidente Ernesto Zedillo tras la masacre de Aguas Blancas.
Aprender de Ayotzinapa fue lo mejor que se les ocurrió al equipo de Sheinbaum, aunque no es posible saber si en el mediano y largo plazo logrará mantenerse en el resultado de Aguas Blancas y se aleja del de Ayotzinapa.
Por ahora es evidente que la presidenta tiene la sombra y el peso de parte del equipo de Andrés Manuel López Obrador y está pagando la secuela del desastre que provocó su gestión de la seguridad. “ABRAZOS NO BALAZOS”.
De acuerdo con un análisis en la web: Entre el 6 y el 17 de marzo de 2025, la conversación digital sobre el caso de Teuchitlán, Jalisco, registró más de un millón 100 mil menciones provenientes de más de 170 mil fuentes, alcanzando potencialmente a mil 280 millones de personas, aproximadamente una octava parte de la población mundial. Estas cifras reflejan la magnitud del impacto mediático que ha tenido este caso, tanto a nivel nacional como internacional.
Según datos más recientes, entre el 12 y el 17 de marzo, se identificaron 147,200 cuentas tipo bots que generaron más de un millón 366 mil 530 menciones, manteniendo en promedio dos etiquetas en tendencia nacional durante cuatro días en la plataforma X (anteriormente Twitter). Se estima que esta campaña de bots tuvo un costo aproximado de 20 millones de pesos. Estas cifras actualizadas indican que la conversación digital sobre el caso de Teuchitlán ha continuado siendo significativa, con un notable incremento en la actividad de cuentas automatizadas que buscan influir en la percepción pública del caso.
El impacto negativo ha recaído en diversas fuerzas políticas, pero mayoritariamente contra Morena con 32% de las menciones –casi cinco veces lo que tiene Movimiento Ciudadano, que gobierna Jalisco–, donde se cuestiona la estrategia del expresidente.
El lastre del obradorato juega contra Sheinbaum y mina sus esfuerzos para evitar que Teuchitlán la hunda. Poner su destino en manos de Alejandro Gertz Manero parece que no le alcanzará. Tiene que hacer mucho más para salir de la sombra de López Obrador al enfrentar la crisis de desaparecidos, como ir a Teuchitlán junto con las madres buscadoras que mostraron el horror del rancho Izaguirre, y encabezar un acto donde diga ya nunca más.

