Cupra se ha comido a Seat en los últimos cinco años. Ahora el hombre responsable de que haya sucedido se marcha
El CEO de Seat y Cupra deja el liderazgo de la compañía desde el 31 de marzo de 2025. Con esta notica nos ha sorprendido la bandeja de entrada del correo electrónico a las 16:16 de, efectivamente, hoy 31 de marzo de 2025, anunciando la salida de Wayne Griffiths, CEO hasta hoy de la compañía y una de las voces que más ruido han generado en el automóvil español estos últimos años.
«A petición propia». La salida de Wayne Griffiths es voluntaria, dejando Seat S.A. unos días después de que la compañía presentara sus resultados. «A petición propia con efecto inmediato para emprender nuevos retos», se lee en el comunicado que la compañía ha publicado.
Thomas Schäfer, CEO de la marca Volkswagen y presidente del Consejo de Administración de Seat S.A. destaca de Griffiths que ha hecho un gran trabajo en el desarrollo de la marca Cupra y en la reestructuración de la empresa». La compañía ha vivido un cambio profundo bajo su liderazgo.
El perfil. Hasta ahora, la carrera de Griffiths había estado ligada siempre a la marcha del Grupo Volkswagen. Su ingreso se produjo en 1989 a bordo de Audi, donde creció durante los años 90 tras un breve paso por Seat. A partir de 1998 asumió cargos de responsabilidad en el área de ventas de Audi lo que le catapultó hasta la posición de Director de Ventas de Audi en Alemania durante los años 2000.
Ya en 2016 fue nombrado Vicepresidente Comercial de Seat S.A. Desde entonces ha sido la cabeza visible de la transformación de Seat, primero como presidente de Cupra desde diciembre de 2018 y, posteriormente, como presidente de Seat desde octubre de 2020.
Una transformación. Durante los cuatro años y medio que Griffiths ha sido el presidente de la compañía ha trabajado por terminar de encarrilar el tren al que Luca de Meo ya había puesto las vías. El italiano llegó en 2015 a la dirección de Seat con el cometido de reflotar la compañía.
Seat llevaba perdiendo dinero desde 2008. Ese mismo 2015 Seat ya entró en números positivos y comenzó una restructuración que ha cambiado por completo la identidad de la compañía. Porque en el camino para vender mayor volumen pero, sobre todo, coches más caros, De Meo se sacó Cupra de debajo de la manga.
Ahora la compañía es la que tira del carro dentro de Seat S.A. Desde la salida en 2020 del italiano, Griffiths ha liderado una reconversión que nos ha dejado los primeros coches eléctricos de la compañía (Cupra Born y Tavascan) pero, sobre todo, la idea de que Seat S.A. es ahora una cosa muy distinta a la de hace una década.

«El futuro es Cupra». En marzo de 2022, Griffiths sorprendió con una frase en la presentación de resultados de la compañía: «Cupra no es el final de Seat. Cupra le da un futuro a Seat y el futuro es eléctrico. El futuro es Cupra». La posición de Seat empezaba a tambalearse y la puntilla parecía ponerla Thomas Schäfer, uno de los hombres más fuertes del Grupo Volkswagen, quien decía que «encontraremos un nuevo rol para Seat».
Poco a poco, Cupra ha ido devorando a Seat. Como puedes ver en la imagen superior, cuando Griffiths tomó el mando de Seat S.A., Martorell producía algo más de 350.000 coches. El año pasado se movió por encima de los 480.000 coches. A pesar del incremento sustancial de Cupra (de 23.460 unidades en 2020 a las 173.384 unidades del año pasado), la marca ha conseguido volver a fabricar casi 240.000 coches de Seat.
Y las cifras de Cupra, como poco, deberían mantenerse con el paso del tiempo. La compañía ha encontrado un éxito en el Formentor. El coche es poco más que un Seat León «levantado» pero han conseguido darle una identidad propia y, sobre todo, venderlo mucho más caro. El Seat León parte hoy de unos 23.000 euros mientras que el Cupra Formentor supera los 35.000 euros de partida.
Un balancín. En los últimos años, Seat S.A. ha apostado claramente por Cupra. Cupra ha ido recibiendo anuncios de nuevos modelos. Pasó de rama deportiva de Seat a una marca con identidad propia. Un movimiento que tiene la firma de De Meo, quien hizo lo mismo con Abarth y Fiat y ha repetido jugada con Alpine y Renault. Así, un mismo coche se puede vender ligeramente retocado con un sobrecoste pequeño para la compañía pero a un precio muy superior, disparando el margen de beneficios.
Lo complicado está en dotar a la nueva firma de una identidad propia. Cupra lo ha encontrado con un nuevo logo, formas afiladas y más atrevidas que cualquier otra compañía del Grupo Volkswagen. Por el camino, además, está recibiendo nuevos modelos eléctricos e híbridos enchufables, opciones en peligro de extinción dentro de Seat.
Al mismo tiempo, Seat ha terminado de posicionarse como la gama de entrada de Volkswagen. Sus coches carecen de cualquier tipo de electrificación al tiempo que han contenido un poco sus precios. A cambio, se llevan una jugosa parte de las ventas, abre la puerta a posicionarse como una marca interesada en servicios de micromovilidad y, quien sabe, en un futuro de coches eléctricos asequibles volver como la opción más económica.
Un crítico. Griffiths ha terminado por encuadrar el proyecto que ya se adivinaba con el mando de Luca de Meo pero, además, con su salida también se marcha una de las voces más críticas y que más titulares ha dejado en el sector del automóvil en España.
El hasta hoy CEO de Seat se ha mostrado siempre contrario a los aranceles al coche eléctrico chino, las políticas europeas del automóvil para fomentar el coche eléctrico y complicar el futuro al de combustión y crítico con el Gobierno desde su posición de presidente de ANFAC, a la que renunció en junio de 2024.
Decía hace unos días que Seat tendrá que despedir a trabajadores si a los fabricantes se les obliga a cumplir con las normativas de emisiones diseñadas para 2027. Con ellas, Seat no podrá sobrevivir si no cambian radicalmente en los próximos dos años.
Foto | Seat