"No hay un solo modelo de IA que sirva para todo". Daniel Sun, CTO de TCL, ante el histórico reto al que se enfrentan las grandes tecnológicas
Era la época del 2G. De cuando los datos móviles se pagaban por minutos. En el departamento de Alcatel empezó a trabajar un joven ingeniero. Hoy, más de 20 años después, es director de tecnología de uno de los grandes gigantes chinos. Desde Xataka nos hemos sentado con Daniel Sun, CTO de TCL.
Pocos directivos tienen una visión tan profunda y cercana de lo que ha cambiado el sector de la tecnología. De cómo está afectando la inteligencia artificial a todos los departamentos y qué papel juegan empresas como TCL en esta transición. Porque TCL es un gigante que ofrece desde televisores MiniLED a móviles con pantalla de tinta electrónica, pasando por electrodomésticos y conectividad. Con la tranquilidad propia de un profesor universitario, Daniel Sun nos explica cómo está cambiando todo en los últimos años.
TCL (y toda la industria) ante el cambio más radical de las últimas décadas
Pocas marcas de telefonía pueden colocarse a la altura de Nokia, pero Alcatel es otro de los grandes iconos. Preguntamos a Sun cómo ha cambiado todo desde entonces y su primera anécdota nos traslada a un pasado que ya parece muy lejano. «Recuerdo que al principio podías emocionarte por simplemente conectarte a internet, aunque fuera por un tiempo muy limitado». Todo empezó desde el 2G, luego el 3G, 4G, 5G, y ahora, este año, estamos comenzando a trabajar en el 6G, con expertos lanzando los primeros enfoques. Hoy podemos descubrir una aplicación en dos minutos en una tienda de apps. Hace 20 años era inimaginable que tantos desarrolladores pudieran estar ganando dinero con esto. La clave es que todo esté armonizado. Dicen: crea un ecosistema donde todos puedan ganar dinero.»
Pero este cambio va a ir más allá con la inteligencia artificial, una tecnología que Sun no tarda en poner encima de la mesa para nuestra conversación. «Si pensamos a futuro, en unos 10 años, diría que el sistema operativo podría romperse en piezas y ser rediseñado, con la IA integrada aún más».
La gran pregunta que se hace TCL es «cómo llevar la inteligencia artificial a dispositivos muy diferentes»
Una de las ideas que la IA ha llegado a plantear es un modelo de un mundo sin aplicaciones, donde los modelos de lenguaje anticipen lo que necesitamos. «Diría que es posible, pero no es una cuestión técnica», responde . «Hay miles de desarrolladores que ganan dinero creando una pequeña pieza y poniéndola en una app store. Si ahora empezamos a decir que vas a tener un agente de IA que puede descomponer esos servicios y ofrecerlos directamente, ¿qué pasa con esos desarrolladores? Se rompe el modelo de negocio. Lo que pienso es que las apps no van a desaparecer, pero van a evolucionar. Al final no importa lo sofisticada que sea la tecnología, el cambio estructural llevará años. Sí veremos cambios, pero no será de la noche a la mañana».
«Yo estudié en los años 90 y en ese momento jamás pensé que viviríamos todos estos cambios tan profundos, con datos, algoritmos y todo esto. Diría que los modelos de lenguaje actuales ya son sorprendentes a nivel de texto. Tienen una capacidad impresionante de generalización. Puedes preguntarles sobre filosofía, literatura, física, matemáticas, programación… y ya están mostrando generalización interdominio bastante buena. Pero esto es solo el comienzo. Todavía falta mucho camino para alcanzar una inteligencia computacional comparable a la humana. Es una meta lejana. Aunque en los últimos tres años, ha habido un cambio radical», opina el directivo de TCL sobre un concepto tan debatido como la AGI. «Honestamente, no sé si antes de morir llegaré a ver una inteligencia general artificial real. Pero es algo que me motiva a seguir explorando».
«Somos el número dos a nivel mundial en televisores»
¿Cómo se está preparando TCL Industries ante la IA? Aquí la respuesta está en su ecosistema de productos. «Tenemos un amplio catálogo de productos para el hogar inteligente. Desde wearables hasta equipos de salud. Televisores, donde estamos muy bien posicionados y somos el número dos a nivel mundial. También tenemos teléfonos, tablets, routers y gadgets relacionados con la calidad del aire. Además de aires acondicionados, refrigeradores, lavadoras y sistemas de limpieza. Si miras todos estos productos, podrías pensar que no tienen relación entre sí: un aire acondicionado o un frigorífico parecen muy distintos de un teléfono móvil. Pero creo que aquí está la oportunidad para nosotros. En cómo llevar la inteligencia artificial a dispositivos muy diferentes».

El hogar inteligente es uno de los sectores donde TCL quiere crecer más en los próximos años.
«Hoy, un modelo de lenguaje grande (LLM) es eso, grande. Por su naturaleza, tiene que vivir en la nube. No digo que no se puedan poner versiones reducidas en el dispositivo, pero si quieres acceso a toda su capacidad, a lo más inteligente, necesitas conectarte a la nube. No importa qué tan “tonto” pueda parecer un aire acondicionado; si puede acceder a la nube, entonces puede tener un cerebro más poderoso. Por ejemplo, podemos integrar capacidades de deep learning en nuestros aires acondicionados para ofrecer un entorno mucho más inteligente. No tenemos que rehacer el hardware completamente, solo mejoramos la experiencia a través del software y la nube. Para una empresa como la nuestra, con un catálogo de productos tan amplio, esto representa una gran oportunidad para democratizar la inteligencia artificial».
En esta guerra por la inteligencia artificial, TCL se desmarca de las empresas que crean y desarrollan sus propios modelos. «La razón por la que no lo hacemos es porque siempre va a haber uno nuevo o mejor», apunta en relación a DeepSeek y GPT-4o. «Hay una inversión enorme detrás de los modelos fundacionales. No se trata solo de tener más GPUs y más datos. Es un sistema extremadamente complejo a nivel de arquitectura y diseño. Nosotros no nos dedicamos a eso».
TCL se desmarca del desarrollo de su propio LLM.
«Lo que sí hacemos es ofrecer una arquitectura en la nube y en los dispositivos (Edge Computing), que nos permite adaptarnos. Es como un sistema que te deja cambiar de modelo fácilmente. Puedes seleccionar el mejor en cada momento. Creemos que esta es una forma muy pragmática y efectiva de asegurar que los usuarios siempre tengan acceso a lo mejor disponible en el ecosistema actual de modelos. Por ejemplo, en un aire acondicionado, el chip interno se usa para controlar el compresor, que es un componente clave para el ahorro energético. Nosotros desarrollamos algoritmos de IA específicos para optimizar dinámicamente ese compresor. Y gracias a eso, hemos logrado un ahorro energético de hasta un 40 %, lo cual es un logro enorme. No hay un solo modelo que sirva para todos los casos de uso. Cada aplicación necesita su propio trabajo específico».
Detrás de grandes proyectos de pantallas está la mano de TCL
TCL lleva prometiendo que lanzarán un plegable desde hace tiempo. «Podemos hacer en plegables lo mismo que hacemos en smartphones o en televisores», aseguraba Stefan Streit, CMO de TCL y también presente en nuestra entrevista con Daniel Sun. Cuando preguntamos al CTO sobre esta cuestión, su respuesta es positiva y anticipa un próximo lanzamiento, pero no concreta fecha: «lanzaremos nuestro propio plegable, estamos en discusiones. Tenemos la capacidad, pero es una decisión comercial».
Una de las principales fortalezas de TCL como fabricante de tecnología es su papel como proveedor de paneles. Tanto pantallas para móviles como para televisores. Cuando le preguntamos cuál es el proyecto más innovador en el que ha colaborado TCL nos sorprende su respuesta:
Una de las tecnologías de imagen más sorprendentes que hemos probado es Project Starline. TCL nos desvela que han ayudado a Google a construirlo
«Déjame contarte una en particular. No sé si conoces el proyecto Starline de Google. Es como tener una persona real frente a ti en 3D. Es más que una videollamada, parece que realmente tienes a la persona delante. Lo que no se ha hecho público es que nosotros estamos colaborando con ellos, porque fabricamos los semiconductores para ese sistema. Y lo mágico de eso es que el futuro de este tipo de experiencias inmersivas depende de pantallas muy avanzadas».
Otro ámbito donde TCL está trabajando son las gafas de realidad aumentada TCL NextWear. «Hemos creado un proyector extremadamente pequeño que se sitúa en una de las esquinas del marco. Utiliza una guía de ondas para proyectar la luz frente a ti. Pero en ese proceso óptico, se pierde hasta el 95% de la luz por la dispersión. Por eso necesitas tener la mejor eficiencia del mundo en ese microproyector para poder ver bien incluso en exteriores».
Y por supuesto, Sun nos habla de NXTPaper. «No es solo una pantalla; tiene un componente importante de reflexión y refracción de la luz. Las pantallas convencionales tienen muchos reflejos que cansan la vista. Nosotros personalizamos las pantallas para que la refracción sea más amigable para el ojo humano, generando una experiencia mucho más natural. La luz azul también es un tema clave. Por ejemplo, en los iPhones puedes activar el modo nocturno por software, y la pantalla se pone un poco amarilla. Nosotros, como expertos en semiconductores y pantallas, ofrecemos una solución a nivel de hardware. Diseñamos nanoestructuras dentro del propio cristal, que modifican cómo se comporta la luz, reduciendo reflejos directos y regulando mejor la luz azul».

TCL es uno de los mayores fabricantes de paneles del mundo. Aunque es poco conocido, están detrás de muchos de los proyectos más innovadores en pantallas.
«Ahora estamos empezando a ver nuevas tecnologías que realmente están bajando los costes. La pregunta que nos hacemos, de forma muy abierta, es: ¿tiene sentido ahora llevar esta tecnología a un público más amplio, a dispositivos más accesibles? A veces vemos muchas demostraciones espectaculares, pero la pregunta sigue siendo: ¿cuándo podemos trasladar eso a un público general?», reflexiona Sun sobre el paso de ser proveedor a ofrecer un dispositivo comercial final.
Una respuesta similar nos ofrece cuando le preguntamos por qué TCL no fabrica smartphones de gama alta. «Cuando hablamos de smartphones de gama alta hoy en día, lo primero que tienes que asumir es que vas a utilizar un chipset de gama alta, como los de Qualcomm. Eso ya forma parte del estándar. Luego, tienes también que contar con el sistema operativo Android. Si nos vamos a otras áreas donde sí podemos marcar la diferencia está el diseño del dispositivo, la memoria, la cámara, los sensores, el sistema de refrigeración o la integración general del hardware. Aquí es donde realmente puedes diferenciarte, si sabes cómo integrar todas estas piezas de forma eficiente. Pero eso no es sencillo».
«Por ejemplo, si hablamos de redes 5G, nosotros ya trabajamos con los principales operadores del mundo: Verizon, AT&T, T-Mobile, Vodafone, Orange, etc. Esa experiencia viene de muchos años desarrollando tecnologías móviles y comunicaciones. Luego está el tema del rendimiento. Incluso si tienes los mejores componentes, necesitas saber optimizar el software: ajustar la cámara, mejorar el rendimiento con inteligencia artificial, ofrecer una buena experiencia general. Y eso solo se logra con años de trabajo dedicado. Nosotros en TCL, tenemos un equipo centralizado de plataforma, desde televisores hasta dispositivos móviles, pasando por robots. Esto nos da una ventaja a nivel de ecosistema. Te diría que sí tenemos las capacidades para entrar en la gama alta. Pero también es una decisión comercial estratégica: elegir los componentes correctos, ponerlos juntos en el momento adecuado, y hacerlo de forma que tenga sentido para nuestro público».
Otro proyecto en el que está detrás TCL es el Fairphone. Cuando preguntamos al fabricante sobre teléfonos móviles, reparabilidad y baterías extraíbles, nos contestan que ellos son los responsables de su ensamblaje. Sin embargo, también aprovechan para cuestionar que los usuarios quieran realmente este tipo de dispositivos.
«¿Estarías dispuesto a pagar más por una batería reemplazable o un diseño más sostenible? Y dices: Sí, claro. Pero después llega la siguiente pregunta: ¿Aceptarías que el teléfono sea más grueso? ¿Aceptarías que el diseño cambie? ¿Que el teléfono cueste, digamos, 200 dólares más? Y ahí es cuando muchas respuestas cambian: “Bueno, tal vez no». Esto es una especie de equilibrio que debemos encontrar: entre sostenibilidad, usabilidad, precio y diseño. Es algo que nosotros también estamos evaluando muy seriamente».

El Fairphone 5 está ensamblado por TCL.
Desde TCL evitan hacer comentarios sobre la batalla geopolítica entre Estados Unidos, Europa y China, aunque sí exponen su visión sobre el marco regulatorio. «Hay dos grandes aspectos en este tema. El de sostenibilidad y el de la privacidad de datos. Sobre los datos: en el mundo de la electrónica, no hay muchas opciones. Si necesitas trabajar en la nube, terminas colaborando con proveedores como Google Cloud, AWS o Azure. Pero, claro, debido al GDPR, tienes que desplegar tus soluciones localmente. Incluso si trabajas con empresas internacionales, debes garantizar que el procesamiento y almacenamiento de datos se haga dentro del país o región, y que no se transfiera a otros países. Nosotros tenemos equipos locales que se encargan del cumplimiento normativo, porque este es un punto clave desde el primer momento: respetar la soberanía de los datos. Luego está el segundo gran tema: las regulaciones relacionadas con ESG, y ahí también estamos muy activos. Desde la perspectiva del producto, buscamos integrar tecnologías que ahorren energía, como ya mencioné en el caso del aire acondicionado o los refrigeradores, donde usamos IA para optimizar el consumo energético».
«Somos también uno de los mayores fabricantes globales de paneles solares»
En lo relativo a energía, Sun nos explica que TCL ha entrado fuertemente en el negocio de los paneles solares. «No sé si lo sabías, pero somos uno de los mayores fabricantes globales de paneles solares, desde los chips de silicio hasta las células de batería. Incluso los instalamos en tejados. Es un negocio grande para nosotros, y no solo por los productos, sino porque también estamos desarrollando sistemas completos de gestión energética, que integran bombas de calor, aire acondicionado, almacenamiento de energía… un ecosistema completo».
Un futuro de gafas, coches y robots
El Xiaomi SU7 Max se llevó todos los flashes en el Mobile World Congress y no podíamos evitar preguntar si TCL tenía pensado meterse en el sector de la automoción. Aunque Sun no confirma que vayan a fabricar su propio coche, sí apunta que es un sector que tienen muy presente: «hoy en día tenemos bastante presencia en automoción, sobre todo en la parte de pantallas. Por ejemplo, Xiaomi utiliza pantallas de TCL en sus coches, y también otros fabricantes como BYD en muchos de sus modelos. Utilizan ampliamente nuestras tecnologías de visualización».
«Por ahora no tenemos proyectos propios de marca de coche, pero sí hemos comenzado varios negocios en el sector automotriz: ‘Displays para automoción’ y además estamos trabajando como Tier 2 y Tier 1 en la cadena de valor. Para explicarlo: un OEM es el fabricante del coche, y luego están los Tier 1, que proveen sistemas completos, y los Tier 2, que suministran componentes clave. Nosotros ya estamos en esos niveles, colaborando con varias marcas, aunque aún no tenemos un coche con marca propia».
«Nosotros ya estamos en esos niveles, colaborando con varias marcas, aunque aún no tenemos un coche con marca propia»
Otro de los dispositivos más populares estos meses son las gafas. Google y Samsung han mostrado su solución dentro del ecosistema Android XR. Por su parte TCL ha enseñado su nuevo modelo RayNeo Air 3S. Desde TCL reconocen que están explorando unas gafas dentro del ecosistema Android XR pero apuntan que «todavía está en una fase muy inicial. No es nuestra prioridad en este momento».
La entrevista con Daniel Sun fue justo antes de mi susto con el robot Amira. Afortunadamente TCL tiene una estrategia mucho más amigable respecto a los robots. Cuando le preguntamos cómo lo ve, el CTO de TCL primero nos matiza que «depende de cómo definas robot».
«Si lo piensas, los smartphones ya son una forma de robot, en su formato más simple. Llevan años con nosotros. Incluso un altavoz con asistente virtual puede considerarse un robot: puedes conectarlo con APIs como la de OpenAI y tener interacciones conversacionales. No se mueve, pero tiene cierta inteligencia, y es fácil de manejar. Si vamos más allá y pensamos en robots que hagan tareas del hogar… bueno, es muy difícil. Doblar ropa, usar secadoras, manejar objetos del hogar… hoy en día todavía no estamos ahí. Sé que muchos medios hablan de esto y lo exageran un poco. Pero quiero ser honesto: esto tardará mucho más tiempo del que la gente espera. Incluso me cuestiono si realmente se logrará tener un robot que sea tan delicado, tan humano y tan amigable como lo idealizamos».
«Todavía no estamos ahí». Desde TCL son escépticos en que los robots vayan a llegar al hogar durante los próximos años.
«Personalmente, creo que no quiero un robot que parezca una persona perfecta. Prefiero algo simpático, tierno, más como un ayudante que evoluciona desde tareas simples. Y no hay una línea de tiempo clara, porque si miras el coste de crear algo así, es altísimo. Creo que los robots humanoides tendrán primero un papel en fábricas o entornos industriales. Pero para el hogar… todavía falta mucho», expone Sun.
A principios de este 2025, durante la feria de tecnología del CES, TCL enseñó una mascota robótica modulable, Ai Me. Aunque se trataba más de un concepto para explicar experiencias en vez de un producto final.

TCL Ai Me es su primer robot modular con inteligencia artificial. Un acompañante para el hogar con un aspecto muy simpático.
La mano humana seguirá haciendo falta
Con unos 120.000 empleados repartidos en más de 80 países, el grupo TCL es una fuerza laboral que tampoco resulta ajena a los desafíos de la IA. ¿Qué tipo de habilidades necesitarán los ingenieros del futuro? Sobre este debate reflexionamos con Sun. ¿Hará falta que sepan programar? «Si observas cómo se entrenan los modelos de IA, gran parte del conocimiento proviene de fuentes abiertas como GitHub. Simplemente porque están disponibles y son accesibles. Pero hay otra razón de fondo: la programación es una de las disciplinas más lógicas del mundo. Si aprendes bien la lógica detrás del código, puedes transferir ese conocimiento a otros dominios. Esa es una de las razones por las que siempre ha sido una habilidad clave dentro de nuestros equipos de ingeniería».
«Los ingenieros del futuro no solo deberán saber programar, sino que deben convertirse en pensadores sistémicos, capaces de comprender todo el proceso»
«Muchas líneas de código hoy en día ya pueden ser generadas por IA, claro. Pero también hemos detectado ciertos problemas. Por ejemplo, las IA no tienen una memoria a largo plazo bien estructurada como los humanos. En ingeniería, existe lo que llamamos “deuda técnica”, que son compromisos asumidos en el pasado que afectan al sistema actual. La IA no siempre sabe cómo lidiar con esas arquitecturas heredadas. Los ingenieros del futuro no solo deberán saber programar, sino que deben convertirse en pensadores sistémicos, capaces de comprender todo el proceso, desde el diseño hasta el mantenimiento. Lo más difícil hoy no es escribir el código, sino alinearlo con las regulaciones, con la moralidad, con los estándares técnicos y con el contexto histórico del sistema. Por eso, creemos firmemente que el rol del ingeniero seguirá siendo fundamental. Solo que ese rol irá evolucionando».
Dentro de este mundo académico, Sun aprovecha para reivindicar la inteligencia artificial aplicada a la ciencia. «Más allá del uso habitual de la IA en productos o experiencias, una de las áreas más prometedoras es la aplicación de la IA en procesos científicos, como el descubrimiento de nuevos materiales o de medicamentos. La IA ya está acelerando avances reales en investigación y desarrollo, y eso tiene un impacto directo en el progreso de la humanidad. Esta es, sin duda, una de las áreas que más impulso tendrá en el futuro».
Y otra tecnología que viene a la mente del CTO de TCL es la computación cuántica: «Es otra tecnología que, aunque aún está en fase temprana, me parece fundamental. Si miras cómo funcionan las arquitecturas de computación actuales, siguen un modelo clásico: tienes que cargar datos, procesarlos, transferirlos… Pero si lo comparas con el cerebro humano, no operamos así. La memoria y el procesamiento están integrados. No existe eso de “cargar datos desde otro sitio”. En ese sentido, la computación actual sigue siendo bastante primitiva. Pero si algún día logramos que la computación se parezca más al cerebro humano —ya sea a través de computación cuántica o neuromórfica—, eso sí marcará un antes y un después».
Es difícil predecir qué pasará en el futuro, pero Daniel Sun sí tiene claro cuáles son las patas de TCL para los próximos tres a cinco años. Tres áreas son las fundamentales para su negocio: el de los semiconductores, el de pantallas y el de electrónica de consumo. Y también cuáles son las tres áreas que quieren explorar: realidad aumentada, robótica y gestión energética. En ningún momento trata la inteligencia artificial como un ente separado, sino como la tecnología que hará de pegamento entre todas ellas.
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